domingo, 6 de octubre de 2013

España, el país de los 200.000 desaparecidos

José Luis Gordillo · (Sevilla) - http://periodismohumano.com/sociedad/memoria/espana-el-pais-de-los-200-000-desaparecidos.html 

Mural con fotografías de desaparecidos por la represión franquista que los afectados colocaron a las puertas del hotel de Sevilla donde fueron recibidos por los miembros del grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas de la ONU.

Rocío Borrego sólo quiere recuperar los restos de su madre, puesto que sabe bien que fue asesinada en 1936. Eduardo Raya sólo desea saber el paradero de su hija, puesto que está completamente seguro que sigue viva, desde que fue presuntamente robada en 1990. Entre ambos sucesos ha pasado medio siglo, pero los cubre el mismo manto de silencio e “impunidad”, según los representantes del grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas de Naciones Unidas que este mes de septiembre ha visitado diversas ciudades de España. Los afectados repiten insistentemente, con casi 200.000 víctimas, entre enterramientos ilegales en fosas comunes y niños robados, hoy son adultos con identidad falsa, España es, tras Camboya, el país del mundo donde permanecen más personas desaparecidas.

En 1940 la Causa General iniciada por el Ministerio de Justicia sobre el denominado terror rojo facilitó la recuperación de los cadáveres de casi la totalidad de las 38.000 víctimas de la represión en la retaguardia republicana durante la Guerra Civil. Sus familiares, salvo excepciones de falta de interés o deficiente localización, pudieron darles una sepultura digna, fueron honrados, su memoria recuperada y sus verdugos perseguidos o procesados. El Estado se implicó fuertemente en la labor de búsqueda e identificación, sirviéndose en muchos casos de las fotografías tomadas a tal efecto por el propio Gobierno republicano, que nunca llegó a legitimar la barbarie desatada durante parte de esos tres años por facciones de sindicatos y partidos de izquierda.

Setenta años después, todavía no ha ocurrido lo mismo con el franquismo, cuya represión fue cinco veces mayor en número debido a ser planificada por sus mandos y ejecutada sistemáticamente a partir de las órdenes de fusilamiento de cualquier desafecto al Movimiento decretadas por la Junta de Gobierno y la Junta Suprema Militar de Defensa de España en 1936. Desde entonces hasta ahora, de los 143.000 desaparecidos estimados por el ex juez Baltasar Garzón en 2008 sólo se han recuperado los cuerpos de unos 8.000. Pero cada vez que se abre una fosa se encuentran más cadáveres de los previstos, motivo por el que las estimaciones se acercan ya a los 180.000 desaparecidos, cifra que coincide con la aportada hace años por el historiador Paul Preston.

A ello hay que sumar unos 30.000 niños apartados forzosamente de presas y familias republicanas entre 1944 y 1954, como medida de “higiene” ideológica, y al menos otros 6.000 casos documentados por las asociaciones de bebés robados por motivos económicos durante el tardofranquismo y la primera mitad de la actual democracia. Casi todos siguen sin localizar, salvo varias decenas de reencuentros, facilitados por análisis de ADN practicados por los propios familiares, nunca por el Estado.

Florentina Rodríguez enseña la foto de su abuela Ana Ricarda, desaparecida en 1936 en Córdoba, minutos antes de exponer su caso ante los representantes de la ONU.

Rocío Borrego no pudo acudir a Sevilla el pasado mes para explicarle su caso a los representantes de la ONU, debido a su delicada salud. Lo hizo en su lugar su hija Florentina, quien relató que Ana Ricarda, de ideología socialista, regentaba una tienda de comestibles y ejercía como maestra particular y escribiente en la aldea cordobesa de Jauja. En noviembre de 1936 fue detenida por cuatro falangistas y un guardia civil al que ella misma había denunciado por amenazas unos años antes, y ya no se ha vuelto a saber de ella. A través de diversos testimonios han llegado a saber que permaneció varios días en un chalet, donde fue violada y torturada hasta que, ya moribunda y desfigurada, le dieron el tiro de gracia. Parece que un vecino encontró el cadáver junto al arroyo de La Coja y, al verle los pechos arrancados y el cuerpo destrozado, decidió enterrarla.

