domingo, 30 de junio de 2013
ELECCIONES: NUESTRO CAMINO AL 11 DE AGOSTO
miércoles, 26 de junio de 2013
HITOS QUE MARCARON A FUEGO LA HISTORIA DEL PERIODISMO EN ARGENTINA
POR SERGIO PERALTA - http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones87/nota16.htm
Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. - Ryszard Kapuscinski
Los debates que se generan en torno al trabajo del periodista; su posición política, su necesaria pertenencia a un medio como forma de subsistencia, la dudosa posibilidad de cobrar por opiniones que forman opiniones y muchos claroscuros que tiñen esta profesión liberal, son buenos.
Sano es que desde hace un tiempo y a esta parte se haya puesto la lupa en esta situación. Los medios con poder de formar opinión pública masiva instalaron en la sociedad la idea de que algunos periodistas tenían la impoluta misión de contralor el gobierno de turno. En la década infame -los 90- Carlos Ménem y su corte generaron grandiosos negocios para estos medios lo cual tuvo como consecuencia la alineación con el neoliberalismo de manera total y definitiva. Estaban aquellos que cascoteaban las medidas neoliberales, asegurándose de que estos cascotes fueran de la más blanda tierra para ensuciar, solo un poco, las solapas de los trajes brillantes y no golpear demasiado. Los que hacían la vista gorda junto con sus bolsillos. Aquellos que desde la soledad y con argumentos progresistas cuestionaban al festín eran marginados y con poco espacio para hacer escuchar sus opiniones.
Hubo dos hitos importantes que marcaron a fuego y para siempre la historia del periodismo en la Argentina. Obligaron a tomar claras posturas ideológicas. Antes los periodistas eran una especie de castos opinadores que no tenían ningún tipo de opinión política, solo interpretaban la realidad. La política era de los otros. Antes de estos dos hechos puntuales la sociedad se tragó el anzuelo.
El primero: con la llegada de Néstor Kirchner al Gobierno la situación dio un vuelco, un giro inesperado. Los vaticinadores no lo vieron venir, quizás por que venía de lejos, quizás por que en las raras entrevistas televisivas de la época el tipo pregonaba cosas que, suponían, no podría cumplir o por que pensaron que formaba parte de ese club al que pertenecen muchos de los opinadotes a sueldo y que tiene entre sus enunciados decir una cosa y hacer exactamente lo contrario, y claro está no tenía el aspecto de dandy ingles que tanto seduce a los miserables de la prensa conspicua, los trajes cruzados desprendidos combinados con mocasines le daban un aspecto gracioso. Por lo que sea no lo vieron venir. Mientras era fácil ser progresista y criticar, tibiamente, a un gobierno descarnado y neoliberal eso si no mordían la mano que les daba de comer, solo le sacaban la mugrecita debajo de las uñas.
Veinte días antes de la asunción presidencial, el subdirector del diario La Nación, Claudio Escribano, le entregó al Presidente electo un petitorio de cinco puntos:
1. "La Argentina debe alinearse con los Estados Unidos. No son necesarias relaciones carnales, pero sí alineamiento incondicional. Es incomprensible que aún no haya visitado al embajador de los Estados Unidos".
2. "No queremos que haya más revisiones sobre la lucha contra la subversión. Está a punto de salir un fallo de la Corte Suprema de Justicia en ese sentido. Nos parece importante que el fallo salga y que el tema no vuelva a tratarse políticamente. Creemos necesaria una reivindicación del desempeño de las Fuerzas Armadas en el contexto histórico en el que les tocó actuar".
3. "No puede ser que no haya recibido a los empresarios. Están muy preocupados porque no han podido entrevistarse con usted".
4. "Nos preocupa la posición argentina con respecto a Cuba, donde están ocurriendo terribles violaciones a los derechos humanos".
5. "Es muy grave el problema de la inseguridad. Debe generarse un mejor sistema de control del delito y llevarse tranquilidad a las fuerzas del orden con medidas excepcionales de seguridad".
Sabemos cuales fueron, y son, las acciones que comenzó a desarrollar la prensa ligada al neoliberalismo en función de oposición política y económica a partir del rechazo enérgico que hizo Kirchner a esto.
El segundo hito es cuando la presidenta Cristina Fernández toma la decisión de elevar el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en un momento político complicado, teniendo en cuenta que para un proyecto así siempre los momentos son complicados. El resto es historia reciente y día a día vemos como la mugre chorrea las páginas en la mayoría de los diarios argentinos, se lee la mentira, se escuchan insultos como aportes al periodismo de investigación y los payasos forman fila para enunciar el nacimiento del periodismo independiente.
