domingo, 30 de enero de 2011

¿reconocimiento del estado palestino… o del estado israelí?

Por Luis E. Sabini Fernández *  - http://www.revistafuturos.com.ar/los-pueblos/345-israel-mueve-alfiles-campo-palestino

El pueblo palestino, los indisputables nativos de ese país de los últimos mil años por lo menos (y todas las investigaciones arqueo- y antropológicas llevan a pensar que de los milenios anteriores también, al punto de que de ellos procederían los primeros judíos) ha tenido el terrible destino de haber sido primero invadido, desde comienzos de la década del ’80 del siglo XIX por un peculiar movimiento polìtico-ideológico, el sionismo, que al comienzo no mostró su carácter militar.


Por entonces Palestina no era sino una provincia colonial del imperio turco. Hacia la Gran Guerra de 1914-1918, los palestinos vieron el cambio de mando de los “poderes coloniales” pasando de la órbita turca a la inglesa, aunque entretanto proseguía la invasión callada, aunque cada vez más militarizada del sionismo y a causa de los trastornos, sacudones y tragedias causados por la pesadilla nazi en Europa primordialmente, los palestinos fueron constituidos como el “polo a tierra” de esa locura, sufriendo la descarga ahora masiva de judíos más o menos sionistas, sobrevivientes del antisemitismo nazi.

Así llegamos a 1948, con los natives palestinos despojados de su tierra y su cultura, por una ocupación sistemática y cerebralmente dirigida a borrarlos del mapa junto con sus ciudades y su paisaje, sus frutales, su pesca, sus tejidos. Ocupación llevada adelante, durante ahora otros 60 años mediante una coexistencia aparente con el establecimiento de un “estado judío” que proyectaba tan poca coexistencia como fuera posible.
La población palestina fue advirtiendo poco a poco ese destino. Hubo conatos violentos contra los avances sionistas, en las décadas del ’20 y del ‘30. En 1936, las cosas pasaron a mayores, hubo tres años de enorme tensión social, que muchos consideran la primera intifada contra el establecimiento de lo que entonces se denominaba “hogar judío” y el planteo de los contendientes dejó claro quiénes eran los colonialistas y quienes los condenados a la esclavitud, la abyección, la reducción o la muerte: británicos y judíos sionistas contra nativos palestinos, musulmanes o cristianos y viceversa. Los judíos no sionistas, del antiguo yishuv, 1 también sufrieron la violencia de los palestinos, aunque una parte de ellos fueron protegidos o asistidos por lugareños que los conocían y distinguían de los sionistas .
El poder colonial logró entonces arrasar con las capas políticamente más activas de entre los palestinos. Ya estábamos en 1939. La pesadilla nazi iba a nublar todavía más el panorama.

Si en 1948, todavía muchos podían creer que “los árabes” iban a luchar unitariamente por la “fracción” palestina invadida y ocupada, hubo dificultades para plasmar políticamente esa idea a pesar de que tenía considerable fuerza en las sociedades árabes de entonces. Tal vez el último intento, de panarabismo en el orden político, parcial y todo como fue, lo constituyó la RAU, de corta vida (1958-1961).
Como muy bien señala Shlomo Zand, el sionismo, ejerciendo el poder ideológico-económico-militar no ha podido, sin embargo, plasmar su proyecto:
“Si el sionismo no ha creado un pueblo judío mundial, y aún menos una nación judía, ha dado, sin embargo, nacimiento a dos pueblos, e incluso a dos nuevas naciones que desafortunadamente rehúsa reconocer, considerándolos vástagos ilegítimos.

”Existe hoy un pueblo palestino; creación directa del colonialismo, que aspira a su propia soberanía y lucha desesperadamente por lo que queda de su patria. Asimismo existe un pueblo israelí dispuesto a defender con entrega total su independencia nacional.”
Habría que completar el cuadro presentado por Zand diciendo que la acción del sionismo, tan íntimamente ligada a poderes coloniales (primero el Imperio Británico, luego Estados Unidos), ha generado también, un tercer “actor”, al que probablemente no le corresponda el calificativo de “pueblo”, pero que es indudablemente una comunidad en franco crecimiento: los judíos antisionistas, muchos laicos, de fuera pero también de dentro del Estado de Israel, que estiman irremisiblemente perdido, podrido, el fruto obtenido.

Entre ellos, nos parece ver crecer el sentimiento de hay que evitar estados monoétnicos, unirreligiosos o con otras exclusividades, y que más bien habría que volver a una vieja demanda de palestinos antirracistas: un estado palestino laico, multiétnico y multiconfesional.
Nos quedarían en ese caso muchísimos problemas. El más angustiante, por su potencialidad de violencia, es el del equivalente con los pies negros argelinos.

Pero antes, mucho antes de ello, en nuestro palpitante presente, lo que tenemos es un estado sionista que está extremando todas sus medidas para expulsar y seguir transfiriendo no sólo palestinos, sino ahora también la mano de obra semiesclava cuya venida programó hace dos o tres décadas para quebrar un poco más a los natives. Filipinos, malayos, centroamericanos y de otras regiones del Tercer Mundo constituyeron la mano de obra barata y pesada de la vida cotidiana israelí, pero con las décadas han generado hijos, y éstos muy a menudo tienen al hebreo como idioma principal, inevitablemente. Ahora se percibe la incorporación a la sociedad adulta israelí de tales, ya no inmigrantes, como sus padres -a veces de diverso origen- sino oriundos…
Los inmigrantes así traídos constituyen cientos de miles de habitantes actuales de Israel. Y la nueva generación ya está presente.
Con lo cual la ecuación planteada por Zand se ha complicado todavía un poco más.

Dentro de lo palestino, las cosas tampoco han sido nítidas o simples. Tras las rebeliones y motines anteriores a 1948 y la Nakba que diezmó a la sociedad y a sus organizaciones, los primeros pujos de resistencia sobrevinieron en la década de los ’60, la década del Che, de la Cuba revolucionaria, del Mayo francés, del auge de un Tercer Mundo enfrentado al mundo-tal-cual-es pero sobre todo y fundamentalmente al capitalismo occidental, racista, imperial… No es de extrañar que entonces los objetivos políticos y la lucha correspondiente adquirieran un perfil de época, con la guerrilla palestina que absorbía todas las luces mediáticas, aunque otros palestinos encararan otros tipo de lucha.
La lucha político-militar fue encarnada por la OLP, un mosaico de organizaciones más o menos diversas, aunque con un denominador común, que podríamos englobar como “la causa socialista”. Al Fatah fue durante décadas su organización principal con un líder siempre único, Yaser Arafat. Esa lucha, aun con altibajos no fue sino una serie de derrotas, y cada una más aplastante que la anterior.

Una serie de exilios forzosos de una parte del pueblo palestino, por Jordania, Líbano, Túnez, Irak, que no hizo sino negar terminantemente, en los hechos, la tesis sionista de que para los palestinos toda la “patria” árabe era indistinta. Los palestinos expulsados, aunque en general fueron muy bien recibidos en las tierras vecinas procesaron conflictos políticos, a veces sangrientos y trágicos.