Su tienda y sus tierras fueron confiscadas, su madre rapada y purgada, su marido enloqueció y murió a los pocos años y sus cuatro hijos fueron presa del hambre y la miseria. Rocío ha acudido infructuosamente a los tribunales para buscar alguna reparación y la recuperación de los restos de su madre. En su auto, el ex juez Garzón lo señala como uno de los casos más “clamorosos” de “inseguridad jurídica para las víctimas”. Sin embargo, hasta el propio Tribunal Constitucional español ha desestimados sus recursos. “Yo no quiero juzgar a nadie, pero que nos dejen recuperar los restos”, clamaba Florentina en Sevilla, a la vez que se preguntaba: “¿Hasta cuándo? ¿Hasta que los tengan que sacar como a los íberos o los tartessos? ¿En qué país democrático se encarga la labor de hacer cumplir los derechos humanos a las víctimas, teniendo que trabajar en contra de la Administración? Es un desgaste emocional tremendo”, se lamenta.

Efectivamente, el grupo de trabajo de la ONU ha constatado que la Ley de Memoria Histórica de 2007 ha tenido un efecto muy escaso. Salvo algunas excepciones, como el Ayuntamiento de Málaga, que ha financiado la exhumación de la fosa común de su cementerio, recuperando los restos de 2.800 personas, en el resto del país prácticamente ningún municipio ha dado permiso siquiera a las familias para hacerlo y ningún juzgado ha ordenado la apertura de fosas. Ariel Duritzky, unos de los representantes de Naciones Unidas que ha visitado España, considera que el Gobierno español debe derogar la Ley de Aministía de 1997, por ser preconstitucional y constituir una “barrera a la investigación de graves violaciones de los derechos humanos”.

Así, en lugar de poner los “obstáculos” actuales, el Estado español debe ofrecer en su opinión mayor apoyo a las víctimas, crear una entidad para estudiar los casos, investigar las desapariciones forzadas a través de la judicatura, juzgarlas, retirar los símbolos del franquismo de los lugares públicos y “asumir un rol de liderazgo en la búsqueda de la verdad”. A juicio del experto de la ONU, “en el contexto de ataques generalizados a la población civil, como los que ocurrieron durante la guerra y la dictadura, las desapariciones forzadas adquieren carácter de crimen internacional, y por lo tanto deben considerarse imprescriptibles”.

Dulitzky y su compañera Jasminka Dzumhur no se sorprendieron cuando en su visita a Sevilla se les planteó que este crimen contra la humanidad también se habría prolongado hasta bien entrada la democracia. Hasta los años noventa en concreto, debido a que el robo de bebés por motivos económicos, tras haberlo practicado en un principio como represión política, también se habría realizado de forma “sistemática, generalizada y con aquiescencia de los poderes públicos” como un “ataque” por parte de un grupo de funcionarios del Estado contra parte de la población civil. Así lo expusieron el abogado granadino y también afectado Eduardo Raya junto a su esposa Gloria Rodríguez. Ellos siguen buscando a su hija, dada por muerta al nacer en el Hospital Clínico de Granada en 1990. Hasta siete análisis de laboratorios públicos y privados han dictaminado que el cadáver enterrado entonces no puede pertenecer a una hija suya, así como tampoco los restos de hígado aportados como prueba por los médicos para cerrar el caso. La Justicia hasta ahora no les ha ofrecido respuesta, pendiente de reabrir la investigación “a regañadientes”.

El matrimonio Eduardo Raya y Gloria Rodríguez a las puertas del hotel sevillano donde los representantes de la ONU atendieron a los afectados por desapariciones en Andalucía.

Raya tiene no obstante esperanza en el dictamen del grupo de trabajo de la ONU, que deberá ser elevado al Consejo de Derechos Humanos para su aprobación, así como que la Justicia argentina incluya también entre sus investigaciones el robo de niños por motivos políticos o económicos, tanto en la dictadura como en la democracia, al tratarse de una misma trama criminal. “Esto no es cosa de una monja aislada, como nos quieren hacer creer. Sor María sólo fue un instrumento de los que se llevaron el dinero”, asegura Raya.

