domingo, 22 de junio de 2014

Las protestas latinoamericanas y el mundial de Brasil

Leandro Cabello - http://rinacional.com.ar/las-protestas-latinoamericanas-y-el-mundial-de-brasil.html 

“No hay que olvidar que los enemigos están preocupados por nuestras conquistas, no por nuestros problemas”. Juan Domingo Perón

 

En casi la totalidad de los países que componen América Latina y el Caribe se ha registrado protestas en contra de quienes gobiernan dichos estados. Antes que nada es importante remarcar una cuestión, dichas protestas no deben ser colocadas en la misma categoría que las europeas. Allí, hablamos de situaciones marcadas por la recesión económica, lo que ha empujado a la ciudadanía a pedir que se termine con el continuo ajuste. Por estos pagos en cambio, vivimos una década de crecimiento económico con redistribución de la riqueza, por lo que las manifestaciones no tienen los mismos fundamentos materiales que en Europa.

Al mismo tiempo, las situaciones particulares de cada uno de los estados latinoamericanos no es la misma. En el caso del Chile de Piñera y la Colombia de Santos las protestas tenían fines bien definidos, buscar la educación pública y oponerse a la liberalización del agro respectivamente. Hablamos además de países que forman parte de la Alianza del Pacífico, organismo que sirve de caballo de batalla estadounidense para oponerse a la integración económica de la América Morena y de esta con la ya principal zona comercial mundial, el este asiático. 

Ahora bien, en el caso de los gobiernos de fundamental preponderancia en la integración (Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia o Venezuela), las banderas levantadas por los protestantes han sido desde tergiversaciones de importantes decisiones gubernamentales hasta justos reclamos utilizados con el ilegítimo objetivo de la destitución. 

La superestructura, fundamentalmente el aparato de educación y los medios de comunicación monopólicos, han tenido un papel esencial en el fogueo de dichas manifestaciones. “¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América?”, decía Martí en 1891. 123 años después los elementos peculiares de nuestros pueblos siguen sin ser incluidos con la trascendencia necesaria en los planes de estudio, por lo que los estudiantes y profesionales surgidos de esta usina tienden a engordar las filas de quienes se oponen a la defensa del interés nacional. Ha sido un error generalizado de los estados mencionados no haber hecho una profunda reforma en el espíritu de las altas casas de estudio y en el resto de las instancias educativas. Diferente es el caso de los medios de comunicación, en el que en mayor o menor escala, antes o después, la lucha entre el Estado y la punta de lanza de lo que se conoció como pensamiento único se libró.

El ejemplo que más se ha mantenido en el tiempo es el de las manifestaciones de Brasil. La supuesta gota que rebalsó el vaso fue el aumento del boleto de 3 reales a 3,22 en junio del año pasado. A esta se plagaron otras exigencias, como mayor inversión en salud, vivienda y educación. La crítica que más resonó fue la de la inversión para el Mundial de Fútbol que ya inició y para los próximos Juegos Olímpicos, calificados como gastos suntuarios. 

Si bien se pudo ver una composición heterogénea, mayoritariamente las movilizaciones estuvieron compuestas por estratos medios, principalmente universitarios y profesionales, de los centros urbanos y no de la periferia de las ciudades o de las zonas agrarias. 

A la hora de propagandizar lo que sucedía en Brasil, se minimizaba u obviaba una serie de factores importantes para analizar la situación. Poco o nada se dijo de cosas como que el PT en el gobierno sacó de la pobreza a más de 35 millones de brasileros, ensanchó la clase media en 105 millones y generó un crecimiento colocando al país como potencia mundial integrando el BRICS. 

La masividad de las protestas ha decaído desde junio del año pasado al presente, el motivo se encuentra en el diálogo entablado entre el gobierno y las diferentes organizaciones de manifestantes y sus consecuencias, la planificación de mayor inversión social en diferentes puntos estratégicos financiada con las reservas petroleras encontradas en el Atlántico. Vale decir que la inversión en el mundial no fue utilizada como excusa para no desajustar sobre necesidades puntuales por parte de Dilma. 

¿Entonces, por qué continúan las protestas? No es el motivo que todavía no se vean resultados puntuales grandilocuentes. El más importante de los candidatos a presidente de la oposición (Aecio Neves) busca canalizar el descontento de los manifestantes. Si no lo logra, utilizará el desgaste sufrido por el gobierno y acrecentado por los medios de comunicación como campaña para justificar los intereses que él defiende. 

“La Alianza del Pacífico, el bloque comercial de países liberales de América Latina, como Colombia, México, Chile y Perú, es un camino a ser seguido”, dijo públicamente Neves, por lo que su objetivo es entrar a dicho organismo, lo que significaría la desregulación de la economía de Brasil. En resumidas cuentas, es posible que las causas de las protestas antimundial se encuentren en las cosas que les faltó hacer a Lula y a Dilma, pero quienes explotan políticamente el asunto lo hacen por animadversión a las cosas que ya hicieron.

Los mal denominados ambientalistas que se oponen a Correa en Ecuador, los caceroleros que se oponen a Cristina en Argentina, los universitarios contra Maduro en Venezuela, son otros ejemplos de movimientos, no populares, sino populistas en Latinoamérica. Populistas porque no son los grandes latifundistas o los principales gerentes del sistema financiero quienes marchan, sino estratos sociales cuyos intereses dependen del desarrollo mercadointernista y a pesar de ello sirven de base social a la rosca minoritaria y concentrada que anhela la caída de los gobiernos más democráticos de la región. 

El poder de la rosca oligárquica en Latinoamérica se mantiene porque no ha sido atacada la base material sobre la que se sustenta, no ha habido una contundente modificación del aparato productivo que permanece concentrado. Además, encuentra su caldo de cultivo en ciertos sectores sociales  permeables a la manipulación. Ante estos factores hay que tomar políticas desde el Estado, políticas que mantienen una relación dialéctica con la redistribución de la riqueza y la integración latinoamericana impulsada por Cristina, Maduro, Evo, Correa, etc., que son al fin de cuentas el motivo por el cual quieren su caída.

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