Parafraseando a Zand, podríamos decir que el sionismo también creó dos exilios y dos categorías de forasteros: el de los palestinos despojados de su terruño, obligados a instalarse siempre provisoriamente en unos cuantos países de la región árabe, y el de los judíos que siendo en EE.UU. estadounidenses, en Portugal, portugueses, en Uruguay, uruguayos, en Irak, iraquíes, pasaron a vivir a Israel, una tierra con la cual no tenían ni siquiera ancestros remotos en común. Como ha pasado con tantos judíos étnicamente caucásicos, o con sefaradíes que por siglos o milenios convivieron en los países árabes mediterráneos. 2

La intifada de 1987 marcó el espíritu de la sociedad palestina, y en cierto sentido su renacimiento como pueblo en resistencia, como instancia colectiva, con una vanguardia mucho menos pesante y un protagonismo “callejero” mucho mayor. Renacimiento de aquellas luchas de los ’30.
El gobierno israelí, que a esa altura hacía rato había abandonado los ropajes socialde-mócratas de un racismo y un colonialismo cool para entrar en un régimen cada vez más “puro” al estilo sudafricano, y acercándose paso a paso a su contracara histórica, la del nazismo (al menos en sus primeras fases) con su política de “no iguales pero igual bien separados”, advirtió que el pueblo palestino se reasumía como sociedad, que salió a la calle, con piedras, con la reivindicación de no ser borrados del mapa, a preservar su sociedad, tan amenazada.

Esta rebelión, rechazo a la ocupación de las tierras palestinas fue contestada por la sociedad israelí mediante una muy dispuesta represión militar en toda la línea, enfrentando a jóvenes y niños que apedreaban, con fusiles, tanques, granadas y una peculiar pedagogía: los soldados israelíes les quebraban los brazos a quienes tiraban piedras. Supongo que amparados por aquel sentimiento de Golda Meir, de cuando era canciller de Israel y su gobierno reprimía a sangre y fuego a los ocupados palestinos que resistían el despojo: “no puedo perdonar a los árabes por lo que les obligan a nuestros muchachos a hacerles”. 3

Con la intifada, cambió radicalmente el cuadro de situación para Israel. Ya no se trataba de enfrentar una dirección política palestina desde un gobierno de amplia aunque fluctuante base social; ahora se trataba de que la sociedad palestina o amplios sectores de ella empezaba a decir basta. Aunque le faltaba fuerza material y sobre todo militar para expresarlo.

Es el momento en que Israel aplica lo que tan claramente expusiera Franz Fanon pocos años antes:
“La violencia de las masas se opone vigorosamente a las fuerzas militares del ocupante, la situación empeora y se pudre. Los dirigentes en libertad se encuentran entonces en una situación difìcil. Convertidos de pronto en inútiles con su burocracia y su programa razonable se los ve […] intentar la suprema impostura de ‘hablar en nombre de la nación amordazada’. Por regla general, el colonialismo se lanza ávidamente sobre esa oportunidad, transforma esos inútiles en interlocutores y en cuatro segundos les otorga la independencia encargándolos de restablecer el orden.” 4
La puesta en escena para la cooptación de la dirección palestina no cumple punto por punto la secuencia de Fanon, por las especificidades de la situación palestino-israelí. La dirección palestina no estuvo tan ajena ante el levantamiento y sobre todo el otorgamiento de independencia tiene que ser mucho más simbólico y recortado, abstracto, eternamente diferido, puesto que para los colonialistas forjadores de “El Gran Israel” no se trata de ejercer del dominio sobre los palestinos, lo habitual de muchos colonialismos, sino únicamente sobre Palestina, sin palestinos, tratando de imponerle a la realidad aquella vieja consigna sionista de constituir “un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo”.

Y la intifada, regada con miles de muertos, heridos y prisioneros, mantuvo en jaque la situación hasta prácticamente la apuesta a la “solución” en Oslo, para “restablecer el orden” en 1993. Se la pudo diagnosticar “agotada” entonces.
Dirección política palestina cooptada entonces para enfrentar a la sociedad palestina y remodelarla.

Indicios no faltaban. La estabilización de los elencos dirigentes, el nepotismo, la verticalidad, el manejo discrecional de fondos le fue permitiendo a la dirección palestina una serie de prebendas, como por ejemplo la creación de un cuerpo de representantes en el exterior, tanto ante organismos internacionales como asimilados a representaciones diplomáticas a escala nacional, todo ello fue consolidando una suerte de burocracia palestina, adueñándose de los diversos resortes administrativos del protoestado palestino, y fundamentalmente del control de las armas, de “la seguridad”, peste de nuestro tiempo.

Cuando el gobierno israelí le propone a la OLP la constitución de una Autoridad Palestina, invitándolos a ver en la lontananza el demoradísimo “estado palestino” poniéndole “allá a lo lejos” a Jerusalén como capital de esa Palestina, tiene la sagacidad de aclarar que la AP significa una serie de cuerpos armados, una policía “interna”, generosamente nutrida de presupuesto.
Y la constitución, siempre en la bruma de lo futuro, de un estado palestino con presidente, rey o titular asegurado, claro. Lo que Per Gahrton se preguntará si no es un “campo de prisioneros con autogobierno”. 5

Israel también se ha valido del “divide y reinarás”. Cuando en 1987 se entrevió la aparición de Hamas, islámicos, el gobierno sionista vio con buenos ojos la bifurcación de la resistencia entre palestinos laicos y socialistas y palestinos religiosos musulmanes.
Hamas apareció como red de apoyo social que tanto necesitaba la población palestina, sobre todo en 1987 con el estallido de la revuelta. Hamas trabajó en contención social y familiar, en educación, alimentación, salud y se ganó así un lugar.
Un lugar que Al Fatah había subestimado o menospreciado.

A partir de 1993, ante la resistencia de Hamas al sionismo cada vez más al rojo vivo, la AP cuenta con una policía palestina acordada con el Estado de Israel; el “divide y reinarás” toma la forma de financiar y estrenar a los cuerpos de seguridad palestinos, “laicos y socialistas” para reprimir al integrismo real o presunto.

Porque si bien los Acuerdos de Oslo de 1993 fueron un golpe brutal a la lucha contra la ocupación, no aniquiló, sin embargo la resistencia. La dirección israelí, apoyada y financiada por el principal poder planetario, el gobierno de EE.UU. y todo lo que éste administra de los fondos de toda la humanidad, no logró del todo su objetivo.

Porque los manejos del gobierno sionista pasan por la connivencia con las estructuras políticas que ellos sienten pueden influenciar. Pero lo que se ha dado a partir de 1987 es como un desplazamiento de la resistencia; desde las organizaciones políticas o mejor dicho político-militares; OLP, Frente del Rechazo, Hamas hacia la sociedad misma, la población hastiada de los vejámenes y la ocupación.
El mismo Arafat, que había aceptado tan ínfimo papel como mandatario de bantustán, no termina su proceso de genuflexión y enfrenta a Israel en el 2000 cuando se desencadena una vez más la resistencia popular al atropello y robo sistemático de tierras, espacios, bienes y recursos, sitios sagrados. El gobierno israelí lo reasumirá como enemigo, aunque, luego de tantas complicidades habidas, le fue fácil “intercambiar figuritas” y elegir a Abbas en lugar de Arafat para sus planes.

Entonces Ariel Sharon procurará “apurar el caballo” con una muy cerebral provocación, una más. Desfila como en “tierra conquistada” pisando lugares sacros islámicos y sobreviene una reacción social formidable: brota otra vez la resistencia, otra vez cívica y apenas violenta; son una vez más las piedras y ocasionales Molotov contra un ejército de ocupación provisto de las más sofisticadas y agresivas armas que la técnica bélica, en la cual Israel está a la vanguardia mundial, pone a su disposición.

El ejército de ocupación matará a 17 “protestatarios” el primer día. Arafat tendrá la dignidad –que sellará su muerte– de informar dentro y fuera de fronteras, palestinas e israelíes, que los heridos y muertos tenían, un 77 %, balazos de la cintura para arriba. Tiraban a matar.
La brutalización progresiva del sionismo avanza inexorable. Meir seguiría culpando, claro, a los refractarios a los planes de instalación decididos… por la Biblia.

