martes, 21 de junio de 2011

Historia universal de la infamia

Los crímenes contra la humanidad que cometió el Estado argentino, hace unas pocas décadas cuando se apellidó genocida, tuvo aliados e instigadores foráneos. No fue el fantasma que una vez, dicen, recorrió Europa, fue la gran potencia capitalista que quiso imponer un nuevo modelo a como diera lugar.
“Todo tiene que ver con todo en el devenir de la humanidad”. Así comenzamos nuestra exposición ante el Tribunal Oral que lleva a cabo los juicios contra genocidas en los Juzgados Federales de la provincia de Mendoza, en el oeste argentino. Utilizamos esa expresión para afirmar que el genocidio argentino estuvo íntimamente vinculado a los designios del poder real de las corporaciones monopólicas e imperialistas de Estados Unidos. O aquello que nuestro amigo Carlos Marx reflexionaba en sus cavilaciones cotidianas sobre la dolorida humanidad: la dialéctica de la historia.
Por ejemplo, el nacimiento de Estados Unidos como nación renegó de su matriz inglesa. Nacimiento con olor a puritanismo cuáquero sin incienso y con el "destino manifiesto" de ser el centro del universo y su custodio. Allí donde afloraban los frutos más apetecibles de la naturaleza, expandía su "destino", no sin antes expandir sus fronteras con las anexiones a cañonazos de los territorios mexicanos de Texas, California, San Francisco. 
Los pocos dólares que puso fueron en la adquisición de la helada Alaska, en las cercanías del polo norte. Primero fue el arcabuz y después el rémington las herramientas con que emprendía, sin pausas, las aventuras depredadoras hacia los cuatro costados de su envergadura geográfica. 
Los primeros hitos los marcó en la misma América: en el norte, en el centro y algo en el sur. Las invasiones se sucedieron desde siempre: en 1846 México; cinco veces invadió Nicaragua, en 1853, 1854, 1894, 1926 y 1980; China en 1859; en 1860 Angola; en 1865 Panamá; en 1893 Hawai -que después fue anexado-; en 1898 Puerto Rico, Filipinas y Guam; 1900 otra vez China; en 1915 Haití y en 1918 República Dominicana; y decenas de incursiones invasoras más. 
Hacia el este y el oeste la contención de los mares no le impidió avizorar para un futuro no tan lejano la expansión territorial, o al menos lo apetecible de la naturaleza en el más allá del horizonte marítimo, y que recién se daría posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Desde cuatrocientos años antes, la conquista española dejó su impronta de la cruz y la espada, con incipientes y débiles presencias francesas y portuguesas; pero finalmente la "América para los americanos" de la doctrina Monroe arrasó con los colonizadores europeos y la doctrina se fue afianzando al Sur del Río Grande. 
En uno de sus poemas lo historió aquel poeta nicaragüense, Rubén Darío: “Pobre México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios”; axioma que sería abarcatorio al resto de la América del Sur, en que la distancia no fue óbice para sus objetivos depredatorios en esta parte del mundo. 
El poder económico-financiero, adquirido en aventuras piratas pero por tierra, le permitió adquirir las conciencias cipayas de las clases dirigentes sureñas. Fue el portador de una segunda invasión y los espejitos de colores se revirtieron en la efigie de Washington en billetes verdes. 
El empeño es más agudo en cuanto sus aventuras allende los mares se trocaron en vergonzosas derrotas en el Asia de la China Popular y Vietnam. La mirada se agudizó hacia el sur de la América dolida y se incrustó en las frágiles ideologías de las oligarquías y burguesías nativas. Campo orégano para el festín del depredador imperialista norteño.
Esta historia lineal de ese "destino manifiesto" se desliza con altibajos después de "las relaciones carnales" que signaron el final del siglo pasado en estas tierras, dejando sus rastros en el cuerpo social de nuestros pueblos. 
Pero, como cuando nos sacudimos el polvo acumulado durante un largo caminar por el desierto, ese polvo, convertido en lodo nauseabundo, se ventila, en parte en los tribunales federales de aquí, en Mendoza, y deja al descubierto las miasmas del imperio. 
Porque en la Argentina, en Latinoamérica, en parte del mundo, lo que se está juzgando en los pequeños humanos –pequeños de alma y de espíritu– convertidos en dóciles y vergonzantes cipayos, es la cloaca ideológica que es el imperio “yanqui”. Y que ya es parte de un enorme capítulo de lo que la imaginación borgeana pusiera como título en uno de sus textos: Historia universal de la infamia.
* El autor es periodista y referente de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre

martes, 14 de junio de 2011

Argentina, hace 35 años - un plan para eliminar al PRT-ERP del Comahue .

Por Pablo Scatizza - http://www.8300.com.ar/2011/06/14/un-plan-para-eliminar-al-prt-erp-del-comahue/ 


Hace exactamente 35 años, entre el 9 y el 15 de junio de 1976, se realizó en Cutral Có y Plaza Huincul un operativo comandado por el Ejército en el que fueron secuestrados por lo menos diecisiete jóvenes de entre 15 y 30 años. El objetivo formó parte, sin embargo, de un plan más grande cuya ejecución había comenzado tres días antes en Neuquén capital: desmantelar una célula del PRT-ERP que, en la hipótesis castrense, operaba entre el valle neuquino y la comarca petrolera.

Al atardecer del sábado 12 de junio de 1976, cinco sujetos ingresaron a la vivienda de la familia Seguel, en Cutral Có, preguntando por una tal “Silvia” y mostrando una foto de Arlene, el nombre real de aquella muchacha de tan sólo 21 años. Ella no estaba en casa, pero minutos más tarde llegaría y se encontraría con sus secuestradores. Estudiaba Servicio Social en la Universidad Nacional del Comahue y militaba en el PRT. 