Un interrogante es ¿qué hace la AFSCA ante situaciones como las que protagoniza por ejemplo Jorge Lanata?, y me refiero a los insultos. Puede mentir, de hecho lo hace con los vuelos del Vicepresidente a Carmelo, las bóvedas, las cuentas y toda esa basura que VENDE en forma de noticia.
Pero usar palabrotas para "refutar" opiniones que no están de acuerdo con su BOLSILLO es otra cosa. Con esta Ley 26522 en vigencia o la otra, la de la dictadura y que les gusta a ellos, este tipo de atropellos tienen sanción. Es obligación de la AFSCA sancionarlo y darlo a conocer. Nadie puede argumentar persecución ni nada que se le parezca cuando lo que se aplica es una sanción a un hecho demostrable, comprobable y que tiene todos los registros necesarios.
No se puede mirar para otro lado, los que batallamos desde el comienzo, que discutimos los 21 puntos por una Ley de Medios de la Democracia, que recorrimos el país en los interminables foros de discusión, que festejamos el sábado 10 de octubre, a las seis y diez de la mañana, cuando el Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto nos lo merecemos.
Los Barriales, Argentina, junio de 2013.
martes, 18 de junio de 2013
EL DESPRECIO DE LA INDIFERENCIA
Hugo Presman - http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=55431
Su sentencia a siete años de prisión de cumplimiento efectivo por contrabando agravado, quedó oculta entre un accidente de tren y el crimen brutal de una adolescente. Ese anciano de reflejos lentos, de caminar inseguro, atrincherado en una banca de senador, fue hasta hace una década figura principal de la política argentina. Ganó todas las elecciones en que se presentó, incluso las presidenciales de abril del 2003, pero no se animó a dirimir un ballotage que lo hubiera sepultado políticamente bajo una montaña de votos.
Prefirió la escasa recompensa, finalmente un verdadero castigo, de retirarse ignominiosamente invicto, con la intencionalidad que el gobierno de Néstor Kirchner asumiera con la debilidad extrema de un 22% de los votos.
Fue condenado por contrabando agravado en la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, por contar con la participación de funcionarios públicos y por haber sido cometido por más de tres personas. Una traición inadmisible a Perú que había ofrecido sus pilotos y aviones para combatir en Malvinas. Argentina era garante de la paz entre Ecuador y Perú y le vendió armas a uno de los países en conflicto.
Carlos Menem es un especialista en traiciones y en contrabando. Traicionó al programa que enarboló para llegar a la presidencia basada en el salariazo y la revolución productiva. Enterró las banderas históricas del peronismo, la soberanía económica, la independencia política y la justicia social, y las reemplazó (o mejor dicho contrabandeó) por las neoliberales de la apertura indiscriminada de la economía, la privatización de los resortes básicos, el remate a precio vil de las empresas estatales; fomentó la desindustrialización, la dependencia colonial de los EE.UU a través de la increíble fórmula de “las relaciones carnales”, potenció la ilusión de ingresar a los países del primer mundo por la puerta de servicio, comiendo de las migas del festín de los poderosos y desplegó sus recursos de magia imponiendo la perdurabilidad del empate monetario de la convertibilidad cuyo explosión se produjo durante el gobierno que le sucedió, y que arrojó a la Argentina a su crisis más profunda y dramática.
Desplegaba su afición a los deportes y a la farándula mientras el poder económico era el que gobernaba.
Fue exaltado por los organismos económicos internacionales que lo consideraron su “mejor alumno.”
Su primera campaña electoral de 1989 tuvo como financistas, entre otros, a Libia y Siria. Algunas promesas incumplidas precipitaron posiblemente dos atentados (la embajada de Israel y la AMIA) y tal vez un tercero (el helicóptero en que viajaba su hijo). Y es altamente probable que para encubrir uno de sus delitos, precisamente aquel por el que finalmente fue condenado, se volara la Fábrica Militar de Río Tercero y varias manzanas de esa ciudad.
Político carismático y seductor, hábil y pícaro, determinó la política argentina durante una década, consiguiendo una aplastante reelección cuando los frutos de su política empezaban a exteriorizarse con un 18% de desocupación.
La hiperinflación durante el gobierno de Raúl Alfonsín, provocada por un golpe de mercado que precipitó su entrega adelantada de la presidencia; la segunda hiperinflación durante los primeros meses de gobierno del riojano, produjeron una herida profunda en la memoria colectiva que disciplinaron a la sociedad argentina mediante el miedo, y facilitó la implementación de las políticas de ajuste y rediseño regresivo de la matriz económica, vendidas en el envase atractivo de la estabilidad de precios de la convertibilidad. Un miedo que más atrás diezmó una generación en los altares del terrorismo de estado.
