domingo, 30 de marzo de 2014

Brasil: La lucha de Dilma Rousseff a 50 años de la dictadura

http://www.telegrafo.com.ec/mundo/item/la-lucha-de-dilma-rousseff-a-50-anos-de-la-dictadura.html 

Los muros que fueron el escenario de los 22 días seguidos de tortura que sufrió Dilma Rousseff en enero de 1970 fueron declarados patrimonio histórico. Allí, en la Rua Tutóia, en Sao Paulo, en barrio injustamente llamado Paraíso, funcionó uno de los mayores centros de torturas de la dictadura militar brasileña.

Y en Belo Horizonte, donde  la presidenta -una exguerrillera de las filas contra la dictadura militar- nació, estudió y comenzó a militar en política, el gobierno de la capital del estado de Minas Gerais organiza un circuito turístico sobre la memoria de la resistencia al régimen iniciado por un golpe militar ocurrido entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 1964, del cual se cumplen 50 años.

Mientras, gracias a la Ley de Amnistía aprobada en 1979, los torturadores y asesinos del régimen militar (1964-1985) siguen en libertad. Los 5 dictadores que usurparon el poder -Humberto Castello Branco, Arthur de Costa e Silva, Emilio Garrastazú Médici, Ernesto Geisel y Joao Baptista Figueiredo- murieron sin ser juzgados. 

A los 50 años del inicio de la dictadura con el derrocamiento del presidente constitucional Joao Goulart, el gobierno del estado de Sao Paulo anunció que se cuidará como patrimonio histórico la comisaría que fue el principal centro de torturas del país, ubicada en la ciudad de Sao Paulo.

Allí funciona, todavía, la Comisaría 36 de la Policía Civil, pero en la época del régimen sirvió como centro de torturas clandestino de la Policía y el Ejército, primero llamado Operación Bandeirante y luego Departamento del Orden Interno-Centro de Operaciones de Defensa Interna. Los torturadores dejaron registros con 52 muertes en el lugar, que era el primero adonde iban detenidos los presos políticos antes de ser derivados a las cárceles o a fosas comunes, o al mar.

Entre los 5.000 torturados en la Rua Tutoia de Sao Paulo, está Dilma Rousseff. Fue detenida a los 22 años el 16  enero de 1970 a las 16:10 en el centro de la ciudad de Sao Paulo, haciendo un contacto clandestino en el marco de las organizaciones para la lucha armada urbana de su grupo, la Vanguardia Armada Revolucionaria (Var-Palmares).

La propia presidenta, en 2 relatos, contó lo que se vivió allí adentro, con torturas de todo tipo, durante 22 días seguidos, al diario Folha de Sao Paulo en una histórica declaración en 2009, cuando era jefa de ministros del exgobernante Luiz Lula da Silva: “Ustedes no saben la cantidad de secreción que sale de un ser humano cuando es golpeado y torturado. Porque esas cantidades de líquidos que tenemos, la sangre, la orina y la materia fecal aparecen en la forma más humana”.

Rousseff fue presa y trasladada hacia Río de Janeiro y Minas Gerais, donde también fue torturada por ser considerada, según documentos de la época, uno de los cerebros de los grupos de la resistencia.
El sitio donde fue torturada Rousseff en Sao Paulo fue declarado intocable por el grupo de patrimonio histórico del gobierno del Estado de Sao Paulo.

“Lo que queremos es que las personas reflexionen sobre este lugar, que será mantenido en pie por lo que significa para la historia de Brasil. También se debe discutir el presente, de qué forma están capacitadas y  actúan nuestras policías frente al tema de la seguridad pública”, dijo a EL TELÉGRAFO la historiadora Déborah Nunes, de la Unidad de preservación del patrimonio de la Secretaría de Cultura del estado de Sao Paulo.

Seis años después del paso por allí de Rousseff, el centro de torturas recibió a Vladimir Herzog, un periodista que dirigía la estatal TV Cultura a quien la dictadura consideraba comunista por el trabajo periodístico que ejercía.

En 1976 Herzog apareció ahorcado en su celda y el régimen distribuyó una fotografía del colgado en la celda. El montaje fue tan burdo que se descubrió, porque las piernas tocaban el piso, que había sido un asesinato.

En el marco de los actos a favor de la memoria histórica, también aparece la ciudad natal de Dilma Rousseff, Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
“Estamos lanzando el circuito turístico de la memoria en Belo Horizonte. Los lugares desde donde la juventud enfrentó al régimen militar buscando cambiar el país. También estarán los lugares que frecuentaba la generación de la presidenta Dilma”, dijo a EL TELÉGRAFO el presidente del ente municipal de turismo Belotur, Mauro Werkema.

En 1969 desde Belo Horizonte debió escapar y cortar sus estudios de economía la presidenta, en la época más dura del régimen de facto, que había aprobado un año antes el cese de las libertades públicas y de reunión y el inicio de la censura previa.

En Belo Horizonte, Rousseff militó en un grupo maoísta llamado Polop (Política Obrera). El circuito turístico incluirá la sede de la Policía Secreta, el Departamento de Orden Político y Social (Dops), el homenaje a las víctimas del régimen en la Avenida Affonso Pena, la principal de la ciudad, y los centros culturales y puntos de reunión de las manifestaciones contra la dictadura.

“Queremos divulgar el turismo cívico-político, como también están comenzando a hacer otras ciudades como Recife y Curitiba”, dijo el director de Belotur. El circuito puede ser usado por quienes vayan a Belo Horizonte a ver el Mundial 2014.

El aniversario 50 del golpe militar coincidirá con los peores días de la gestión Rousseff desde las manifestaciones de junio pasado. La popularidad de la mandataria cayó 6 puntos respecto de diciembre, según IBOPE (Instituto Brasileño de Opinión Pública e Estadística), al 48%, y en términos macroeconómicos la oposición está martillando sobre la rebaja de la nota que le otorgó a Brasil la calificadora Standard&Poors, rechazada vehemente por el Gobierno.

En vistas a las elecciones del 5 de octubre próximo, en las que la presidenta del Partido de los Trabajadores se juega la reelección, explotó en las manos del Gobierno un supuesto escándalo que le costó millones de dólares a la empresa estatal Petrobras por la compra irregular de una refinería en Pasadena, Texas, Estados Unidos.

En 2006, época de la adquisión, el consejo de administración de la gigante Petrobras estaba presidido por Rousseff, quien ha dicho que aprobó la compra de la refinería en base a un falló técnico que ahora considera que estaba equivocado.

Dentro del Partido de los Trabajadores, sectores que temen una sangría de popularidad de la presidenta pugnan por mover el banco de suplentes donde está sentado el líder del partido y el más popular de los políticos, el expresidente Luiz Lula da Silva, quien se niega a retornar como candidato.

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