Nunca más se la volvería a ver. En los tres días siguientes los represores irían en busca de más de una docena de compañeros, amigos y conocidos suyos que como ella habitaban la comarca petrolera, llevando a cabo lo que hoy recordamos como Operativo Cutral Có.

Pero retrocedamos unos días. Tres, para ser más exactos, cuando el Ejército Argentino decide iniciar en Neuquén capital uno de los operativos de secuestro más importantes que se producirían en la Patagonia argentina. El objetivo: desmantelar una célula del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que se estaba consolidando en la región. La luz verde del raid delictivo se encendió aquella tarde del 9 de junio. En el imaginario militar, una de las puntas del ovillo por donde comenzar a tirar estaba en un grupo de jóvenes vinculados al mundo del teatro, junto con otro de mujeres que pertenecían a la carrera de Servicio Social que se dictaba en la UNCo. Y por allí empezaron. Sabían, o quizá lo sospechaban, que no todas sus víctimas estaban directamente vinculadas con esa agrupación política, pero eso no les importaba en absoluto. Ya habría tiempo para interrogar, torturar, desaparecer o descartar, según fuera el caso. El asunto era que no quedara nadie afuera.

Ese miércoles 9 de junio, un grupo de secuestradores integrados por miembros del Ejército y de la Policía Federal secuestrarían primero a Alicia Villaverde, mientras estaba trabajando en la oficina de Compras de la Subsecretaría de Obras Públicas de la Provincia. Casi al mismo tiempo, otra comisión de detención se llevó de la casa de la docente de Servicio Social, Susana Mujica, a Cecilia Vecchi, Darío Altomaro y Lucio Espíndola. Susana no estaba en su casa y recién la encontrarían allí cerca de la medianoche. También se la llevarían secuestrada y, al igual que su alumna Cecilia, serían asesinadas y aún hoy permanecen desaparecidas. Alicia, Dario y Lucio eran miembros de la compañía de teatro “Génesis”, de mucho renombre en aquel entonces y en el cual el Ejército tenía sus ojos puestos. Hay pruebas, también, de que Susana y Cecilia no sólo compartían espacio y tiempo en la carrera de Servicio Social de la UNCo sino que eran activas militantes del PRT. Sea por relación familiar, amistosa o de militancia, todos ellos estaban vinculados entre sí.

También estaban relacionados con Alicia Pifarré, reconocida actriz y compañera de Alicia, Darío y Lucio en el grupo “Génesis”. Alicia militaba, además de actuar y cantar, en el PRT junto con Susana y Cecilia. Y como ellas también continúa desaparecida. Fue secuestrada aquella noche del 9 de junio, junto con su amiga Alicia Figueira mientras iban en el auto de esta última camino a la universidad.

Dos días después, el raid delicitivo continuará su tarea. Era la mañana del 11 de junio, cuando Mirta Tronelli cayó en manos de sus secuestradores de su lugar de trabajo en la Dirección de Turismo Social, cuyas oficinas estaban ubicadas en la galería Española. La subieron a un auto y se la llevaron. Al igual que su profesora Susana Mujica y su compañera de estudio Cecilia Vecchi, aún continúa desaparecida. Las tres fueron por identificadas por última vez en el centro clandestino de detención, tortura y muerte “La Escuelita” de Bahía Blanca. Antes había pasado, junto con sus compañeros y compañeras, por “La Escuelita” de Neuquén ubicada en los fondos del Batallón ubicado sobre ruta 22.

Ese viernes 11 de junio también fueron secuestrados Gladys Sepúlveda, Virginia Recchia y Carlos Schedan. Virginia y Carlos estaban casados, y este último había sido un activo militante del PRT. Sería visto con vida por última vez en La Escuelita de Bahía Blanca. A aquel centro clandestino de detención también serían llevadas, Eva Libertad Garrido, Élida Sifuentes y Nora Rivera, secuestradas al día siguiente; el mismo 12 de junio en el que comenzaría el denominado Operativo Cutral Có.

Terror en la comarca
Cuando el reloj apenas había pasado las 20 del lunes 14 de junio, la etapa más intensa del operativo Cutral Có se ponía en marcha. Al menos catorce hombres y una mujer serían secuestrados en poco más de ocho horas, por tres comisiones de detención que actuaron conjuntamente con sendos grupos de tareas. El centro de operaciones sería la Comisaría Cuarta de Cutral Có cuyo jefe era el comisario Héctor Mendoza, detenido recién el año pasado luego de estar prófugo desde que se ordenara su arresto en agosto de 2008. Desde la capital neuquina viajaron ese día el capitán Roberto Maier, entre otros oficiales y suboficiales, apoyados por decenas de soldados del Ejército y agentes de la Policía Provincial.

El operativo fue llevado a cabo de manera coordinada por grupos de tarea y comisiones de detención, que no eran lo mismo aunque secuestraban igual. Estas últimas estaban conformadas por personal del Ejército y de la Policía, quienes actuaban vestidos de civil o con uniforme, y generalmente se identificaban al practicar las detenciones. Actuaban apoyados por personal policial y/o militar y vehículos con identificación oficial. En cambio, losgrupos de tarea operaban de manera clandestina y mucho más violenta, en vehículos civiles, sin identificación o con identificaciones falsas, y sus integrantes actuaban vestidos de civil, con el rostro oculto (utilizando capuchas, bufandas, pañuelos) o directamente disfrazados. Estos grupos solían estar conformados por personal civil dependiente del Ejército y de la Policías Federal y Provincial, y hay testimonios que indican que posiblemente hayan participado sujetos que no eran integrantes de ninguna fuerza armada, a cambio de dinero o influencias.