Y las cartas se dan vuelta, quebrando imaginarios políticos: en Palestina empezamos a tener laicos corruptos y entreguistas 6 y religiosos, integristas (o no tanto) resistentes contra la ocupación y el vejamen institucionalizado.

En enero de 2006, con elecciones superlimpias y bien controladas desde el mismísimo Primer Mundo, donde se supone que tienen “know how” para hacerlo, no gana el caballo del comisario; Mahmud Abbas y su claque. Tampoco gana el niño mimado del Banco Mundial, Salam Fayyad, que corría en paralelo y apenas cosecha el 2% de los votos de los palestinos que viven en “los territorios”, y sí gana Hamas que se queda con 74 escaños contra 45 de Al Fatah. Existen otras expresiones y agrupaciones políticas, que escapan a tan triste dualismo, algunas incluso con una añeja actuación de resistencia e incluso con relevancia, pero su caudal electoral será entonces muy pequeño: 3 para el FPLP y 2 también para el FDLP. Ambos son frentes de resistencia palestina laica y socialista que lucharon siempre contra la hegemonía de Al Fatah dentro de la OLP, al menos en los tiempos de Arafat.
El gobierno israelí con el acuerdo tácito de la UE y de EE.UU. –los que tanto saben de democracia– deciden reconfigurar los resultados. A los electos de Hamas –todos candidatos a los que no se les conocían acusaciones por actos “terroristas”, violentos o de resistencia, de los condenables por los satisfechos del mundo– se los persiguirá y encarcelará; a quienes tienen el segundo caudal de votos, Al Fatah, se los ratificará en el gobierno de la “Autoridad Palestina” y a quien sacara el menor caudal de votos, el Sr. Fayyad, se le dará el cargo clave del “gobierno” de la Autoridad Palestina.

No se le puede negar originalidad en la “redistribución de cargos” tras elecciones por nadie impugnadas. Digno de recordar, la actitud de escrupulosidad democrática de europeos, estadounidenses y sionistas.

La AP ya venía, como vimos, en pleno idilio con la seguridad israelí y estadounidense, porque la CIA y el MOSSAD le han ofrecido una serie de cursos de adiestramiento para “administrar la paz” y para “luchar contra el terrorismo”. Lo dirá el general estadounidense Keith Dayton, el gran arquitecto de la refundición de los servicios palestinos de seguridad:
«No sé cuántos de ustedes lo saben, pero durante el último año y medio los palestinos se han comprometido en (…) lo que ellos denominan ofensivas de seguridad en toda Cisjordania, sorprendentemente bien coordinados con el ejército israelí, en un esfuerzo serio y sostenido dirigido al restablecimiento de la ley y el orden (…) y al restablecimiento de la Autoridad Palestina. Primero en Nablús, después en Yenín, Hebrón y Belén, han llamado la atención del establishment militar israelí gracias a su dedicación, su disciplina, su motivación y sus resultados». 7

En los últimos años ha ido avanzando la “integración” entre el gobierno títere de Abbas, Fayyad y Cía. y los núcleos del poder israelo-estadounidense. Desde hace años, se ha ido creando una zanjón económico brutal entre Cisjordania, “invadida” de zonas francas e inversiones, y la Franja de Gaza bloqueada al límite subsistencial más abyecto; Cisjordania, con enclaves industriales y de “desarrollo” a manos de los palestinos “avivados” o “aggiornados” que se han hecho cargo de la instalación de celulares, de redes inalámbricas de todo tipo, al punto que hoy Cisjordania es presentada como uno de los territorios con mayor avance del PBI del mundo entero. Esto, que en una economía real y verdadera, debería hacernos temblar de pavor por lo que significa en estragos sociales y contaminación ambiental, en manos de los circuitos mediáticos “normales” se nos lo presenta como “un éxito económico”. A contrastar siempre con la sobrevivencia vegetativa de los habitantes de la Franja de Gaza… ahondando la hendidura entre los bantustanes.

Significativamente, este “desarrollo” de Cisjordania es elogiado por la derecha prooccidental y sionista y por “la izquierda” que declara a la vez apoyar la causa palestina, como los gobiernos brasileño y argentino actuales.

En 2011 tenemos la última adquisición de Abbas: los equipos de seguridad privada Blackwater, un ejército mercenario que tuvo que ser retirado de Irak, ¡hasta de Irak! que sigue siendo tierra de indefensión, porque hasta el gobierno títere iraquí no tuvo más remedio que manifestar disgusto por los asesinatos a mansalva y reiterados de semejante “ejército” de soldiers of fortune -tal es el nombre que se atribuyen los mercenarios en algunos circuitos de la cultura dominante; en aquellos precisamente donde el dinero es todo-. Esa empresa de asesinos con muy altos sueldos, será la “socia” de la AP. El contrato habla de 84 mil millones de dólares. No es poca cosa, y no sabemos si es por cuatro años o apenas por el primero porque el contrato establece opción a otros tres. Es tal el monto que no resulta claro. Lo que sí resulta claro es que los palestinos muertos tal vez resulten caros, pero que no importa; los que pagamos somos nosotros, nosotros mismos, el resto del planeta. Porque ya se sabe que el presupuesto de Israel depende del de EE.UU. y el de EE.UU. de sus inversiones y réditos en el resto del mundo.

La radio Jai, de Buenos Aires, con su consigna identificatoria que habla de sus pretensiones y de la usurpación de una representatividad que los tiene sin cuidado, pretendiendo ser “la radio judía de América”, tiene una frase que dice mucho más de lo que seguramente quisieron decir, porque explica impecablemente lo que es una traición, aunque apele a criticar a “los extremistas”: “Una organización política como Fatah podría llegar a un acuerdo con Israel, pero una organización religiosa extremista como Hamás no puede traicionar sus principios.” 8 Ah, bueno.

En este cuadro de situación, un académico, Ignacio Klich, pretende, en pleno enero de 2011, mostrarnos “la cuestión palestina” con ponderados puntos de vista. En la revista Debate nos habla de los esfuerzos de la AP, en “en su lucha por globalizar el reconocimiento a Palestina de sus tierras ocupadas por Israel desde la guerra de 1967”, frase que habla de “lucha”, que buscamos y no hemos podido encontrar en lado alguno de la AP desde hace ya años.

En los simulacros de lucha que la AP, junto al gobierno norteamericano nos ha brindado, figura la “demanda” de tres meses de suspensión de las edificaciones mal llamadas judías -en rigor, sionistas- en Cisjordania, por ejemplo. Abbas reclama el cumplimiento de esa “tregua edilicia” para retomar “conversaciones de paz”, otro eufemismo de la neohabla que se ha puesto en circulación en el conflicto palestino-israelí, donde “plomo fundido” -de triste recuerdo en sus usos inquisitoriales- se ha convertido en el descarado nombre de una “operación de limpieza étnica”, con muertes a mansalva de civiles, niños, bebes, donde, por ejemplo, el ametrallamiento de barcazas pesqueras palestinas se hace invocando la seguridad… ¿de los peces?

Klich nos comunica que: “Los reconocimientos a un estado palestino son vistos por Abbas como un aliento a la estancada negociación con Israel, una vez que el premier Netanyahu acuerde suspender -temporal y acotadamente- la edificación hebrea allí.”
“Temporal y acotadamente”; observe el paciente lector las condiciones que le servirían a Abbas. Una puesta en escena en toda regla.
Pero Klich le sigue otorgando a Abbas el protagonismo de estas semisuspendidas “negociaciones”. Ni lo abyecto de reclamar suspensión “temporal y acotada” de edificaciones, cuando el sionismo ha sembrado de tales toda Cisjordania, fragmentándola y rompiendo toda red social, comunicacional, geográfica. Ni por asomo aparece el verdadero papel cómplice de la AP respecto de los planes israelíes. No hay una mención de lo que acabamos de señalar sobre “el desarrollo satélite y parásito de Cisjordania, adecuado para reeditar los bantustanes sudafricanos, muchos de ellos también “excelentes emprendimientos económicos”.