Sus 10 años han dejado consecuencias cuya reversión demandará, en el mejor de los casos, medio siglo en muchas de sus consecuencias funestas.
Está presente en las líneas férreas levantadas y en los pueblos fantasma; en miles y miles de argentinos convertidos en exiliados económicos; en generaciones de adolescentes que han visto a sus padres impedidos de reincorporarse al sistema productivo, después de haber sido arrojados al mar de la desocupación y de haber perdido sus capacidades profesionales devenidas en obsoletas ante la irrupción de las nuevas tecnologías; en las maquinarias arrumbadas, muchas de ellas vuelta a funcionar en los últimos años; en la oligopolización del mercado en la mayoría de sus ramas; en la desarticulación del estado, revertido luego parcialmente; en el endeudamiento externo a punto de ser una soga permanente en el cuello de la Argentina que se logró desatar mediante la quita y reprogramación concretadas durante el kirchnerismo.
Continúa en las propuestas implícitas de los Mauricio Macri, de los Francisco de Narváez, de los Daniel Scioli o los Sergio Massa; en los cultores de la mano dura; en los que sostienen sin afirmarlo porque actualmente es políticamente incorrecto que “achicar el estado es agrandar la Nación”; en los que quieren que el mercado sea el que se encargue de la distribución del ingreso; en los que consideran un gasto a los planes de salud, la educación y la investigación; y sólo una variable de ajuste a los sueldos y las jubilaciones.
Ha sido condenado Carlos Menem, 18 años después de los hechos en los que se lo involucra, en medio del silencio de sus admiradores vergonzosos y la indiferencia de sus víctimas. El que hoy sobrevive es una penosa sombra del que fue en su momento de gloria y de oprobio para el país. Si lo contrario del amor no es odio sino la indiferencia, Carlos Menem ha podido apreciar en vida el veredicto popular sobre su vida, mucho más difícil de levantar que la sentencia judicial.
jueves, 13 de junio de 2013
Anotaciones sobre un futuro que se abre
Por Conrado Yasenza* - (para La Tecl@ Eñe) - http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene#!editorial-58/c129j
1 - La Patria es el Otro y la Década Ganada
Hay en nuestro país, en nuestras sociedades – porque son muchas sociedades dentro de una -, senderos cuya bifurcación tienen un origen antiguo, ancestral y que se reactualiza sin determinismos históricos cada vez que los vastos sectores populares, con sus no incluidos y marginales, logran a través de gobiernos de sino popular mejorar sus condiciones de vida, su materialidad concreta, sus sueños más esenciales que de sueños pasan a necesidades y de éstas a reparaciones en la vida real, en el presente, aquí y ahora. Así quedó plasmado en el alma de miles de seres que concurrieron a esa Maravillosa Plaza este último 25 de Mayo; plaza rebosante de alegría, infinitamente colmada de pueblos, una verdadera fiesta popular en su más palmaria dimensión social y política. Una jornada histórica en la que se conmemoraron los 203 años de la gesta revolucionaria de 1810 pero también y ya en el plano más específico de las militancias, los 40 años de la asunción a la presidencia de la República de Héctor Cámpora y los 10 años del surgimiento de un acontecimiento político erigido desde las ruinas de una Nación azotada por las políticas económicas que abrevaron en un derrame jamás acontecido; un hecho político que surgido de las grietas y definido por el filósofo Ricardo Forster como “anomalía”, se propuso y nos propuso un desafío: No dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno e intentar reparar el inconmensurable daño ejercido sobre los pueblos de nuestra Nación durante la última década infame con clivaje de inicio en la dictadura cívico-económico-militar de 1976. En una palabra: Un sueño. O, Kirchnerismo. Y a la concreción de ese sueño se nos convocó desde la primera medida de Gobierno del Presidente Néstor Kirchner: Viajó a Entre Ríos para resolver el no pago de haberes a los docentes que no cobraban su salario desde hacía meses e iniciar la reposición del ciclo escolar-educativo como primer y fundamental motor para la realización del sueño. No llegó un enanito sino un flaco alto y desgarbado que comenzó vertiginosamente a reparar sueños. De allí en adelante se comenzó a idear e implementar fundamentales medidas políticas que transformaron a nuestra Nación en 10 años y que derivaron en los festejos del 25 de Mayo bajo la idea de conmemorar como actual una “década ganada”, una década ganada que supone la restitución de la política en la vida de una sociedad vibrante y cada vez más lejos de la molicie; una década en la que el conflicto y la tensión, elementos éstos entendidos como conceptos vigorosos que entran en juego para reponer el sentido social de lo político, despertaron a un pueblo atado a mástiles imprecisos para no oír los sucesivos cantos de sirena que lo condujeron invariablemente al drama de la pérdida de una ilusión y un porvenir. Se dirá – y con justeza – que aún queda mucho por hacer. Y sí, es ahí donde se reinicia el desafío de lo utópico, pero no ya como visión utopista ideal, sino como dinámica propia de un proyecto político que hace del mito de Sísifo una práctica sostenida en el deseo de redoblar esfuerzos, políticas e historias que lo interpelen. Y allí el conflicto y la tensión y la necesidad de ampliar los senderos y sus marchas pero teniendo como base estos 10 años de políticas sociales, culturales, económicas como plafón desde el cual volver a partir. Lo dicho por la Presidenta en su discurso del 25 de Mayo pasado: Esa Plaza es la Plaza del Futuro.