Como decíamos recién, el operativo intensificó su labor recién iniciada la noche de aquel 14 de junio. Sin embargo, ese lunes por la madrugada, muy temprano, el mismo grupo de tareas que había secuestrado a Arlene Seguel había vuelto a las calles. Esta vez, a llevarse ilegalmente detenido a Carlos Chávez, que se encontraba durmiendo en la casa de sus suegros, ubicada en Alem 649 de Cutral Có. Un rato antes de ello, cerca de las 3 de la mañana, el comando había iniciado su raid rompiendo una ventana de la casa de Herminio Mario Fuentes, forzándolo a abrir la puerta a punta de pistola. Los secuestradores tenían el dato de que allí se habían realizado reuniones políticas del ERP encabezadas por un hombre apodado “Cacho”.

Pero Cacho no estaba. Quien usaba ese nombre de guerra era Julio Isabelino Galarza, y ya había huido de Cutral Có apenas se enteró del secuestro de Arlene, su compañera militante, ocurrido dos días antes. No obstante, sería secuestrado y desaparecido un año más tarde en alguna otra parte del país por las fuerzas represoras que en aquel entonces gobernaban el territorio. Los integrantes del grupo de tareas no tenían muy en claro quién era Cacho, pero sí que las reuniones que se habían realizado en el galpón que Fuentes tenía al fondo de su casa había estado Carlos Chávez junto con otros militantes, por quienes irían unas horas después.

La hipótesis represiva
Según los represores, los jóvenes Pedro Daniel Maidana, José Delineo Méndez, Octavio Méndez, Sergio Méndez Saavedra, Dora Seguel y Miguel Ángel Pincheira integraban la supuesta célula del PRT-ERP junto con Arlene Seguel, Carlos Chavez y Julio Isabelino Galarza, entre otros. Y esa célula estaba conectada con Neuquén, por lo menos, a través de Arlene, estudiante de la carrera de Servicio Social en la UNCo. Sin embargo, no sólo militantes políticos se llevaron en este operativo; mucho menos se llevaron solamente a militantes del ERP. Cutral Có era un lugar muy pequeño en ese entonces y las relaciones personales de los estudiantes y trabajadores se abría como un abanico al momento de establecer conexiones. Fue por eso que varias víctimas de este operativo de secuestros lo fueron por conocer a uno o ser amigo del otro; por militar en actividades sociales en los barrios o por hacerlo a través de iglesias. Motivos todos ellos más que suficiente para ser víctima directa del plan genocida que, entre 1974 y 1983, intentó “reorganizar” una sociedad en base a la destrucción literal de la existente.

El terror se expande
Al anochecer de aquel lunes 14 de junio, un grupo de tareas irrumpió en la casa de Sergio Méndez Saavedra, quien fue sujetado violentamente a punta de pistola y obligado a subir a un vehículo particular para ser llevado rumbo a la Comisaría: allí serían llevadas una a una las víctimas de este operativo para comenzar a ser torturadas. Junto a él estaba Carlos Chávez, desfigurado y prácticamente irreconocible por los golpes. 

Minutos más tarde, en otra parte de la ciudad una comisión de detención ingresaba junto a un grupo de tareas en la vivienda de la familia Méndez en busca de José Delineo. Pero no lo encontrarían allí ya que estaba haciendo el servicio militar en Junín de los Andes, donde igualmente sería detenido sólo unas horas más tarde. 

De la casa de los Méndez, la comisión de detención se dirigió rumbo a la Escuela Comercial Nocturna Margarita Paez de Cutral Có, donde detuvieron a Octavio Omar Méndez, el hermano de 15 años de José Delineo, y Dora Seguel, quien tenía 16. Prácticamente al mismo tiempo, un grupo de tareas irrumpía en el domicilio de la familia Maidana en busca de Pedro, a quien no encontrarían ya que estaba ingresando a clases en la ENET N° 1 de Plaza Huincul. A quien sí se llevaron de esa casa fue a su hermano de 17, Juan Carlos, con la expectativa de obtener información a fuerza de tortura.

Mientras esto sucedía, otra comisión de detención comandada por el capitán Roberto Maier se llevaba detenido a Pedro Maidana de la ENET, frente a los ojos testigos de varios de sus compañeros. La casa de la familia Seguel, por otra parte, sería nuevamente allanada, llevándose a José Elizalde, padre de las hermanas ya detenidas, rumbo a la Comisaría Cuarta de Cutral Có. En esa seccional, en espacio de una hora, confluirían todas las víctimas. Lo mismo sucedería, aunque no hay precisiones al respecto, con una persona llamadaRubén Bascuñán y un hombre de apellido Ortega. Así, a esta altura de la noche, sólo quedaban por detener Guillermo Almarza, Francisco Tomasevich y Emiliano Cantillana, quienes serían aprehendidos violentamente en sus hogares, durante la madrugada del martes 15 por fuerzas del Ejército y de la Policía de Neuquén. Los tres fueron llevados junto a los demás a la comisaría.

Rumbo a Neuquén
En la seccional policial de Cutral Có, todas las víctimas fueron golpeadas y torturadas mientras eran interrogadas acerca de vinculaciones propias y ajenas a la política. Algunos con tal intensidad, como Pedro Maidana, que tuvo que ser llevado al Hospital para ser atendido. Al amanecer del martes 15, casi todos los jóvenes secuestrados serían subidos a un camión celular de la Policía Provincial, para ser trasladados en caravana rumbo a Neuquén capital. Pedro Maidana sería llevado en una ambulancia por el estado en el que quedó luego de la tortura. Juan Carlos Maidana, Octavio Omar Méndez y José Seguel serían liberados ese día en aquella comarca y a José Delineo Méndez lo trasladaron directamente de Junín de los Andes a Neuquén, mientras que Argentina Seguel habría de ser detenida en esta capital mientras averiguaba por el paradero de su hermana detenida el sábado anterior.