Klich escamotea el papel de Abbas y la AP lo cual revela su posición pro-israelí. Tal vez vergonzante, porque se va haciendo cada vez más difìcil ser progre y pro-israelí, algo “normal” hasta hace pocas décadas. Defender a la AP es defender uno de los frutos de la estrategia israelí.
Y a quienes aleguen que no nos corresponde a quienes no somos palestinos decidir “la interna política” palestina, lo cual es enteramente compartible, merece recordárseles que eso rige no sólo para críticos sino también para defensores de tal o cual dirección o representación política.
La íntima y ya añosa relación de la AP con los servicios policiales y militares israelíes y estadounidenses tiene por lo visto fuertes rebrotes. Si hasta ahora tales contactos eran para “desarrollar la seguridad de la ‘policía israelí de colonias’ en los territorios palestinos, una suerte de ejército cipayo, 9 desde el 3 de enero del flamante año, Abbas “acordó” con el Dpto. de Estado, el ingreso al “territorio” de la AP del cuerpo militar que ya mencionamos.

El gobierno estadounidense o sus personeros establecieron un mínimo lavado de cara, rebautizando Blackwater como Xe Services, que tiene una red de empresas subsidiarias para tercerizar funciones. Una de ellas, International Developement Solutions -obsérvese lo abstracto del nombre- es a la que el gobierno de Obama le ha conferido el derecho a poner su pie en Cisjordania. Fuentes ligadas a Hamas evalúan que semejante presencia le permitirá a la policía de la AP “mejorar” su sadismo y “recursos técnicos” en la represión. A la luz de los antecedentes, no se puede decir que Hamas desvaríe, calumnie o invente. 10

La huella de este nuevo episodio del strip-tease farandulesco y grotesco de la AP está en el papel que cumple la progresía que se proclama aliada de la causa palestina.
Que progresistas y amigos de Palestina se permitan calificar el análisis de Klich de “interesante” nos dice que estamos en problemas. Si un intelectual profesional como Klich ve con buenos ojos la dinamización económica de Cisjordania, estamos en problemas.
Nos tememos que el operativo de pinzas diseñado por la dirección sionista a principios de los ’90 está rindiendo sus frutos. Y que las voces que lo han sabido conjurar, como la de Edward Said, han sido sistemáticamente dejadas a un lado. 11

¿Qué aliados les quedan a los nativos palestinos? Si ni ahora ni nunca han podido contar con EE.UU., ni con la UE, que se pretendía equidistante, ni con la dirección política palestina laica y socialista que ha optado por el colaboracionismo, ni con los hipercorruptos estados árabes que festonan toda el área árabe del mundo (los mares Mediterráneo y Rojo), ni tampoco con los “amigos judíos” de Paz Ahora, por ejemplo, 12 lo único que pienso puede “ayudar” son las voces -y las acciones- sueltas, esforzadas, heroicas hoy al menos todavía pequeñas, del MSI, de las redes solidarias que están organizando desde hace años expediciones en barcos, en camiones a la asediada Franja de Gaza, de las redes de judíos antisionistas como IJAN, de algunos grupetes intransigentes dentro de Israel como Anarquistas contra el Muro, de los apoyos internacionalistas al boicot (BDS), 13 pero no mucho más.

Salvo aquella vieja ley divina que dice que “los dioses enloquecen a quienes quieren perder”, otra forma de decir que ‘la soberbia pierde a los poderosos’. Como pasó con los nazis. Porque indudablemente la soberbia confunde el juicio de realidad de su portador que cree ser “el mejor” o “lo mejor”. Estas últimas creencias son muy caras a cierto sionismo agresivo y altanero que ha tomado, al parecer definitivamente, el mando ideológico del movimiento sionista.
Y por eso un tipo de sionistas lúcidos como Uri Avneri, defensor de un estado israelí que procura respetar y proteger a los palestinos que viven en Israel y en los territorios aunque al mismo tiempo preservar el hecho colonial, nos revela su temor mayor: que esta dirección israelí cada vez más integrista lleve al suicidio del engendro nacional llamado Estado de Israel.

Por Luis E. Sabini Fernández * 

luigi14@gmail.com

* Periodista, editor de futuros, www.revistafuturos.com.ar, docente de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, Facultad de Filosofìa y Letras, Universidad de Buenos Aires.

notas:
1) La población judía palestina anterior al sionismo.
2) Hay un testimonio personal y nítido hecho por Ruben Kotler, un judío nacido en Tucumán, Argentina: en
“Israel, una dictadura con vestimenta de democracia “, www.deigualaigual.net. Hay un reportaje formidablemente elocuente a Reuven Abergel, un árabe marroquí de religión judía, cofundador de los Panteras Negras israelíes:  www.youtube.com/watch?v=pYpR9DsRVJE  
3) La ezpeluznante frase que no deja ni siquiera una rendija de responsabilidad propia por hechos violentos y torturas es recogida en múltiples documentos directamente de la boca de Meir. Nosotros aquí la extrajimos del documental Matzpen, del cineasta Eran Torbiner y ya la habíamos publicado en “Nuevas tratativas de paz… o de ocupación”.
4) Los condenados de la tierra, Editorial Aquí y Ahora, Montevideo, 1972. La obra original, Les dammés de la terre, se publica en 1961, año de la prematura muerte de Fanon, martinicano  y médico psiquiatra, de leucemia, a los 36 años.
5) Palestinas frihetskamp [La lucha por la libertad de Palestina], Carlssons, Estocolmo, 2008.
6) No todos, claro; los que no están en tales tratativas, o están presos o miran todo desde el llano con impotencia.
7) Cit. p. Julian Salingue, en el blog "La historia del día": Reflexiones sobre la ocupación israelí, la Autoridad Palestina y el futuro del movimiento nacional. Fte.: Discurso del general Dayton en el Washington Institute for Near East Policy, 7/5/2009, http://juliensalingue.over-blog.com/ext/ http://www.washingtoninstitute.org/html/pdf/DaytonKeynote.pdf.
8) En su sitio web.
9) El British Empire en un momento advirtió la vastedad y el alcance de su colonizaciòn y conquista de la India que decuplicaba territorio y población metropolitana por lo cual, con verdadero criterio económico, decidió formar fuerzas de seguridad locales evitando la aplicación de tanta mano de obra british en el cuidado de sus intereses. Los cipayos estaban celosamente entrenados para defender al “amo”, no a su tierra, ni a su gente (aunque el experimento hasta cierto punto falló).
10) Jeff Stein, en The Washington Post, 7 ene 2011, Tania Kepler, Alternative Information Center (AIC), 13 enero 2011.
En Buenos Aires, podríamos ejemplificar con los esclarecedores títulos editados por Editorial Canaán, vale decir por su editor, Saad Chedid.
Véase mi “Sionistas por la pax”, difundido en 2007 en sitios-e.
11) En Buenos Aires, podríamos ejemplificar con los esclarecedores títulos editados por Editorial Canaán, vale decir por su editor, Saad Chedid.
12) Véase mi “Sionistas por la pax”, difundido en 2007 en sitios-e.
13) Movimiento BDS, boicot-desinversión-sanciones, que iniciara un núcleo de palestinos en 2005 pero que ha ido ocupando un papel cada vez más relevante antes las acciones cada vez más genocidas del colonialismo israelí. En nuestra América apenas lo percibimos, pero se advierte su huella, aunque muy hostigado por los gobiernos, en muchos países del llamado Primer Mundo; Inglaterra, Francia, España, Suecia…

jueves, 27 de enero de 2011

Democracia, multitud e igualdad

Por Ricardo Forster  -  http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1010285592334920360

Nombrar la democracia es poner al descubierto la trama de un litigio que la persigue desde los orígenes. Desde Platón sabemos que el ideal republicano nació en conflicto precisamente con la demanda de los muchos que asumió la forma, siempre acechante, expansiva e ilimitada, de la asamblea de los ciudadanos en el Ágora (la plaza pública de aquellos días antiguos). Un conflicto entre el orden que fija las fronteras irrebasables y la emergencia de una figura inasible e insoportable cuyo núcleo resulta de sumar a los que, hasta ese momento, no tenían parte en la suma de la Pólis. 