2 – La deuda Interna: Violencias Institucionales
Pero también esa plaza del futuro implica atender de modo vital y necesario no ya solamente las refinadas exigencias de una sociedad que ha incorporado a su vida cotidiana el derecho a poder decidir sobre la libertad de sus cuerpos – urge motorizar la ley de aborto - y de sus preferencias sexuales o el derecho a la identidad sino de afrontar de modo activo los hechos que no debieran ocurrir nunca más en nuestra Nación, la misma que fue arrasada por la tortura y muerte genocida, la que fue asolada por civiles crueles amparados en sus verdugos; la patria que fue violada por patotas parapoliciales durante esa temible y larga noche y por las policías malditas que aún asesinan en esta misma Patria. En ella, el defensor oficial de Menores Julián Axat, denunció un clima de eliminación social de menores vulnerables, desprotegidos y a manos de la autogobernada policía de la Provincia de Buenos Aires. Axat tipificó esta ola de asesinatos a manos de la policía como clima de "Eliminación Social": En los últimos 11 meses, es decir, en un período menor a 1 año, seis chicos de entre 11 y 17 años fueron asesinados por la policía en situaciones más que confusas (falsos tiroteos) y que comportan un mismo patrón de violencia institucional: Niños-adolescentes vulnerables, con numerosas detenciones en comisarías, en ocasiones con complicidad civil como producto de la estigmatización social; niños-adolescentes que son utilizados por la policía para delinquir bajo amenaza de muerte, situación ésta que culmina con la aparición de los cuerpos sin vida de los jóvenes asesinados. El defensor de Menores, quien hizo una presentación penal ante la Corte Provincial, sostuvo que "todos ellos (por los asesinatos) ocurrieron en situaciones violentas, extrañas y confusas; con posterior tratamiento policial-judicial de nulo o bajo estándar investigativo, lo que dejaría un clima propicio para la 'eliminación social'. Pues al tratarse de homicidios de niños-adolescentes con frondosos prontuarios, y pertenecientes a los estratos más marginales, su impunidad posterior se convierte en un mensaje social que no evita su repetición."
Estos hechos de violencia institucional son muy graves y reclaman la urgente intervención estatal para articular seguridad con justicia, accionando en las policías para reformar el esquema de autogobierno policial. Esta cadena de crímenes no puede quedar impune, como tampoco es aceptable la nula asistencia y protección que el Estado les brinda a estos chicos- adolescentes vulnerables.
El clima de eliminación social de sectores vulnerables de la sociedad constituye una situación gravísima que nuestra Nación no debe permitir ni tolerar. Estos asesinatos nos interpelan al tiempo que denuncian lo que aún falta por hacerse en la inclusión, protección, defensa y respeto de los sectores vulnerables, excluidos, y de las minorías que conforman el entramado social de nuestro país.