Así, el Operativo Cutral Có concluía su etapa de secuestros con por lo menos 17 personas detenidas violenta e ilegalmente. La mayoría de ellos pasaría primero por la U9 y luego por La Escuelita de Neuquén. Algunos habrían de ser llevados también a La Escuelita de Bahía Blanca y luego a la U6, la cárcel de Rawson. La mayoría de las víctimas secuestradas en la comarca fueron reunidas con las capturadas por el aparato genocida en Neuquén capital durante el operativo iniciado cinco días antes. Según la hipótesis del Ejército, todos estos jóvenes estaban vinculados entre sí a partir de su pertenencia (real o imaginada en la mente criminal) al PRT-ERP.

José Delineo Méndez, Carlos Cháves, Arlene Seguel y Miguel Angel Pincheira continúan desaparecidos.






lunes, 13 de junio de 2011

LAS MASACRES DE “LA DEMOCRACIA” IMPERIAL

Stella Calloni - http://www.revista2010.com.ar/noticia.php?id=280


Los recientes bombardeos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) a los puertos de Libia, hundiendo ocho barcos civiles han causado un desastre humanitario en ese país, víctima de la ilegalidad internacional y de uno de los más aceitados esquemas de desinformación y silencios informativos.

Esto sucede  en el marco de una sucesión de invasiones coloniales que auguran otras tragedias en el mundo, si no se detiene este brutal avance expansivo  de Estados Unidos y sus aliados.

Si algo faltara en el armado contrainsurgente de Washington y los “cruzados” del siglo XXI  contra Libia -que decidieron la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas(ONU)el pasado 17 de marzo sin analizar informes que negaban los supuestos bombardeos del gobierno libio contra civiles- ahora se agrega otra medida de dudosa legalidad como es la decisión del fiscal Luis Moreno Ocampo de la Corte Penal Internacional (CPI),  ordenando la detención de Muammar El Khadafi, su hijo y otros, por presuntos crímenes de lesa humanidad.

Esta decisión está basada exclusivamente en informes de los llamados “rebeldes” de la OTAN en Benghazi, es decir de  los invasores en ese país norafricano.

Según el propio Moreno Ocampo, esto lo hizo por solicitud de la ONU, con lo cuál queda en claro que la CPI está pasando a ser otro organismo al servicio de planes anexionistas, que han derivado en la invasión y ocupación colonial de países como Afganistán e Irak y como se intenta  ahora en Libia.

El fiscal no tuvo ningún reparo de conciencia al anunciar la apresurada decisión de la CPI , en momentos en que la OTAN asesinaba en Trípoli el 29 de abril de 2011 a un hijo de Khadafi, a tres de sus nietos menores de cuatro años y a centenares de ciudadanos de ese país, a lo que se agregan los heridos que abarrotan los hospitales que quedan en pie.

Y nada ha hecho ante el asesinato de 11 líderes religiosos y otros, entre ellos niños, víctimas de un bombardeo a un centro infantil. Esta actuación del fiscal de la CPI se confronta con la indiferencia del mismo ante las denuncias y pruebas que se acumulan desde hace años en casos como el régimen de Báhrein, (la dinastía monárquica Al Khalifa) entregadas por sacrificados organismos humanitarios sobre  crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones, lo que sigue sucediendo en estos momentos en ese país.

Tampoco actuó la CPI ante los bombardeos israelíes  sobre el pueblo palestino de Gaza, encerrado en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, ni en El Líbano, ni ante la masacre cometida por tropas israelíes, en aguas internacionales cuando asaltaron una flotilla de barcos con pacifistas.

Y menos aún ante los crímenes de lesa humanidad, exhibidos por televisión  cometidos en Afganistán o Irak, donde ya se calcula  más de un millón de muertos a manos de las tropas extranjeras de  ocupación. Los fiscales de la CPI no han visto Guantánamo, ni una larga lista de situaciones similares. Si la CPI se preocupara por los pueblos agredidos, algo habría hecho ante el bloqueo criminal de Estados Unidos contra el pueblo cubano, un sitio medioeval que dura más de medio siglo y que tanto daño ha causado.

Esta Corte -cuya creación dejó muchas dudas que parecen razonables a la luz de estos nuevos y otros recientes sucesos – parece decidida a tomar ahora resoluciones favorables a los impulsos guerreros y las necesidades del poder    hegemónico.

En realidad todo se blanquea y ya nadie disfraza las intenciones verdaderas: la “exclusión aérea” resuelta por la ONU se transformó en bombardeos permanente de las fuerzas que iban a “pacificar” y a “proteger” a un pueblo, al que están matando, además de producir daños contra miles de edificios públicos, escuelas, hospitales, ministerios, radios, sedes televisivas  y hoteles.

Saif al Arab Khadafi, y sus pequeños hijos murieron junto a otra cantidad de víctimas, en un ataque aéreo lanzado por la OTAN en Trípoli, tratando de asesinar a Khadafi quien estaba en el lugar con su esposa.
El bombardeo fue una doble provocación de la OTAN porque en esos momentos y una vez más Khadafi  llamaba a negociar  un cese del fuego con la OTAN.

"Hasta este momento Libia está dispuesta a aceptar un cese del fuego, pero un cese del fuego no puede ser unilateral”, dijo Khadafi por la TV estatal de su país y agregó “nadie puede obligarme a dejar mi país, y nadie me puede decir que no debo luchar por mi país",  a la vez  que exigió que un acuerdo de cese del fuego sea firmado por todas las partes involucradas en el conflicto.

