miércoles, 8 de diciembre de 2010

Perú: Vargas Llosa y la perfección del "paraíso" neoliberal

Por:   Alejandro F. Loarte

El Escribidor peruano nacionalizado español, Mario Vargas Llosa, acaba de anunciar su libreto en el próximo capítulo electoral (2011) de la política peruana. “... [Si] hubiera el menor peligro de un retroceso [yo] participaría de una manera activa defendiendo... [para] que el modelo se mantenga y se perfeccione, que se corrijan cosas que merecen enmienda... [,ese] modelo que al país le trae beneficios... y... una imagen magnifica en el exterior.” ¿Cual modelo?

Se refiere al modelo de política-económica (privatización ciega de los medios estratégicos de producción y liberalización salvaje del mercado y los recursos nacionales) que él enarboló en 1990 antes que el electorado peruano le convirtiera en perdedor frente al entonces desconocido descendiente japonés, Alberto Fujimori. Modelo que, con ironía, hizo suyo su vencedor y lo ejecutó con la excelencia propia de un técnico y no de un político [o un literato]. Fue el vencedor quien construyó los cimientos para que el proyecto neoliberal perdurara dos décadas (1990-2010): privatizó el 100% de los medios estratégicos de producción, liberalizó el régimen laboral y social, y estabilizó la macroeconomía vulnerada entonces por una galopante inflación, déficit fiscal, y deuda pública, y la situación política jaqueada por el terrorismo senderista.

El curso de las administraciones siguientes, de Toledo y García, usufructuó y desarrolló las prescripciones neoliberales. La venta del Perú se extendió con alevosía a todo el mercado nacional tanto de bienes como de servicios, y de recursos naturales. Mientras Toledo trabajó sobre protocolos de libre comercio, García los elevó al grado de Tratados de Libre Comercio (destacando por sus adversas consecuencias internas, el firmado con Estados Unidos de Norte-América y con Chile). Los índices macroeconómicos siguieron creciendo gracias a la inversión extranjera improductiva (como la chilena) y al incremento de precios en el mercado internacional de los productos brutos (minería) y de poco valor agregado (agro-industria) que el Perú exporta secularmente.

La historia de dos décadas de neoliberalismo es la historia de la venta más comprensiva que se haya hecho del Perú. Pequeños quedan los lesivos contratos individuales pactados con mercaderes extranjeros que se limitaron a ciertos sectores o productos (Dreyffus en 1869-70, Grace en 1890, La Marconi y con la Peruvian Corporation en los 1920’s, International Petroleum Company, 1968, entre muchos). El proyecto neoliberal ha legitimado la venta total del Perú. 

Empresas públicas y privadas, productos industriales y de pan llevar, servicios básicos y terciarios, han sido ofrecidos como presa para el inversionista capitalista depredador por obra y gracia de los últimos tres gobiernos.

La venta neoliberal del Perú en circunstancias comerciales internacionales favorables reportó “ganancias” indiscutibles. Según el Banco Central de Reserva, las reservas internacionales netas del Perú se multiplicaron más del 500 por ciento de 8,190 millones de dólares el 2000 a 44,104 millones de dólares en Noviembre del 2010. La balanza comercial, que fue deficitaria en toda la década del 90, totalizó 321 millones de dólares en el 2002 para alcanzar los 5,873 millones de dólares en el 2009 y 4,565 millones de dólares entre Enero y Setiembre del 2010. Los neoliberales exhiben esas “ganancias” como prueba de su éxito.

Pero ¿de qué valen las “ganancias” si no sirven para el desarrollo verdadero del país y el bienestar pleno de su población?, ¿de qué vale la riqueza si no desarrolla al máximo su potencial natural y humano a fin de lograr la mayor felicidad posible para todos? Para el proyecto neoliberal la “ganancia” o la riqueza es un fin en sí mismo. Imaginar la riqueza socializada, es decir, usarla como medio al servicio del bienestar común y nacional, es un contrasentido puro.