Los métodos aplicados ilegalmente para el rapto y venta de bebés hasta los años noventa fueron en realidad ensayados de forma legal en los años cuarenta y cincuenta. El engaño, diciendo a las familias que el niño había muerto, la inscripción en el Registro Civil con distinto nombre y apellido y darla en adopción en una provincia distinta a la que nació, para dejar el menor rastro posible. Las hermanas María y Florencia Calvo, por ejemplo, fueron enviadas por sus padres a Francia para salvaguardarlas de la contienda en España, pero tras terminar la guerra las secuestró allí el servicio exterior de Falange Española y las devolvió a nuestro país. Al llegar en tren a Toledo, Florencia preguntó por su hermana, pero una monja le informó que María había muerto de unas fiebres, como tantos otros niños en el camino, y que su cuerpo lo habrían tirado por la ventanilla. En realidad no fue así, sino que fue dada en adopción. Sesenta años después, las dos hermanas se reencontraron gracias a un programa de televisión.

La Orden del Ministerio de Justicia de 30 de marzo de 1940 establecía que los hijos de presos políticos podían quedarse con sus madres sólo hasta los tres años, cumplidos los cuales debían ser excarcelados y adoptados por familias adeptas al Régimen, siguiendo las doctrinas del psiquiatra Antonio Vallejo-Nágera. La Ley de 4 de diciembre de 1941 facilitaba a su vez su inscripción en el Registro Civil con nuevos apellidos. Vicenta Flores Ruiz, hija de un militar republicano de Valencia, fue adoptada y devuelta al colegio de monjas donde permanecía interna hasta cuatro veces en un mismo año, cambiando en todas las ocasiones de apellidos. Y siempre lejos de Valencia, por familias de Zaragoza, Alemania, Madrid y Ciudad Real

El paso del robo de niños legal al ilegal se habría dado ya en la siguiente década, aprovechando esta estructura. Además de las entidades religiosas que tutelaban a los menores y los registros civiles de toda España, fue necesaria también la implicación de profesionales sanitarios, médicos y matronas que asistían los partos en las cárceles y, cada vez en mayor medida, en clínicas y hospitales. En 1950 Emilia Girón fue a dar a luz al hospital de Salamanca. Nada más nacer, le arrebataron al niño a la fuerza y nunca más supo de él. Emilia era hermana del maqui Manuel Girón, jefe de los guerrilleros del Bierzo. Era analfabeta y tenía mucho miedo. Quizás pensaron que nunca lo buscaría, pero sí lo hizo, aunque infructuosamente. “Con esa angustia estaré toda la vida, porque sé que lo parí y lo llevé dentro nueve meses, y no lo conocí siquiera”, declaraba Emilia cuarenta años después.

De esa misma época es una carta del capellán de la casa cuna de Sevilla en la que daba instrucciones para cambiar las partidas de bautismo de forma discreta en caso de adopciones irregulares, más allá de las forzosas a presos republicanos que sí permitía la ley. En muchas ocasiones, religiosos, médicos y registradores recibían regalos o donativos por parte de los padres adoptivos. Así, en los años cincuenta se habría producido la transición del robo por motivos políticos al móvil económico, práctica que se habría prolongado de forma sistemática has la década de los noventa y que hoy día, según la ONU, permanece impune.

martes, 1 de octubre de 2013

Argentina: Qué es lo que se juega

José Pablo Feinmann - http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-230088-2013-09-29.html 

