miércoles, 30 de junio de 2010

Argentina: escuelas públicas y subsidios a las escuelas privadas (I)

Elena Luz González Bazán.* - http://www.surysur.net/?q=node/14008

Los que crean que la educación y la capacitación es un gasto, no saben lo que cuesta la ignorancia. La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su capítulo tercero, desde los artículos 23 al 25 hace los planteos esenciales sobre el tema educativo. En este articulado sostienen el reconocimiento y afirman se debe garantizar la educación en los principios de la libertad, ética, solidaridad para lograr un desarrollo integral.




A su vez, afirma la igualdad de oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del educando. Luego en este primer artículo referido a la educación plantea la igualdad en la calidad educativa.



Bien, por otro lado, un "paneo" de la situación de escolarización inicial, primaria, media, terciaria y universitaria demuestran otros aspectos no menores para pensar en la hecatombe actual de los edificios escolares de nuestra ciudad y las graves consecuencias que ha acarreado en materia de seguridad, calidad educativa, igualdad de oportunidades, construcciones adecuadas y todo lo que plantea el articulado de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires de 1996.



Asimismo, la Constitución, garantiza 10 años de escolaridad obligatoria, también diseña que pueden los particulares llevar adelante emprendimientos privados de educación y —hay que decirlo— en su gran mayoría reciben subsidios del Estado comunal, garantizado por la constitución cuando sostiene en el segundo parágrafo del artículo 25: La Ciudad puede realizar aportes al funcionamiento de establecimientos privados de enseñanza, de acuerdo con los criterios que fije la ley, dando prioridad a las instituciones que reciban a los alumnos de menores recursos.



A partir de la década de 1991/2000, con Susana Decibe como ministra de Educación y Daniel Filmus como asesor, los técnicos educativos reformulan el concepto de educación pública, que pasa a ser el sistema en su totalidad. En el nuevo discurso se menciona a todas las escuelas como iguales, sólo que algunas son de gestión estatal y otras de gestión privada.



Bajo esta máscara se busca encubrir que se trata de dos conceptos opuestos: lo público es lo de todos, mientras que lo privado pertenece sólo a algunos, así lo afirma Santiago Duarte, docente del Distrito Escolar 8º.



Por otro lado, las estadísticas del 2005 arrojan la siguiente realidad en cuanto a Instituciones Educativas y matriculación de alumnos.



Enseñanza Privada



Una realidad educacional incontrastable: la mayoría de estos establecimientos privados reciben subvención del gobierno porteño, una cantidad importante de estos establecimientos privados tienen los tres primeros niveles de enseñanza, tanto inicial, primario y medio. Si observamos las cifras arrojadas en el 2005: hay 483 jardines o enseñanza inicial, hasta cinco años o preescolar.



El primario entre 6 y 13 años, de acuerdo a la fecha de ingreso, si es antes del 30 de junio o posterior, son 441 establecimientos y los de enseñanza media 340. De esta totalidad: 405 establecimientos con estos niveles de enseñanza reciben el auxilio de los gobiernos capitalinos en forma de subsidio a la educación.



Baste mirar la realidad educacional y el contexto de este entramado, podemos verificar que la disparidad entre lo privado y estatal es contundente: por lo injusto, por la falta de políticas ciertas de auxilio para todos los sectores sociales, estamos hablando de los niños, niñas y adolescentes. Debiendo realizar una pregunta ineludible: ¿Cuáles son los sectores económicos que estamos privilegiando con la educación privada?



Porque no podemos dejar de resaltar que tenemos en estado calamitoso y semi desastroso a una parte importante de los colegios y escuelas estatales. Donde sus alumnos, acompañados por maestros y padres debieron salir a la palestra, durante los años 2007, 2008 y 2009, para reclamar mejoras, calefacción, agua corriente, sanitarios en condiciones, cables de alto voltaje sin protección, techos en condiciones paupérrimas, a punto de caerse… y así de seguido.



En estos establecimientos estatales, las cooperadoras juegan un papel esencial, por décadas han sido los bomberos voluntarios para solucionar problemas en los edificios, falta de materiales escolares y las diversas jornadas que realizan y seguirán realizando para lograr fondos que dejen en mejores condiciones los establecimientos educativos.



De la misma manera, las escuelas estatales se han transformado en estos largos años en el espacio de asistencia alimentaria, esencialmente en las barriadas más pobres de nuestra ciudad: básicamente en el sur de la ciudad y las escuelas y colegios de diferentes barrios porteños que reciben a los alumnos de más bajos ingresos.



Ya en otros informes hemos detallado ampliamente sobre la explosión demográfica de nuevos asentamientos, villas, casas tomadas en distintos puntos del país, esta problemática se ve directamente reflejada en el aula.



La realidad de escuelas públicas y subvenciones a privados: una política de Estado



Cuando aún era presidente en ejercicio, Néstor Kirchner, marzo del 2007, la cantidad de colegios privados que recibían subvención en la Ciudad de Buenos Aires eran los 405 arriba expuesto y más de 5.000 en la provincia de Buenos Aires, anunciaba aumentos salariales para los docentes, pero también se aumentaban las cuotas de los colegios privados. En la ciudad, mediante el decreto 198 del 2005, el entonces jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra incluía a la Capital Federal entre los distritos beneficiados.



Es importante aclarar los subsidios que son en todo el país, por esto que más arriba explica el maestro Santiago Duarte y que es parte de una política educativa afirmada desde los tiempos menemistas y para nada desandado por estos gobiernos posteriores, incluido el actual nacional y en nuestro caso los gobiernos porteños.



Volviendo a marzo del 2007, la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Ciudad de Buenos Aires dio vía libre a la medida con una disposición que establecía aumentos retroactivos en los 405 colegios porteños que reciben subvención por parte del Estado. En estos establecimientos, el incremento no podía superar el 9,8 por ciento.



Por su lado, Perpetuo Lentijo, presidente de la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas (Adeepra), la cámara que nuclea a los colegios de enseñanza privada, explicaba que en los establecimientos subvencionados, tendrían esos aumentos, pero referente a los que no reciben subsidios sostenía: “Nos quedamos cortos con ese tope de 9,8%. Durante el año, por el 2007, vamos a tener que retocar ese porcentaje”, explicaba Lentijo quien de esta manera anunciaba mayores aumentos, algo así como un 27 por ciento.



En tiempos del presidente Carlos Menem, éste, firma el decreto 2.417, el cual establecía que no se podían aumentar las cuotas durante el año si se invocaba causas como “aumento del costo de vida” o “suba de insumos”. Lo único que justifica este aumento es un incremento en el sueldo de los docentes, se decía. En esta norma se fijaba un tope hasta el 50 por ciento de aumento. Este sería el límite que tendrían los colegios no subvencionados para acrecentar sus cuotas. En estos años, los padres de los colegios privados han puesto el grito en cielo por el aumento de las cuotas.



Fuentes: Revista 23, Tras cartón, INDEC, Portal gobierno porteño, fuentes propias.


* Docente.

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