Al neoliberalismo no le interesa el destino del Perú ni la suerte de los peruanos. Por eso, su éxito tangible en “ganancias” satisface intereses completamente ajenos al Perú y totalmente absurdos al sentido común. Cuan absurdo y nocivo es el neoliberalismo para el Perú que prefiere invertir casi el 70% de las reservas internacionales netas, unos 30,178 millones de dólares a Octubre del 2010 en comprar valores sin respaldo preferentemente bonos del tesoro norteamericano, y prefiere depositar en bancos extranjeros casi 25% de esas reservas, unos 9,871 millones de dólares a Octubre del 2010. El colmo del absurdo neoliberal es que “prestamos el dinero, que con mucho esfuerzo ahorramos a fin de estar protegidos de los vaivenes del capital mundial, a Estados Unidos sin que nos paguen siquiera el 1% de interés, mientras que cuando nosotros buscamos financiamiento en el mercado mundial lo conseguimos al 10% como mínimo.” [BEDOYA, Carlos: “La Trampa de las Reservas”. Diario La Primera. Noviembre 2010].

Mientras que para los defensores del neoliberalismo -como el Escribidor y el Mandatario peruanos, éste trae beneficios al país y le concede una magnifica imagen exterior, el Perú como idea y realidad, a decir de Jorge Basadre, y los peruanos que trabajan diariamente y sueñan con ser felices algún día resultan más agraviados y más hipotecados cada segundo que ese modelo nefasto se reproduce. Si en lugar de invertir 30,178 millones de dólares en la compra infructífera de bonos del tesoro norteamericano -una entidad mafiosa y desfalcada, y de depositar 9,871 millones de dólares en bancos extranjeros que pagan menos del 1 % de interés anual y cuyas identidades ningún peruano conoce, es decir, si ambas sumas (40,049 millones de dólares a Octubre del 2010) se destinaran a pagar la deuda externa (39,096 millones de dólares a Setiembre del 2010), el Perú todavía obtendría un saldo de 953 millones de dólares para invertirlo en obras sociales. Pero adoptar una política así, basada en la lógica del Perú y de los peruanos, es incompatible con el modelo neoliberal.

Desde que la finalidad del capitalismo es el capital (ganancia o riqueza) y no el Hombre, la acumulación de capital deviene en adicción incurable. Aparentemente nada puede detener esa su obsesión. Para eso se vale del poder y entre ambos hacen lo que quieren por encima de la humanidad y la naturaleza en cualquier parte del orbe.

Lo absurdo y criminal del modelo neoliberal aplicado “con éxito” en el Perú solo se explica en el marco de la necesidad por acumular riqueza que tiene el capitalismo imperialista norteamericano. Si el propio Banco Central de Reserva Federal de los Estados Unidos transfirió en los últimos 3 años 9 trillones de dólares en calidad de préstamos de rescate con bajos intereses a grandes firmas inversionistas de Wall Street, y 4 trillones de dólares a grandes bancos para ser pagados en plazos largos y con bajos intereses, si a la vez permitió que estos bancos re-prestaran ese mismo dinero barato al propio gobierno norteamericano imponiéndole el doble y hasta el triple de interés [GREY, Barry: Fed report lifts lid on Great Bank Hust of 2008-2009. www.wsws.org] , ¿cómo podría ser benevolente con el Perú?, ¿cómo podría permitir que el Perú use sus propios ahorros libremente y para su propio desarrollo y beneficio?

Perfeccionar el modelo neoliberal seria humanizarlo. Esto es una ilusión histórica a toda prueba. Pueda que ello quepa en el mundo ficticio del Escribidor Vargas Llosa o en el delirante mundo del Mandatario García, pero jamás en la realidad. La promesa de desarrollo soberano del Perú como idea y realidad, de la realización máxima de su potencial natural y humano, y de esa distribución social y nacional de la riqueza que provea la mayor felicidad posible a todos los peruanos, tiene como condición sine-qua-non la negación al neoliberalismo en su naturaleza (capitalista) y en su carácter (salvaje).

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