¿Qué horror se descubrirá –alguna vez, supongo– del gobierno de CFK que justifique el odio que despierta en varios sectores? ¿Qué permitirá comprender que una columnista de La Nación presente un libro junto al líder del Partido Obrero? Difícil saberlo. Pero debiéramos tratar de comprender algo. En la Argentina, y en casi toda América latina, hay una lucha entre los intereses neoliberales y los gobiernos que han surgido a comienzos de la primera década de este siglo. Si tratáramos de encontrar el núcleo de la cuestión se podría afirmar que hay (como la hay desde hace siglos) una discusión en torno del Estado. Entre la relación entre Estado y Economía. ¿Debe el Estado intervenir en el libro flujo de la economía? ¿Debe recluirse sobre sí y asegurar meramente el orden interior? Desde Martínez de Hoz se escucha que achicar el Estado es agrandar la Nación. Se trata de una consigna notablemente precisa para explicitar el pensamiento de uno de los defensores más empeñosos de la desregulación económica. Hablamos de Friedrich von Hayek, a quien hoy suele llamarse padre del neoliberalismo. Lo es. Si Videla acuñó esa consigna sobre la grandeza de la Nación basada en el achicamiento del Estado, a nadie deberá sorprender que la teoría de Von Hayek se base en el concepto de Estado mínimo. Así, Hayek ha inspirado a los gobiernos, no sólo de Videla, sino de Pinochet, Reagan y Thatcher. Su defensa del liberalismo económico lo lleva a someter la democracia a sus postulados. El Estado, meramente deberá garantizar el orden espontáneo del mercado. Hayek deposita una fe poderosa en la autorregulación del mercado. No acude a la mano invisible smithiana, no la requiere. Confía más que Smith en el poder del mercado. Libre mercado y democracia se alimentan, uno es la garantía del otro. Pero no son equivalentes. El mercado tiene primacía absoluta. El liberalismo económico desplaza al político. Hayek termina por confiar más en el mercado que en la democracia. Teme a una democracia planificadora. No es la que garantizará el orden espontáneo del mercado. Hayek detesta y es un cruzado contra el intervencionismo estatal. La palabra “planificación” y lo que ella significa es motivo de sus iras y de sus ataques desmesurados. Si una democracia es planificadora no es democracia. Habrá que superarla. Sólo es democracia la que no planifica. Planificación y Estado intervencionista son –para Hayek– lo mismo. No es casual que él y los suyos –los “Chicago Boys”– hayan apoyado a regímenes aberrantes en lo político, lo social y los derechos humanos. No les importa. Prefieren una democracia autoritaria (algo que es un oximorón) o, sin más, un régimen totalitario si les sirve para oponerse a la planificación, a la regulación de la economía. El mercado ha de ser libre, cueste lo que cueste. Así, no se alteran para nada si apoyan a Pinochet y a Videla. Los “Chicago Boys” jugaron un papel importante en Chile y Argentina. Los desaparecidos desaparecían en aras de la vigencia del mercado libre, de la desregulación económica y del achicamiento del Estado, cuyas causas opuestas representaron siempre los regímenes socialistas y populistas. Era –para Hayek y los suyos– una noble causa para desaparecer. Si hay que matar por eso, se mata. Lo contrario es peor. ¿Qué es “lo contrario” para Hayek? Algo hemos visto: regular el mercado desde el intervencionismo estatal. Esto tienen un nombre dentro del capitalismo: el capitalismo del New Deal. El de Keynes.

Según se sabe, Keynes arrancó a Estados Unidos del crac del ’29 aplicando las teorías del New Deal. Básicamente eran: intervención del Estado en la economía y pleno empleo. El pleno empleo garantizaba la capacidad de consumo de la población. La capacidad de consumo garantizaba el desarrollo de las industrias. Era un plan para el salvataje del mercado interno. Hay una dialéctica entre la producción y el consumo de la que el liberalismo y el neo abominarán siempre. Es, sin embargo, sencilla y notoriamente razonable: lo que requiere una industria productora es un mercado consumidor. Lo que requiere un mercado consumidor es una industria productora. Ambos se dinamizan y crean eso que hace que un país sea autónomo. Un mercado interno nacional con el respaldo de un Estado Benefactor de los intereses nacionales y de los pequeños y medianos empresarios que producen para el mercado interno. Esto es eso que los neoliberales llaman “populismo”. El “populismo” –al partir del pleno empleo– olvida al mercado en beneficio del “pueblo”. Luego, el intervencionismo de Estado, lleva al autoritarismo y a la corrupción. En tanto el “Estado mínimo” garantiza la transparencia del mercado en las grandes empresas que son las que seriamente beneficiarán al pueblo, no a través de la demagogia, sino por medio de la teoría del derrame. Además, el populismo siempre está a un paso del autoritarismo y de las economías de planificación socialistas.

