viernes, 21 de noviembre de 2014

Méjico: La necesidad de desaparecer 43 estudiantes

Leandro Cabello - http://rinacional.com.ar/la-necesidad-de-desaparecer-43-estudiantes.html

Desde diciembre del 2012 hasta junio de este año se han contabilizado en Méjico 28.215 asesinatos. Personas colgadas de puentes en forma de trofeos y de advertencia, fosas comunes con cuerpos calcinados o degollados, fusilamientos, secuestros, torturas, el horror parecía haber adquirido cierta cotidianidad. En realidad, esta cotidianidad es producto de la complicidad de los partidos mayoritarios, el PRD y el PRI, que conviven con el crimen organizado dentro del Estado.

En el primer semestre del año, Guerrero fue el segundo estado con mayor índice de violencia, contando con 780 muertes violentas. Dentro del estado, la ciudad de Iguala tenía como presidente municipal a José Luis Abarca, casado con María de los Ángeles Pineda. Pineda dirigía junto a su hermano “Guerreros Unidos”, banda nacida del estallido del Cartel de Guerrero, comandado hasta su desaparición por la familia Beltrán Leyva. Los padres y varios de los hermanos de María de los Ángeles Pineda trabajaban para esta familia. 

El pasado 26 de septiembre, luego de dar un el informe de gobierno, la pareja gobernante se dirigía a realizar un festejo. En camino al mismo fueron interceptados estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. Según los informes estatales, la policía reprimió a los estudiantes produciendo 6 muertos, 20 heridos y 43 desaparecidos. Por los interrogatorios se descubrió luego que los desparecidos fueron entregados por la policía municipal a Guerreros Unidos, quienes habrían torturado, asesinado y enterrado a los estudiantes. La orden la había dado la mujer del presidente municipal. Inmediatamente Abarca y Pineda se dieron a la fuga y en estos días fueron apresados. 

Diez días antes, en un mensaje al Congreso norteamericano, el presidente Obama señalaba su preocupación por el aumento de opiáceos que provenían de Méjico, apuntando que los decomisos de heroína en la frontera de ambos países habían aumentado un 324%. El 98% de la producción de amapola se realiza en un solo estado mejicano, Guerrero, yendo a parar toda esa producción en primer lugar a la ciudad de Iguala. Sin embargo, esta preocupación deja bajo la alfombra la responsabilidad de Estados Unidos.

Ante la necesidad norteamericana de aprobar los tratados de librecomercio con Méjico durante la década del 80, las diferentes centrales de inteligencia estadounidenses presionaron a la cúpula de dirigentes del Estado mejicano. El salto cualitativo de los carteles se da una vez aprobados los tratados: como parte de estos se dieron privatizaciones de empresas paraestatales mediante las cuales los narcos pudieron blanquear sus finanzas y consolidarse. Todo esto es expuesto por Jack Blum, exjefe de asesores del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano.

El vínculo sigue hasta la actualidad, los que señalan consternados el crecimiento del narcotráfico son al mismo tiempo los que entrenan sus mercenarios y los que lavan su dinero. Varios bancos ubicados en Norteamérica tienen causas abiertas y sentencias por sus vínculos con actividades ilícitas. Por su parte, HSBC Méjico debió pagar hace unos años una multa record (1920 millones de dólares) por blanquear el dinero de diferentes carteles de Méjico y Colombia. El tesorero de la sucursal mejicana del banco de capital británico era Gabriel Martino, que por su eficaz trabajo fue enviado a Buenos Aires en calidad de nuevo jefe de la sucursal en Argentina. La sucursal está vinculada a las corridas cambiarias y su nuevo jefe a figuras del macrismo. El banco tiene en nuestro país alrededor de 100 millones de pesos acumulados en multas por actividades irregulares. El HSBC nació para financiar la Guerra del Opio y doscientos años después lo sigue haciendo. 

Volviendo a lo sucedido en Méjico, una de las hipótesis es que los desaparecidos son un mensaje enviado por Guerreros Unidos a ERPI (Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente). Nota al píe merece la guerrilla. Si bien no dudamos de las intenciones de aquellos que la componen, si criticamos la eficacia de la guerrilla misma. Ya no hablamos de Méjico de principios del S XX en donde el campesinado conjugaba preponderancia y marginalidad producto del latifundismo entreguista. Estos se organizaron en el norte bajo guerrillas que fueron comandadas por Pancho Villa en un contexto geográfico y de desarrollo socioeconómico que así lo permitía. Cien años después el panorama ha cambiado. La urbanización ha avanzado estrepitosamente y el campesinado tiene un peso relativo menor producto del desarrollo económico mejicano. La guerrilla ya no es la forma de combatir, sirve de excusa para el terrorismo de los carteles, y el terrorismo a gran escala de los narcos o el terrorismo de la guerrilla espantan a las masas populares, verdaderas víctimas. 

Son los sectores populares los que deben por medio de la participación política recuperar el control del Estado. Tanto la burocracia como el Ejército han sido cooptados en gran parte por los traficantes en connivencia con los sectores más acaudalados de la sociedad. Poseen además el apoyo de sus socios internacionales, fundamentalmente los bancos y la industria armamentista. La sociedad mejicana ya no resiste esta alianza, así lo demuestran las manifestaciones en todas sus formas que se están dando en estas horas. No están solos, tienen detrás al resto de los latinoamericanos que sufren la persecución de los fondos buitres, las bases militares y los golpes de estado preparados por quienes hablan otras lenguas. Todos ellos desean la aparición de los 43 estudiantes como paso previo a la recuperación del Estado, mientras que en frente están los que quieren seguir sembrando muertos en nuestro suelo para cosechar luego mayor renta.

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