3 – Los Estados y sus violencias
Los Gobernadores provinciales, las fuerzas represivas del Estado, las patotas civiles de los funcionarios públicos contra los pueblos en lucha en defensa de sus tierras y recursos naturales. En Formosa, Insfrán y los criollos sojeros y los que desean obtener esas tierras para desarrollos económicos, protagonizando el intento de etnocidio – aquí es donde se enlazan las violencias: la Eliminación Social de menores vulnerables y el Etnocidio de los Pueblos Originarios - de la comunidad Qom-Primavera; en La Rioja, Famatina, Beder Herrera (que además es oriundo de ese pueblo) reprimiendo ferozmente al pueblo que se manifiesta en contra de la voladura del cerro de donde proviene el agua, recurso vital para la comunidad toda. Y los hechos de violencia institucional se reiteran en Catamarca y en otras provincias. Este es el dilema que subsiste aún en nuestra sociedad, de corte capitalista: El Estado defendiendo los intereses económicos de los privados y reprimiendo a los pueblos que se resisten a perder lo más preciado que poseen: La tierra y sus recursos naturales. La Tierra, que es la vida, la Pachamama que nos cobija. El capitalismo no puede ni quiere resolver esta realidad porque la ambición de apropiación es una característica intrínseca a su naturaleza. No hay plusvalía que el capitalismo – y conocemos el peso simbólico e histórico de la palabra – no pretenda atesorar ya que concibe como suya la potestad del progreso. Y la discusión entonces se plantea justo ahí, en la definición de progreso. El Estado no puede resolver a favor del capitalismo y en contra de sus pueblos. Las discusiones por la extensión de la frontera de la soja y la explotación minera requieren de una fuerte intervención del Estado en favor de los pueblos y en la definición de cómo y con qué prácticas se define el progreso de una Nación.
4 – Acerca de la ampliación del campo periodístico
El "campo de la batalla cultural" no puede ser homogeneizado; es justamente lo contrario: Se trata de ampliar el campo entonces y para ello no es deseable encorsetar sus esteros, sus márgenes. La optimización de los lenguajes es la jactancia de la técnica y la compactación monolítica del campo simbólico. Si así se entienden las condiciones objetivas y las acciones estratégicas para comunicar en medio de la denominada "batalla cultural" y dentro del campo de la acción "militante", el panorama se achica y mucho. El desafío es entonces crear nuevos lenguajes políticos y comunicacionales que desafíen la tentadora corriente del "discurso consignista” y trascender entonces ese palimpsesto momificado. El lenguaje puede ser como el pensamiento que no se detiene allí donde se topó con la corta meta de la estandarización y el halago; el lenguaje puede desafiar lo ya logrado tanto como ese pensamiento que nos obliga a poner la mirada siempre delante de lo ya obtenido, de lo concretado, para redoblar la aventura de la construcción política y cultural como bien simbólico de una sociedad que exige ser pensada constantemente. La reproducción maniquea de las lógicas de Grupo atentan contra la ampliación del campo discursivo dentro del cual se halla el lenguaje periodístico. Los lenguajes progresistas no expresan per se la posibilidad de esa ampliación. Hay que sostener y defender la ampliación de voces haciéndola efectiva, tanto como ampliar las fronteras del lenguaje para no detenerlo allí donde se transforma en mero discurso programático-estratégico. Sobre el pensamiento inesperado, no dicho, es que se da esa posibilidad de agregación que supone un nuevo pensamiento, un nuevo lenguaje. Así, el pensamiento crítico debe construir allí donde se detuvo uno anterior. Hoy entiendo que esta conversación dentro del campo periodístico se detiene justo donde encuentra certezas que sostienen fines estratégicos. No es una buena señal para la reposición, por parte del lector, de un sentido que debe ser imperfecto, inconcluso, desafiante.
Los llanos pero efectivos editoriales; los espectacularizados lenguajes televisivos encarnados en un “iconoclasta de peluche” – al buen decir de mi amigo Rodolfo Braceli -; las afrentas y diatribas cotidianas y las esquizoides y perversas comparaciones de nuestro Gobierno elegido democráticamente por la voluntad popular y en elecciones libres y abiertas, con el proceso de iniciación y ascenso del nazismo (brutal editorial del diario La Nación, 1933) deben ser desactivadas, y aunque canse ya hacerlo, con nuevos y mejores argumentos comunicacionales que hagan mella allí donde la fatal grieta se abre en el discurso de los Monopolios de la Desinformación: Ese garrafal paso en falso argumentativo, el “salvando las enormes distancias”, es la contundente prueba de esa falla a activar. Pero la necesidad de refutaciones discursivas que trasciendan la reiteración y la consigna es la herramienta para que la falla se traduzca en sismo. Y los medios concentrados de comunicación lo saben también y por eso en sus escenificaciones post-domingo han sumado al cónclave de “independientes” al verdadero cuadro ideológico de la derecha periodística: El columnista del diario La Nación, Carlos Pagni.
5 – Murió el Genocida pero no la Historia
Juzgado y condenado, en prisión, hablándole hasta el final a esa escucha que persiste en la Patria, murió el genocida, el asesino, el apropiador de bebés, el matador de sus madres y padres, el creador de los campos de exterminio. Murió la noche más oscura que aún cuenta con sus cancerberos. Pero murió, preso y condenado. Aunque su silencio se fue con él a la tumba. No es, no está, pero sí: El Genocida murió al amanecer.
*Periodista