Al caer el Muro de Berlín, las potencias occidentales vieron el terreno fértil para sus planes ya conocidos y para los nuevos. Surge, así, el célebre Consenso de Washington, cuyos puntos centrales son los siguientes:

1. Disciplina presupuestaria de los gobiernos.

2. Reorientar el gasto gubernamental a áreas de educación y salud.

3. Reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados.

4. Desregulación financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado.

5. Tipo de cambio competitivo regido por el mercado.

6. Comercio libre entre naciones.

7. Apertura a inversiones extranjeras directas.

8. Privatización de empresas públicas.

9. Desregulación de los mercados.

10. Seguridad de los derechos de propiedad.

Este Consenso (cuyos diez puntos obedecen a la inspiración del economista John Williamson) guardan muchos aspectos en común con las tesis de Von Hayek. Se aplicaron en el país bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem.

1. Esta disciplina presupuestaria exigía cuentas claras en la macroeconomía. El país receptor de los capitales multinaciones debía entregar seguridad a los mismos y no someterlos a riesgos indeseables. Las “cuentas claras de la macroeconomía” expresaban la teoría “del derrame”.

2. Una vez satisfechas las necesidades de la macroeconomía la copa llegaría a su tope y se produciría el derrame sobre las clases necesitadas, que deberían esperar hasta entonces.

3. Los impuestos moderados a los contribuyentes beneficiaban a las grandes empresas. Una cosa es un contribuyente de millones de dólares por año y otra uno de dos mil pesos. A todas luces resulta absurdo aplicarlos a los dos impuestos moderados. Pero aplicarles impuestos mayores a los grandes contribuyentes requeriría una intervención del Estado populista o autoritario que tendría por motivo una alteración del flujo natural de los mercados.

4. La desregulación financiera es un sueño del capital transnacional y las tasas de interés, si son de acuerdo al mercado, serán expresión de los acuerdos de los grupos monopólicos que lo dominan. Detrás de todo esto hay un gran cinismo. Nadie ignora que el mercado, al no regularse, al ser entregado a su propia mecánica, cae en manos de los monopolios. Sólo el Estado puede –al menos– defender el equilibrio del mercado. De lo contrario –según dijimos– cae en manos de los monopolios. ¿Cómo? Muy simplemente. Los monopolios pueden vender a pérdida durante un año y arruinar a todas las pequeñas y medianas empresas del “mercado libre”. Ahí, las compran y las incorporan a su grupo monopólico. El mercado, librado a su propia dinámica, se concentra y termina por ser patrimonio de tres o, a lo sumo, cuatro empresas. Así, el mercado libre llega muy pronto a ser la negación de la democracia. El resto de los puntos resultan de los que ya analizamos y –a su luz– resultan patéticos. Falsedades que nos ofenden.

Siempre los neoliberales o los viejos liberales al frente de gobiernos abiertamente genocidas (tengamos en cuenta que Hayek y los suyos no vacilaron en apoyar “democracias liberales autoritarias” basadas en el exterminio de seres humanos) valoraron más que la democracia la defensa de la libertad de mercado. Insistieron (y éste, dolorosamente, es un argumento que los regímenes socialistas les sirvieron en bandeja) en señalar que los desastres humanitarios de la Unión Soviética o China o los de Pol Pot y su Khmer Rouge en Cambodia, justificaban los que ellos habían apoyado por causas más nobles, en las que sinceramente creían.