Esa grieta de origen ha marcado las relaciones siempre arduas y complejas entre la tradición republicana y la tradición democrática. Desde cierta perspectiva se podría decir que la realización de la “República” se corresponde con el fin de lo político, allí donde este último viene a expresar el núcleo de lo que carece de confines, de aquello que no puede ser “puesto en caja”, es decir, ordenado de acuerdo a un régimen que se apoya, en lo esencial, en la fuerza de policía; de un orden, Platón dixit nuevamente, que pone un freno a la incorporación de los incontables en igualdad de condiciones y reclama la imperiosa necesidad de organizar la vida de la ciudad en torno a una élite de guardianes. El filósofo francés Jacques Rancière concluirá que, de lo que se trata, es de “poner fin […] a lo político tal como se manifiesta, a su estado espontáneo, democrático; poner fin a esa autorregulación anárquica de lo múltiple por decisión mayoritaria”. Esa es la dimensión “monstruosa” de la democracia que siempre ha inquietado a los cultores del orden. Ahí radica el deseo, inconfesado, de “ponerle fin a la política” entendiéndola en su verdadera significación que se muestra en absoluta contradicción con la lógica del control y de la reducción de las exigencias de la mayoría a la trama indispensable de la jerarquía. La igualdad, vieja compañera de la politeia, sólo puede permanecer en la República al precio de extraviar su contenido. Cada vez que reaparece, como en los días argentinos, nos devuelve al territorio del litigio, de aquello desde siempre insoportable para el poder. En la escisión entre lo político como fuerza democrática activa y la política como gestión de policía, hay que ir a buscar el conflicto de nuestro tiempo, un conflicto que separa a las fuerzas liberal-conservadoras de las popular-progresistas. 

Pensar la democracia es, entonces, salirse de los lugares comunes, abandonar las perspectivas complacientes y acríticas que suelen ser funcionales a su ahuecamiento, para inmiscuirse con lo “inacabado” de una construcción histórica que convive con sus propias contradicciones. Retomo una más que interesante definición dada por Diego Tatián: “Empleo aquí la palabra democracia para designar la decisión común de mantener abierta la pregunta que interroga por lo que los cuerpos y las inteligencias pueden -ser y hacer-, y de establecer una institucionalidad hospitalaria con la fuerza de actuar, pensar y producir significado con la que cuentan los seres humanos –que son los seres humanos. En este sentido, democracia es una forma de sociedad que activa declaraciones de igualdad, y un régimen político que concreta esas declaraciones en instituciones sensibles a la novedad humana –que de otro modo permanecería clandestina, despolitizada o violenta.” La democracia pensada como una lógica de la incompletud que lleva dentro de sí aquello que la marca desde su inicio: el litigio por la igualdad, es decir la exigencia de los incontables de ser incorporados a la suma de todos los que forman parte de esa equidistancia igualitaria que define el núcleo primero y último de la invención democrática. En esa querella del origen, en esa incomodidad de ensanchar los límites de lo que no tiene límites ni forma precisa pero que organiza cuerpos disímiles, se encuentra el dinamismo conflictivo de un sistema político que nunca acaba de cristalizar allí donde el reclamo de igualdad, que la persigue desde el comienzo, impide la consolidación de una estructura acabada. En ese límite difuso la democracia perpetúa su doble cualidad de ser, por un lado, ontológicamente igualitaria y, por el otro lado, no poder terminar de resolver el carácter de esa igualdad de origen allí donde lo que persiste es la desigualdad material.

La democracia ha sido, y lo sigue siendo, el nombre de una grieta en la estructura del poder; la evidencia de un desafío que los incontables de la historia nunca han dejado de hacerle al poder y que sigue proyectando su sombra desde la antigüedad griega: la persistencia de una exigencia de igualdad en contraposición a la continuidad, evidente o solapada, de una jerarquía estructurada como diferencia de clase. La democracia confunde lo que la riqueza y el nacimiento separan y explican sin inconvenientes; juega con una alquimia que raramente suele trascender y superar los juegos de infancia allí donde, y bajo la atenta mirada de las pedagogías ilustradas, se mezcló lo que luego sería separado por mor de la desigualdad material, esa que ha seguido imperturbable su curso atravesando las diferentes etapas de la historia. 

En todo caso, y desde la reinvención moderna de la democracia, su núcleo igualitario no dejó nunca de entrar en un difícil equilibrio con la realidad de los poderes en pugna, allí donde los cuerpos de los incontables batallan por hacerse más visibles en medio de la invisibilización de los muchos. En el núcleo de esa batalla sorda se inscribe nuestra actualidad política, esa experiencia, a la que llamamos democracia representativa, y que algunos nombran de una manera en la que se intenta borrar las huellas que reconducen hacia el fondo igualitario e isonómico (marca de una memoria antigua que no pudo ser jamás eliminada, la isonomía daba cuenta de la equidistancia igualitaria que, respecto del centro, tenían todos los ciudadanos griegos a la hora de tomar la palabra y de elegir) y otros, los muchos en la suma de la que no todos toman parte aunque les corresponda ser parte de los que cuentan y son contados, pujan, también desde tiempos lejanos, por sumar “democráticamente”, es decir, desde la gramática de la igualdad, a esos muchos cuya invitación a participar del banquete queda siempre en suspenso.   

Para los cultores de una “igualdad desigual”, esa falsa isonomía que restringe la democracia a juego formal, hay una amenaza latente en la exigencia de ampliar la determinación jurídica de la “igualdad ante la ley” incorporando el principio distribucionista de la riqueza socialmente producida, de la misma manera que repiten que el concepto de representación se conjuga inexorablemente con el de delegación de las facultades haciendo inviable, por anárquico y nihilista, su principio opuesto que sostiene la invitación, democrática, a la participación activa y decisoria de los muchos (convertidos en multitud popular). Alucinados ante una visión del Armagedón, los exégetas de una “igualdad desigual”, aquellos que instituyen la frontera policial irrebasable ante la persistente amenaza de los “desiguales de la igualdad” de presentarse de otro modo ante el ágora democrático, despotrican, utilizando los argumentos de la jurisprudencia y la constitución, contra los “igualitaristas”, aquellos que reclaman los derechos de los que restan para sumarse a la suma inconclusa de una democracia excluyente de esa misma multitud que horroriza a los comensales de un banquete que se quiere restringido desde la noche de los tiempos. 