Por supuesto que nadie de los que conforman el llamado  Consejo Nacional de Transición (CNT), creado a instancia de los invasores y no como sostienen los medios hegemónicos, por “el pueblo rebelde”, aceptaría  un alto al fuego y una negociación que salvaría muchas vidas, porque esta “guerra” es una cuestión de negocios, de geoestrategia  y de asegurar el control de los recursos del mundo al precio de anular todas las soberanías y no otra cosa.

Estados Unidos y sus aliados europeos -que una vez más quedarán relegados si llega a concretarse la toma de Libia- no están allí para pacificar sino para invadir porque no se trata de una “misión humanitaria”, sino de un nuevo asalto colonial y ocupación de  un país.

El actual vicepresidente (porque hubo varios en un escaso tiempo) del Consejo Nacional de Transición (CNT), Abdelhafizh Ghoga dice ahora que “la gente en Libia no puede imaginarse ni aceptar un futuro en el que el régimen de Khadafi esté presente", como si él representara la liberación y no la entrega del país.

Pero, en tanto, lo que arde por bombas  a solicitud de estos “rebeldes” son casas donde viven familias. Como se sabe mediante las leyes libias -que nadie cita- cada libio tiene derecho a una casa y salud y educación gratuitas, entre otros que su constitución establecía.

Un ojo de la CPI ve crímenes de lesa humanidad en un lado, pero el otro se tapa -como lo hacen los piratas-cuando esos crímenes están documentados fehacientemente y sus responsables están amparados por el poder hegemónico.
Desde que el 31 de marzo pasado  la OTAN , se puso al frente de los ataques, en una maniobra de Estados Unidos para apaciguar “los entusiasmos” franceses y británicos y advertir quien en realidad manda en estos asuntos,  se han realizado más de cinco mil operaciones aéreas sobre el país, entre ellas más de dos mil bombardeos.

LA ONU AMPARA BOMBARDEOS

El objetivo primario de acuerdo a la Resolución 1973 era  “supervisar la zona de exclusión aérea”, mantener el embargo de  armas y proteger a la población civil.

Ahora la población civil está desprotegida ante los bombardeos de la OTAN y ya no se trata de evitar los supuestos ataques de Khadafi contra la población civil, sino de derrocar al gobierno, lisa y llanamente y de armar con dineros del Estado libio a los “rebeldes” que están bajo el amparo de los invasores.

Aprovechando el marco de las revueltas en Túnez, Egipto y otros países se armó el levantamiento”popular” en Benghazi y otras ciudades, con aceitada mano externa, como lo reconoció el presidente de Estados Unidos Barack Obama  el 30 de noviembre de 2010, en The New York Time, al   admitir que desde hacía tiempo había mandado a comandos de la CIA a Libia para ponerse en contacto con los presuntos rebeldes, orientarlos y asesorarlos. 

Cada vez se conocen más datos sobre el ingreso de mercenarios, a los que curiosamente algunos periodistas europeos definieron como “tribus” de las zonas fronterizas “en rebelión” contra Khadafi,  por motivos religiosos y “tribales”.

Las “tribus” en realidad fueron mercenarios muy bien armados (con armas que llegaron de manos del ejército de Egipto entre otros)los que se escurrieron por las fronteras porosas  para crear el foco que se necesitaba para intervenir en Libia.

La voz de la razón para detener esta masacre no se escucha. Cada llamado al diálogo es respondido con bombardeos, como lo ha registrado la agencia Prensa Latina cuando describe (17-5 2011)los ataques contra “edificios residenciales” y  oficinas gubernamentales que  “sufrieron daños considerables” entre ellos un hotel que albergaba periodistas extranjeros.

Por supuesto que los invasores no aceptarán nada y ¿por qué habrían de hacerlo si ya estaban preparados con barcos, aviones, portaviones y demás desde mucho antes de que se hablara de “inquietudes” en Libia? .
Y en la oleada de bombardeos, como lo relata también PL  se afectaron viviendas y mientras las casas “quedaban  envueltas en llamas” sus habitantes huían por las calles.

En esos días la OTAN bombardeó también áreas periféricas como una planta petrolera en Ras Lanuf, respondiendo a un pedido de Gran Bretaña y de la “oposición armada” libia “para intensificar y ampliar sus ataques”.(PL)
¿Qué clase de rebeldes libertarios pedirían que se bombardeara a su pueblo y a su territorio?

En sus esfuerzos negociadores Libia envió una delegación a Moscú a la vez que anunciaba una amnistía para “alzados arrepentidos y mercenarios” respaldado  por  un acuerdo del denominado “foro de notables” y ancianos de la Conferencia Nacional de Tribus Libias, en una reunión con representantes de más de 860 etnias. Estos llamaron a “hacer todo lo posible para lograr la paz, la unidad y el diálogo entre los libios a partir de un alto el fuego y una solución negociada al conflicto”. La respuesta es la intensificación de los ataques.

El pasado de 21 de mayo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, advirtió que la OTAN incumple el mandato de la ONU. Por su parte el portavoz oficial de la Cancillería, Alexander Lukashevich, señaló que pese a asegurar que en Libia se toman las decisiones correctas, la OTAN persiste en derrocar al gobierno de ese país, para lo cual nadie le dio mandato alguno”, a la par que se pronuncian por una salida negociada al conflicto en Libia (Prensa Latina).

Esta posición aparece como una respuesta definida a la propuesta de David Richards, jefe de las  Fuerzas Armadas británicas quien se pronunció por aumentar “el rango de sus objetivos” para “acabar” con Kadhafi, como reportaron diversas agencias. “Se puede o no tener simpatía por el primer Kadhafi o por el Kadhafi de los últimos años, pero definitivamente no se puede estar del lado de los ‘cruzados’ ni de la prepotencia de los fabricantes de bombas y los comerciantes de oleoductos. Estas gestas sólo producen muertes sobre muertes hasta que el planeta entero caiga en la lista negra”, advierte desde Italia el analista Gabriel Impaglione. 

jueves, 9 de junio de 2011

Europa: Los jóvenes en las calles y el secuestro de la democracia

Boaventura de Sousa Santos* - http://www.surysur.net/?q=node/16693


En los próximos tiempos, las élites conservadoras europeas, tanto políticas como culturales, tendrán un choque: los europeos son gente común y, cuando están sujetos a las mismas provocaciones o frustraciones por las que han pasado pueblos de otras regiones del mundo, en lugar de reaccionar a la europea, reaccionan como ellos. Para estas élites, reaccionar a la europea es creer en las instituciones y actuar siempre dentro de los límites que imponen. Un buen ciudadano es un ciudadano de buen comportamiento y éste es el que vive cercado por las instituciones.

Dado el desarrollo desigual del mundo, no es de prever que en un futuro próximo los europeos padezcan las mismas provocaciones a las que han sido sometidos los africanos, los latinoamericanos o los asiáticos. Pero todo parece indicar que pueden ser víctimas de las mismas frustraciones. Formulado de maneras muy diferentes, el deseo de una sociedad más democrática y justa es hoy en día un bien común de la humanidad. El papel de las instituciones es el de regular las expectativas de los ciudadanos para evitar que el abismo que media entre ese deseo y su cumplimiento no sea tan grande como para que la frustración alcance niveles perturbadores.

Ahora se observa un poco por todas partes que las instituciones existentes están realizando peor su papel vez más difícil contener la frustración de los ciudadanos. Si las instituciones existentes no sirven, es necesario reformarlas o crear otras. Hasta que esto ocurra, es legítimo y democrático actuar al margen de ellas, pacíficamente, en las calles y plazas. Estamos entrando en un periodo postinstitucional.

Los jóvenes acampados en la plaza de Rossio Lisboa y las plazas de España son las primeras señales de la emergencia de un nuevo espacio público —la calle y la plaza— donde se discute el secuestro de las actuales democracias por los intereses de minorías poderosas y se apuntan los caminos de construcción de democracias más sólidas, más capaces de salvaguardar los intereses de las mayorías. La importancia de su lucha se mide por la ira con la que cargan contra ellos las fuerzas conservadoras. Los acampados no tienen que ser impecables en sus análisis, exhaustivos en sus denuncias o rigurosos en sus propuestas. Les basta con ser clarividentes en la urgencia de ampliar la agenda política y el horizonte de posibilidades democráticas, y genuinos en la aspiración de una vida digna social y ecológicamente más justa.

Para contextualizar la lucha de las acampadas y acampados, son oportunas dos observaciones. La primera es que, al contrario de los jóvenes (anarquistas y otros) de las calles de Londres, París y Moscú al inicio del siglo XX, los acampados no lanzan bombas ni atentan contra la vida de los dirigentes políticos. Se manifiestan pacíficamente y a favor de más democracia. Es un avance histórico notable que sólo la miopía de las ideologías y la estrechez de los intereses no permite ver. A pesar de todas las trampas del liberalismo, la democracia entró en el imaginario de las grandes mayorías como un ideal liberador, el ideal de la democracia verdadera o real. Es un ideal que, si se toma en serio, constituye una amenaza demoledora para aquellos cuyo dinero o posición social les ha permitido manipular impunemente el juego democrático.

La segunda observación es que los momentos más creativos de la democracia rara vez ocurrieron en las sedes de los parlamentos. Ocurrieron en las calles, donde los ciudadanos indignados forzaron los cambios de régimen o la ampliación de las agendas políticas. Entre muchas otras demandas, los acampados exigen la resistencia a las imposiciones de la troika para que la vida de los ciudadanos tenga prioridad sobre las ganancias de los banqueros y especuladores; el rechazo a la renegociación de la deuda; un modelo de desarrollo social y ecológicamente más justo; el fin de la discriminación sexual y racial y de la xenofobia contra los inmigrantes; la no privatización de bienes comunes de la humanidad, como el agua, o de bienes públicos, como el servicio de correos; la reforma del sistema político para hacerlo más participativo, más transparente e inmune a la corrupción.

Pensando en las elecciones legislativas portuguesas por no hablar de ellas. ¿No es cierto?

martes, 7 de junio de 2011

Peru: El triunfo de Humala y el nuevo horizonte

Oscar Ugarteche - http://alainet.org/active/47119


Las elecciones del 5 de junio del 2011 han dividido el Perú en dos: los que creen en una actitud ética en la política y los que piensan que la ética no importa sino solo sus intereses, parafraseando eso de que Estados Unidos no tiene amigos sino intereses.  Además, la derecha financiera y minera ha mostrado con su accionar que la depresión salarial está bien. El Perú tiene una participación salarial de 22% del PIB versus 45% en Chile y 40% en Brasil, ambos países donde nunca se cayó el salario en el PIB desde antes de los inicios de los ajustes en los años 80. El único otro país con una participación salarial tan baja es México donde cayó de alrededor de 40% a 29% del PIB.
 
La reacción de los especuladores en bolsa ha sido un retiro de la bolsa de Lima que hizo que se desplomara 12% a la mañana siguiente a las elecciones. PPK (Pedro Pablo Kuczynski) lo advirtió y en esa advertencia lo hizo realidad. Hizo terrorismo económico y se materializó. Como el anuncio de que van a escasear las latas de lecha del supermercado. El Perú completo queda advertido de cómo va a actuar la derecha.
 