En nuestros días suele dársele el nombre de “populismo” a esa exigencia de ampliación de los límites incorporando a la democracia, a la que ellos, los pocos, denominan “República”, la demanda igualitaria, esa misma que se mete con la riqueza y su distribución y que supo tener otros nombres venerables en el interior de las tradiciones emancipatorias y rebeldes. De nuevo el litigio, de nuevo lo intolerable que asume la forma de la multitud popular, que no es la de la suma cordial y autorreflexiva de individuos fácilmente contables, sino la de la abigarrada expresión de los incontables, esos mismos cuyo lugar en la República no deja casi siempre de ser un incordio, esa incomodidad que suelen producir los recién llegados cuando, sin previa invitación, cuestionan las formas tradicionales, esas que afincadas en las instituciones dejaron desde siempre en el plano de la retórica lo que debía resolverse en el plano de lo material. La paradoja no dicha es que los supuestos recién llegados no son otros que los generadores de la riqueza con la que se regodean los dominadores de ayer y de hoy; aquellos que desde el fondo de los tiempos están ahí exigiendo lo que les pertenece por derecho y justicia. Lejos de constituirse como individuos autosuficientes o como ciudadanos atentos a los límites de una ley siempre desigual en su aplicación, sus momentos de luminosidad histórica se expresan bajo la forma de la multitud, de la masa desafiante, de la rebeldía de los incontables, de la chusma oscura o del pueblo movilizado. La democracia, su existencia histórica, es el resultado directo de esas multitudes inquietas y contestatarias, nunca el producto dadivoso de un poder establecido. Sin esas rebeldías, sin las eternas jacqueries de los invisibles, la actualidad social y política sería infinitamente peor para los muchos. 

Nada más perverso e impúdico que el relato de los vencedores en el que se transfiere la violencia y la barbarie a los vencidos, despojándolos no sólo de derechos y de bienes sino, más grave todavía, de memoria y de historia para convertirlos en chusma rugiente, incendiaria y arrasadora de cualquier expresión civilizada. Para ese relato que suele habitar los pasadizos teóricos algo herrumbrados del republicanismo liberal, la multitud no representa otra cosa que un más allá caótico de las instituciones y de los ideales ciudadanos. Frente a la multitud anómica y peligrosa aparece la reivindicación luminosa del individuo, célula autoconsciente de una sociedad que debe luchar denodadamente contra las inclinaciones regresivas que se guardan en el seno de la plebe. En nuestros días menos sofisticados –dominados por los lenguajes triviales y chabacanos de la corporación mediática-, se habla de “la gente”, de “los vecinos autoconvocados” en contraposición flagrante a “los piqueteros” o, en un nuevo giro de los últimos tiempos, a los “ocupas”. Una sociedad de individuos blancos y propietarios, heredera de la saga civilizatoria, versus un aluvión oscuro que bajo la forma de la multitud heterónoma, ausente de sí misma y manejada por intereses mezquinos, viene a amenazar los fundamentos democrático liberales de la República.  

Esa exigencia de recuperar lo olvidado de la democracia (lo que en general no solía entrar en el imaginario de nuestros “republicanos”, muy atentos a cuidar la calidad de las instituciones protegiéndolas de la invasión de los bárbaros), lleva hoy, entre nosotros, el nombre litigioso de “igualdad”. Cuestión no menor la de establecer, de nuevo y bajo las exigencias propias de la época, el vínculo entre la libertad, figura ejemplar sin la cual la democracia languidece por inanición espiritual, y la ya mencionada igualdad, sin la cual la misma democracia languidece por inanición de los cuerpos, es decir, por carencia de pan. Extraordinario desafío de una época, la nuestra, que ha conocido la tragedia de la separación, que ha sabido lo que significa buscar la igualdad dejando en el camino la libertad, pero que también ha experimentado lo que trae aparejado despejar la democracia, su existencia como Estado de Derecho, de la distribución más equitativa de la riqueza.

miércoles, 26 de enero de 2011

Raúl Scalabrini Ortiz y el periodismo resistente

Por Francisco José Pestanha - http://www.diarioregistrado.com/nota-46525-Raul-Scalabrini-Ortiz-y-el-periodismo-resistente.html



A pesar de persistentes prédicas que niegan el fenómeno, la historia de la humanidad nos demuestra palmariamente que las dinámicas de sujeción colonial visibles o encubiertas han determinado y aún determinan las relaciones de poder entre los estados, y además que ellas, no se manifiestan exclusivamente en el orden de lo económico sino que se expresan también en el universo de lo cultural, y en tanto, en el campo de lo intelectual.

Resulta además dato irrefutable de la realidad que los pueblos sojuzgados a fin de sobrellevar tal impronta, suelen adoptar las más diversas modalidades de resistencia.

Desde diferentes perspectivas el pensamiento americano en general y el argentino en particular, ha abordado la cuestión de la resistencia cultural resultando ilusorio en este breve artículo, enunciar la totalidad de tales orientaciones.

Pero a pesar de ello puede sostenerse sin temor a equívoco que Manuel Ugarte, Fermín Chávez, Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz, entre otros tantos, han asumido y representado en su época lo que hoy denominamos “la matriz resistente”.

Algunos “intelectuales” escandalizados por la reivindicación constante que hacemos de tales autores inclusive en el ámbito universitario, atribuyen nuestra vindicación y homenaje a cierta tradición paranoica fogoneada desde las altas esferas del poder. Mal entienden ellos el verdadero objetivo de la ciencia, ya que la puesta en valor de sus señeras obras, no responde a un proceso que viene de arriba hacia abajo si no muy por el contrario de abajo hacia arriba.

Muchos de nosotros hemos sido testigos y quizás partícipes de un fenómeno sociológico que se remonta cuanto menos a unos 15 años atrás, y a través del cual, espontáneamente, nuestra comunidad fue reconstituyendo un acervo intelectual y conceptual que el maestro Fermín Chávez definió magistralmente como epistemología de la periferia.

Raúl Scalabrini Ortiz representó a en su época a esta modalidad epistemológica a partir de una “práctica periodística resistente”. En tiempos del "imperceptible" yugo Británico, don Raúl se propuso denunciar inclusive a la propia prensa consagrada afirmando en alguna oportunidad que “en un país empobrecido, los grandes diarios son órganos del dominio colonialista.

El periodismo es quizás la más eficaz de las armas que las naciones eventualmente poderosas han utilizado para dominar pacíficamente a los países más débiles”.

Para Scalabrini mediante el “diestro empleo de la información” cierta prensa transmitía “solo aquella parte de la realidad que conviene a los intereses que representa”, poniendo de esta forma en el tapete una verdad no siempre revelada ni asumida. No dudo que en la actualidad, Scalabrini hubiera apuntado similar crítica a los medios concentrados.

El autor de “El hombre que está solo y espera” pudo haber usufructuado de los privilegios que le hubiera otorgado su temprana coronación literaria.

No obstante, optó libremente por asumir el desafío de practicar un verdadero periodismo independiente, independencia que se reveló no solamente en su coherencia, sino además en la precariedad económica con la que convivió hasta sus últimos días.

Scalabrini además eligió abiertamente ejercer un periodismo útil a su comunidad, ya contribuyó a liberarla demostrando nada más y nada menos que el capital ferroviario invertido en la argentina, era una organización económica montada para extraer regalías extraordinarias a costa del trabajo argentino.