Lo que se espera de Humala primero y por sobre todo es una actitud ética en la política que tanto Fujimori como García han hecho lo posible por desacreditar. García ha llegado a demoler su propio partido político con el objetivo de perpetuarse en el poder, siendo o no presidente. Ya demolida el APRA con su larga historia, el Perú puede emprender un nuevo rumbo político en general sin el temor de los retrocesos que tanto daño le han hecho. Atrás quedó para siempre “El antiimperialismo y el APRA” de Haya de la Torre y toda la literatura que a ratos permitían ver en ese partido uno progresista y relativamente autónomo de los poderes económicos más primitivos. El final de la vida del APRA fue cuando García le jugó en contra de todo a lo que simbolizaban desde los años 30. Ganó la apuesta García y perdió el partido. RIP.
 
Humala tiene por delante todo tipo de retos. El primero será quedarse en el asiento presidencial cuando la derecha ha hecho una campaña sucia incluyendo llamadas telefónicas a casas de votantes  hasta el día de las elecciones para denunciar el “peligro Humala”. PPK, hombre de varios pasaportes incluyendo el peruano, salió como terrorista económico a denunciar que se desplomaría la bolsa de Lima por el resultado electoral. CNN le dio cabida a esta tontería que encubre que las bolsas del mundo han tenido en las últimas siete semanas una racha de caída solo superada en el año 2004. Es fácil culpar a Humala de que llueva o deje de llover y lo van a hacer. Como culpan a la alcaldesa Susana Villarán –por la Comisión de la Verdad–. Hemos visto que la libertad de expresión sirve para decir lo que los dueños de los medios y sus socios quieren decir. El titular de El Comercio del lunes 6 de junio fue “Un resultado que llama a concertar, Humala 50.9%, Keiko0 49.1%”. El resultado fue 51.5% versus 48.5% y eso era lo que había salido del conteo rápido y de las proyecciones del conteo inicial pero mejor era una noticia falsa para forzar el argumento de que el poder no lo van a perder.
 
Para concertar tienes que tener ánimo de concertación y eso la derecha no lo tiene. Es una derecha falangista, racista, fóbica, oscurantista e ignorante, pegada al Opus Dei que aunque católico extrañamente carece de valores éticos, a no valorar el conocimiento; y que ha permitido que el Perú se coloque y alinee con los regímenes más retardatarios en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que se reeligiera a Alan García; y que la hija de un delincuente corra a las presidenciales, para beneficio de lavarle la cara a los 75 presidiarios, que están en la cárcel con su padre. Es una derecha que ha rifado una política exterior digna y la ha sustituido por un mamarracho. ¿Podrá Humala recuperarle la dignidad a la cancillería peruana? ¿Podrá recuperarle la fe en la política a los peruanos?
 
El Perú está en un momento expectante del crecimiento económico. Tal vez ponerle impuestos a la renta a las inversiones en bolsa sería un acto para afectar las riquezas que se están apilando sin impuestos en el nombre del libre mercado. Eso realmente espantaría los capitales golondrinos de la bolsa y tal vez terminaría con las burbujas especulativas y ayudaría a ajustar el tipo de cambio. Promover que el MILA (las bolsas de Bogotá, Lima y Santiago) que inició sus operaciones el lunes después de las elecciones se articule con la bolsa de Sao Paulo quizás sería otro acto simbólico.
 
Hay que recordar que el impuesto a las transacciones financieras (ITF) se instituyó en 2002 para financiar la educación en el Perú cuya meta de gasto debe de ser 6% del PIB. El ITF fue reducido por PPK en 2003 cuando era ministro porque distorsionaba el mercado, dijo. Quizás sea hora de recuperarlo a los niveles que tuvo al inicio en el 2002 y que tanto impacto positivo observó en la recaudación tributaria. ¿Podrá Humala recuperar el nivel de la educación pública perdida hace varias décadas? ¿Podrá recuperar la universidad pública a niveles reconocibles?
 
El regreso del Perú a Sudamérica es lo más significativo, empero. Eso es positivo para el país y para la región como un todo porque consolida el bloque regional progresista. Esto podrá facilitar el proceso de UNASUR que la derecha peruana detesta por razones ideológicas y pondrá al país a la par con sus vecinos en la Comisión de coordinación macroeconómica de UNASUR, en el Banco del Sur, en el uso de la moneda nacional para el comercio exterior y nivelará los aspectos políticos y migratorios del espacio así como consolidará el Consejo de Defensa Suramericano. La batalla contra la derecha peruana en estos campos será tenaz.
 
Para todos Humala es una interrogante y Fujimori una certidumbre. El futuro nos espera a todos los y las peruanos/as que deberemos de enfrentar los retos del futuro. La familia peruana debe de reunificarse dice Mario Vargas Llosa, pero escuchándolo a de Soto, eso es muy difícil. El horizonte peruano ha cambiado para mejor, para el regreso de la ética en la política y para la recuperación de la dignidad nacional. Esa, no se cotiza en bolsa.
 
- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) http://www.obela.org

sábado, 4 de junio de 2011

Las revoluciones de la gente común

Raúl Zibechi* - http://www.surysur.net/?q=node/16661


En los más diversos rincones del planeta la gente común está saliendo a las calles, ocupando plazas, encontrándose con otras gentes comunes a las que no conocían pero que inmediatamente reconocen. No esperaron a ser convocados, acudieron por la necesidad de descubrirse. No calculan las consecuencias de sus actos, actúan con base en lo que sienten, desean y sueñan. Estamos ante verdaderas revoluciones, cambios profundos que no dejan nada en su lugar, aunque los de arriba crean que todo seguirá igual cuando las plazas y las calles recuperen, por un tiempo, ese silencio de plomo al que denominan normalidad.
 
No encuentro mejor forma de explicar lo que está sucediendo que traer un memorable texto de Giovanni Arrighi, Terence Hopkins e Immanuel Wallerstein, 1968: el gran ensayo, capítulo del libro Movimientos antisistémicos (Akal, Madrid, 1999). Ese texto denso, inspirado en la mirada larga y profunda de Braudel, se abre con una afirmación insólita: Tan sólo ha habido dos revoluciones mundiales. La primera se produjo en 1848. La segunda en 1968. Ambas constituyeron un fracaso histórico. Ambas transformaron el mundo.
 
A renglón seguido los tres maestros del sistema-mundo exponen que el hecho de que ambas revoluciones no estuvieron planeadas y que fueran espontáneas en el sentido profundo del término explica tanto el fracaso como su capacidad de cambiar el mundo. Dicen más: que 1848 y 1968 son fechas más importantes que 1789 y 1917, en referencia a las revoluciones francesa y rusa. Éstas fueron superadas por aquéllas.
 
El concepto heredado y hegemónico aún de revolución debe ser revisado, y lo está siendo en los hechos. Frente a una idea de revolución centrada exclusivamente en la conquista del poder estatal, aparece otra más compleja pero sobre todo más integral, que no excluye la estrategia estatal pero que la supera y desborda. En todo caso, la cuestión de conquistar el timón estatal es un recodo en un camino mucho más largo que busca algo que no puede hacerse desde las instituciones estatales: crear un mundo nuevo.
 
Para crear un mundo nuevo, lo que menos sirve es la política tradicional, anclada en la figura de la representación que consiste en suplantar sujetos colectivos por profesionales de la administración, y del engaño. Por el contrario, el mundo nuevo y diferente al actual supone ensayar y experimentar relaciones sociales horizontales, en espacios autocontrolados y autónomos, soberanos, donde nadie impone y manda el colectivo.
 
La frase clave de la cita es espontáneas en el sentido profundo. ¿Cómo interpretar esa afirmación? En este punto hay que aceptar que no hay una racionalidad, instrumental y estadocéntrica, sino que cada sujeto tiene su racionalidad, y que todos y todas podemos ser sujetos cuando decimos Ya basta. Se trata, entonces, de comprender las racionalidades otras, cuestión que sólo puede hacerse desde adentro y en movimiento, a partir de la lógica inmanente que develan los actos colectivos de los sujetos del abajo. Eso indica que no se trata de interpretar sino de participar.
 
Por encima de las diversas coyunturas en que surgieron, los movimientos de la plaza Tahrir en El Cairo y de la Puerta del Sol en Madrid forman parte de la misma genealogía del que se vayan todos de la revuelta argentina de 2001, de la guerra del agua de Cochabamba en 2000, de las dos guerras del gas bolivianas en 2003 y 2005 y de la comuna de Oaxaca de 2006, por mencionar sólo los casos urbanos. Lo común son básicamente dos hechos: poner un freno a los de arriba y hacerlo abriendo espacios de democracia directa y participación colectiva sin representantes.
 
Esa estrategia con dos fases, rechazo y creación, desborda la cultura política tradicional y hegemónica en las izquierdas y el movimiento sindical, que sólo contemplan parcialmente la primera: las manifestaciones autocontroladas, con objetivos precisos y acotados. Esa cultura política ha mostrado sus límites, incluso como rechazo a lo existente porque al no desbordar los cauces institucionales es incapaz de frenar a los de arriba y se limita, solamente, a preparar el terreno para el relevo de los equipos gobernantes sin cambio de política. Esa cultura política ha sido hábil para desplazar a las derechas y ha fracasado a la hora de cambiar el mundo.
 
Las revoluciones en marcha son estuarios donde desembocan y confluyen ríos y arroyos de rebeldías que recorrieron largos caminos, algunos de los cuales beben en las aguas de 1968 pero las superan en profundidad y densidad. Rebeldías que vienen de muy lejos, montaña arriba, para confluir de modo imperceptible y capilar con otros cauces, a veces minúsculos, para un buen día mezclar sus aguas en un torrente donde ya nadie se pregunta de dónde viene, qué colores y señas de identidad arrastra.
 
Estas revoluciones son el momento visible, importante pero no fundante, de un largo camino subterráneo. Por eso la imagen del topo es tan adecuada: un buen día pega un salto y se muestra, pero antes ha hecho un largo recorrido bajo tierra. Sin ese recorrido no podría nunca ver la luz del día. Ese largo andar son las cientos de pequeñas iniciativas que nacieron como espacios de resistencia, pequeños laboratorios (como los que existieron desde finales de los años 90 en Lavapiés, Madrid) donde se vive como se quiere vivir y no como ellos quieren que vivamos.
 
Quiero decir que los grandes hechos son precedidos y preparados, y ensayados como señala James Scott, por prácticas colectivas que suceden lejos de la atención de los medios y de los políticos profesionales. Allí donde los practicantes se sienten seguros y protegidos por sus pares. Ahora que esas miles de microexperiencias han confluido en estas correntadas de vida, es momento de celebrar y sonreír, a pesar de las inevitables represiones. Sobre todo, no olvidar, cuando vuelvan los años de plomo, que son esas trabajosas y solitarias experiencias, aisladas y a menudo fracasadas, las que pavimentan los jornadas luminosas. Unas con otras cambian el mundo.
 
*Analista internacional uruguayo