Scalabrini Ortiz en definitiva prefirió erigirse en uno de los precursores del periodismo militante, ya que mediante su intuición, su sagacidad, su formación, su inteligencia y su sacrificio, logró penetrar en las en redes ocultas que sojuzgaban a la Argentina consagrando así su vida a una sola causa: la liberación integral del país.

domingo, 23 de enero de 2011

“Ningún gobierno hizo la reforma agraria ni tocó a la Sociedad Rural”


Osvaldo Bayer - http://www.8300.com.ar/2011/01/23/osvaldo-bayer-ningun-gobierno-hizo-la-reforma-agraria-ni-toco-a-la-sociedad-rural/



El reparto de la tierra
Hay cosas que no nos enseñan en la escuela. Por ejemplo que esa matanza que hace el general Roca en la campaña al desierto fue financiada por la Sociedad Rural Argentina, la misma que existe actualmente. No se nos ha dicho tampoco que el presidente Avellaneda que es el verdadero responsable de esa campaña, hace luego el reparto de tierras a mil estancieros de la SRA. Les entrega 42 millones de hectáreas. Al presidente de la SRA –lo dice la documentación- José María Martínez de Hoz, bisabuelo directo del ministro de Economía de la dictadura de Videla- se le entregan dos millones 500 mil hectáreas. Son 2.500.000 manzanas. Y todos los demás están los campesinos de siempre: Pereyra Iraola, Anchorena, Unsué. Todos no menos de 500 mil hectáreas. Así se formaron los grandes latifundios argentinos. También se le da gran cantidad de tierras a todos los oficiales que intervinieron en la matanza de los pueblos originarios. Y a Roca se le dan 60 mil hectáreas de regalo en tierras que él mismo elige en Guamini. Funda la Estancia La Larga –que es propiedad de los bisnietos de Roca que son Alvear.
Roca reestablece la esclavitud
Aparece en la película los avisos de los diarios de la época. Hoy, entrega de indios a toda familia que lo requiera se le entregará un indio como peón, una china como sirvienta y un chinito como mandadero. En las plazas públicas de Buenos Aires se hizo la entrega pública de indios. Se reinstala la esclavitud que había sido abolida en la gloriosa asamblea del año 1813. Luego se envían mas de 8 mil indios prisioneros a trabajar en los cañaverales de azúcar de Tucumán, sobre todo en las plantaciones de los Pose, parientes de Roca.  Hay una carta de Roca que le dice al gobernador de Tucumán que por favor no traiga más esos indios haraganes del Chaco. “Yo le voy a mandar Ranqueles y Mapuches que son muy trabajadores y pueden trabajar un montón de horas por día”. Esto es en lo que cayeron esos ideales de mayo.
De la Sociedad Restauradora a la SRA
Los que nunca se nos enseñó en la historia, es que la Sociedad Restauradora de apoyo a Juan Manuel de Rosas, estaba integrada por estancieros: Anzorena, Unsué, Pereyra de Iraola. Todos cuyos descendientes presiden la Sociedad Rural. Ellos fueron los que le apoyan a Rosas en su primera campaña al desierto. Rosas emite partes que dicen que fueron muertos mil salvajes y traídos otros tantos para trabajar en nuestros campos. A Rosas se le regala la isla de Choele Choel pero pide que le den la misma cantidad de hectáreas en tierras más cercanas a Buenos Aires así tiene tiempo de ir a visitarla. Esa sociedad Restauradora se diluye cuando cae Rosas, y pocos años después, en 1864, se funda la Sociedad Rural Argentina, que es la co financia la campaña al Desierto de Roca.
Nunca se los tocó
En la película también se ve el poder de los estancieros. Desde entonces hasta el voto no positivo de Cobos. Nunca se los tocó. Ningún gobierno hizo la reforma agraria ni tocó a la Sociedad Rural.
Sin apoyo
El INCAA no nos dio ni cinco centavos, mientras que para otras películas puso 350 mil pesos o mas. Y me da bronca porque es una película para iniciar el debate. Con pruebas históricas. Invito a los historiadores que miren la película Awka Liwen y que me digan si ven algo que es mentira. Finalmente, nos dieron un pequeñísimo apoyo para la publicidad de la película. La presidenta nos recibió de inmediato y nos dio el título: La presidencia de la nación apoya el film. Fue una cosa medio de palabra. No fue plata. Y gracias a Dios nos apoyaron dos fundaciones de partidos políticos alemanes: el partido Verde y el Partido Social Demócrata.
Belgrano y su defensa de los pueblos originarios
Hay que leer estos increíbles documentos de Manuel Belgrano sobre los pueblos originarios. Cómo los defiende, como retrata en sus escritos la esclavitud terrible que sufrieron bajo los españoles. La mita, la encomienda, el yanaconazgo, esas tres formas de esclavitud. Cuando él hace la expedición al Paraguay señala que se le van a devolver las tierras comunitarias, se les va a dar la libertad y terminar para siempre la esclavitud. Y dice que recurría a la Junta de Mayo para que se le den préstamos para la compra de elementos para la agricultura y la cría de ganado, dice Belgrano en Diciembre de 1810. Hay que ver también los textos de Bernardo de Monteagudo, Juan José Castelli y Mariano Moreno sobre la defensa de los pueblos originarios. En 1813 la asamblea termina con la esclavitud de los de acá y de los africanos que habían sido traídos por los españoles porque no les alcanzaba los que tenían.
De la zanja de Alsina a Roca
Los estancieros se quejaron ante el gobierno de Avellaneda de que los indios son ladrones y se roban las vacas. Entonces Avellaneda le dice a su ministro de Guerra, Alsina, que presente un plan para acabar con el robo. Alsina dice que los pueblos originarios no tienen sentido de la propiedad. Para ellos pertenece a la naturaleza. No pueden entender que una vaca pertenece al señor Martínez de Hoz. Entonces, propone hacer una zanja a lo ancho de todo el país. Desde el Océano a la Cordillera, de 5 metros de profundidad por 3 de ancho. Van a cruza, pero no van a poder hacer saltar a las vacas. Así los indios van a comprender que no pueden llevarse las vacas. Comienza la construcción. Se hicieron más de 300 kilómetros. Pero para mala suerte de los pueblos originarios Alsina se muere y viene Roca. Roca dice que hay que imitar a los Estados Unidos, que eliminaron a los pieles rojas y a los Siux con el Remington.
Atalivar
El general Roca pide que se compren 10 mil Remington. Sarmiento, muy pícaro, se pregunta por qué compró 10 mil si había 2 mil soldados. ¿Adónde se fueron los otros 8 mil? Por eso Sarmiento inventa el verbo atalivar, porque el que le manejaba los negocios –los negociados- a Roca fue su hermano mayor Atalivar Roca. Entonces Sarmiento siempre escribía: “El general Julio Argentino Roca hace sus negocios y su hermano Ataliva”. Punto. Que quería decir “cobra la coima”.
Estación y francesa propia
Roca terminó con su estancia La Larga en Guamini. 60 mil hectáreas en posesión de los bisnietos de Roca de apellido Alvear. Allí, cuando Roca hace el negocio con los británicos para hacer el Ferrocarril Sur que iba a General Roca, hizo ponerse una estación en su estación, porque él tenía ahí su querida francesa. Y entonces los sábados el señor presidente de la Nación se iba en el tren Sud y era el único pasajero que se bajaba en la estancia La Larga, y ahí caminaba 20 metros y lo esperaba su querida francesa en la mansión que le hizo hacer. Todo esto lo cuentan los diarios de la región.
Preso por Arbolito y Rauch
Arbolito le cortó la cabeza al coronel Rauch contratado por Rivadavia para exterminar  a los indios Ranqueles. Le decía así porque tenía el pelo muy largo y de lejos parecía un arbolito. Rauch era un teniente coronel prusiano. Ese Rauch era un verdadero genocidio. Arbolito lo esperó en una hondonada, le volteó el caballo y enseguida le cortó la cabeza. Yo di una charla en la localidad bonaerense de Coronel Rauch en 1963. Me invitó la Biblioteca Pública. Yo hablé de Rauch y leí sus comunicados. El primero dice textualmente: “Hoy para ahorrar balas hemos degollado a 27 ranqueles”. No dice para qué degolló a los ranqueles. Lo importante era el ahorro de balas. Era un coronel occidental y cristiano. El otro comunicado era mas filosófico y dice: “Los ranqueles no tienen salvación porque no tienen sentido de la propiedad”.  Y el tecero era un visionario: “Los ranqueles son anarquistas”. Tiene razón, si son anarquistas hay que terminar con ellos. Realmente hizo un genocidio con los ranqueles y este arbolito hizo justicia. Cuando terminé la charla le propuse a los vecinos que le pidan cambiar el nombre del pueblo de Rauch a Arabolito. Pero cuando hice ese pedido, todo el mundo rajó, salvo dos viejitos de primera fila que me aplaudieron pero sin sonido. Así me fue: estaba en el gobierno la dictadura que había derrocado a Fronidizi y estaba Guido. Y el ministro del Interior era el general Juan Enrique Rauch, bisnieto de aquel prusiano. Estuve 63 días presos. Y para humillarme me llevaron al cárcel de mujeres de Riobamba.
14 dictaduras
Yo he tenido una vida larga. Pasé 14 dictaduras militares. Nací en el año 27, el mismo año de Rodolfo Walsh y David Viñas. Las dictaduras, la muerte de los queridos amigos. No nos queda otra cosa que tratar de hablar de nuestras experiencias para ver si encaminamos a la sociedad.
Sin venganza
Ayer escuché a cuatro madres de chicos víctimas del gatillo fácil de la policía en Bariloche. Qué humildes y qué cosas interesantes dijeron. Que tienen mucho por luchar. No sólo por sus hijos sino por una sociedad menos violenta. También estaba presente la madre de Atahualpa, ese chico de Viedma que mataron hace tres años. Con una filosofía humilde, sencilla, pero directa. Sin deseo de venganza, pero si de un mundo mejor.
Civilizados
Alexander von Humboldt en su viaje por América habla del respeto que tienen los pueblos originarios por la naturaleza. Dice que no toman mas de lo necesario para vivir. Le pregunta por qué hacen eso: porque hay que pensar en las próximas generaciones, dicen los que nosotros llamamos los salvajes. Y los civilizados somos los que acabamos con la naturaleza.
No hay democracia con villas miserias
Con respecto al actual gobierno podemos decir que es el primer gobierno en la historia argentina que fue capaz de mandar a juicio a los militares golpistas que inventaron el sistema de la desaparición de personas, el robo de niños, tirar a gente viva al río y todas las barbaridades de la dictadura de Videla y sus militares. También destaco que ha sido capaz de terminar con la ley de medios de la dictadura militar. Es una vergüenza que los gobiernos democráticos de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, respetaron una ley de la dictadura porque se metía contra los grandes monopolios del periodismo argentino, y eso no se podía atacar. Este gobierno lo hizo. Es algo justo. Otra cosa importante es devolver las jubilaciones al Estado y no a empresas privadas. Es increíble que se le haya dado el dinero nuestro a los privados. Pero falta mucho por hacer todavía. Mientras haya niños con hambre no podemos decir que haya democracia. Y no hay democracia mientras haya villa miseria. ¿Es democracia en Buenos Aires la villa 31 a 18 cuadras del cabildo con los documentos en los que se hablaba de libertad, libertad, libertad? ¿Qué le damos a esa gente? Villas miserias en Retiro y del otro lado los lujosos countries. Por lo menos la democracia le tiene que dar un techo digno a una familia. Eso es crear violencia. Este es nuestro país. Hay que seguir empujando para llegar a un principio bien democrático.
País de espigas de oro
Es increíble que en la Argentina a la que llegó el poeta Rubén Darío la describió como el país de las espigas de oro que puede alimentar al mundo entero. Y en los diarios de hoy aparece la noticia del gobernador de Misiones que habla de la muerte de 204 niños por hambre. Esos son los datos que tenemos que leer.
De Palacios a Macri
¿Qué escribió Macri sobre política, sobre economía? Nada. Su único antecedente es ser hijo de un empresario con mucho dinero y haber sido presidente de un club de fútbol. Yo repito siempre: 1903, Buenos Aires elige al primer diputado socialista de América: Alfredo Palacios. 100 años después elige a Macri. En Buenos Aires gana las elecciones el señor De Narváez. No porque sea colombiano. Pero su único antecedente es ser dueño de casa Tía. Para no hablar de otros candidatos que ganaron en otras provincias.
El límite del gobierno
Mi ideal es llegar a la igualdad en democracia, no a través de dictaduras. Pero hay que seguir empujando para llegar a que no hayan niños con hambre o villas miserias. Hay que luchar por eso. Los Kichner tienen algunas medidas de izquierda como el juzgamiento a los militares, o acabar con las grandes empresas. Pero en otras actitudes no son de izquierda. O al menos tienen temor de tomar medidas que traigan mas justicia social.
Una América Latina diferente
Es una América Latina diferente, con grandes esperanzas. Es increíble que en Bolivia haya triunfado un hombre de los pueblos originarios con el voto popular. Y es un hombre muy querido. También en Ecuador que para mi es el mejor gobierno de todos, por eso quiso ser corrido por la policía. En Chile hubo un paso atrás. Bachelete no se animó. La gente votó a un partido socialista pero de socialista nada. Dejó leyes de Pinochet como por ejemplo juzgar por terrorismo. Pero que en Uruguay haya sido elegido Mujica presidente, un guerrillero que estuvo más de 13 años presos, es un paso adelante en los votantes de este continente. Lo mismo Lula en Brasil. O el caso de Chavez, que un poco a veces se sale de contexto, pero está haciendo muchas cosas. Es tremenda la diferencia de esa sociedad entre la gente que vive abajo y la que vive arriba en las montañas. Creo que es justo haber elegido a Chavez. Y en otros países de Centroamérica también se ve una tendencia.
Obama es una caricatura
Lo único que le preocupa a EEUU es que no haya guerrilla o movimientos de izquierda. Se nota en el presupuesto lo que gastan en fuerzas de espionaje, armas y todo eso. El señor Obama es una caricatura. Sigue gobernando por encima y haciendo lo que dicen los poderes. Tendría que haber hecho una verdadera revolución como descendiente de esclavos. Pero los poderes son muy grandes. Ya se ha notado cuando ocurren las cosas: Kennedy estaba haciendo una democratización y así le fue.
Europa racista
Son la crisis habituales del capitalismo. Y cuando eso ocurre se le echa la culpa a los extranjeros. Esto se Sarkosy de expulsar a los gitanos. Imagínense Francia, 1789, Revolución francesa, libertad, igualdad, fraternidad, y ahora Sarkosy echando a los gitanos y aumentando la edad de jubilación. La culpa la tienen los franceses que es un ultra conservador que nunca ha tenido un programa. En Alemania igual: tiene 4 millones de desocupados, y eso que es el que mejor le va. La señora Merkel ha llamado la atención diciendo que no comprende a los trabajadores turcos que no han aprendido nada de la cultura alemana. Lo dijo en un discurso muy racista. Pero cuando los alemanes no quisieron hacer los trabajos de abajo, hicieron entrar a 6 millones de turcos para eso. Y ahora les echan la culpa. Este sistema es de una perversión increíble. España también tiene serios problemas y estamos viendo cómo están tratando a los turistas argentinos, o a las mujeres que van a visitar a los miles de argentinos que viven en España. Eso lo hacen para espantar. Creen que con ese sistema se acaba la desocupación. Y ni qué hablar de Estados Unidos con los latinos.