En suma, lo que hoy se juega –entre otras cosas: ambiciones personales, odios sobreactuados, golpes bajos, etc.– es la suerte de un gobierno Nacional Popular y Democrático unido al keynesianismo de la regulación del mercado y el intervencionismo estatal y el retorno a Hayek, al John Williamson del Consenso de Washington, a la hegemonía de las grandes empresas monopólicas. Es notable que el argumento esgrimido sea casi centralmente el de la corrupción cuando, en rigor, ellos instalaron los gobiernos más corruptos de la Argentina, el de los militares masacradores del ’76 y el del Carlos Saúl Menem, que les entregó el país como conejito de Indias de las recetas voraces del FMI y lo llevó a la ruina en medio de los mayores escándalos de corrupción. Esto no justifica ninguna acción turbia del gobierno actual. Sobre la cual –si se prueba– caeremos fuertemente. Pero la causa no es la corrupción. Es otra. Todo gobierno popular ha sido erosionado desde la corrupción. Es que la gente –manipulada por el poder mediático hegemónico– cree que las clases altas no roban, porque son finas y tienen dinero. Roban los sucios populistas, llenos de ambiciones bastardas.

En fin, la tragedia argentina –en una de sus importantes facetas– es así:

1) La clase media no quiere ser lo que es. Quiere ser clase alta. No clase baja.

2) Cuando los gobiernos populistas les posibilitan acceder a un buen nivel económico (que habían perdido bajo un gobierno neoliberal) se siente otra vez clase alta y busca destituir a los impresentables populistas.

3) Suben otra vez los neoliberales de las clases acomodadas. La clase media vuelve a arruinarse. Vota otra vez al populismo.

Y así hasta el agobio, o el vértigo.

sábado, 28 de septiembre de 2013

La decadencia de Europa

http://www.liberacion.se/index.php/actualidad/resto-del-mundo/1343-la-decadencia-de-europa


Por culpa de las políticas impuestas por la Unión Europea a sus miembros Europa se está convirtiendo en un barco en peligro de naufragio y, por desgracia, su naufragio es inevitable. A diferencia de las economías asiáticas que se industrializaron e innovaron a un ritmo más que sorprendente, Europa se estanca y recula.
Europa es la gran perdedora en este siglo de promesas asombrosas.
Los nuevos países industriales (NPI) poseen hoy el 80% de las reservas planetarias de activos líquidos. En 2010 sus exportaciones ascendieron por encima del 50% del PIB mundial, frente al 30% hace veinte años. Sin lugar a dudas China es hoy la primera economía mundial y su influencia se extenderá a todos los continentes antes de que acabe el decenio.
Las consecuencias de las deslocalizaciones están a la vista de todos los análisis: la mayoría de los países desarrollados pasaron por un terrible proceso de desindustrialización que se tradujo en una caída generalizada del empleo.
La desindustrialización del espacio europeo no se siente de la misma manera en todos los países europeos pero el final de las grandes industrias europeas es un hecho indiscutible.
La parada del crecimiento en las economías de Europa, con excepción de Alemania, es la consecuencia de las políticas de los gobernantes europeos y de los tecnócratas de Bruselas.
Todo empezó en la década de 1990, después de la caída del Muro de Berlín. La mano de obra de las antiguas repúblicas soviéticas hizo irrupción en el escenario de la economía global al penetrar en el espacio europeo. Los trabajadores del Este, calificados, baratos y sin derechos, se convirtieron muy rápidamente en los favoritos en la carrera por los puestos de trabajo. Para recortar los costes salariales y pensando únicamente en los beneficios, las empresas occidentales empezaron a deslocalizarse hacia la Europa del Este o a importar su mano de obra. Pero muy rápido China y las nuevas economías asiáticas sustituyeron a las antiguas repúblicas soviéticas y se convirtieron en el nuevo ‘El Dorado’ del capital rapaz.
Prácticamente todos los grandes grupos transnacionales instalaron ahí sus unidades de producción. Toda la producción mundial de bienes esenciales para la supervivencia de las naciones avanzadas se fabrica actualmente en Oriente.
La falta de una legislación internacional del trabajo que garantice a los trabajadores en todas partes del mundo un mismo salario mínimo y unos derechos laborales estimuló la explotación de las poblaciones asiáticas y precipitó para siempre al paro y a la pobreza a la mano de obra de Europa, de Estados Unidos y de muchos países occidentales.
Después de Grecia, España, Italia y Portugal, Gran Bretaña se sume también en la recesión. Su gobierno fiel a la doctrina neoliberal adoptó una política presupuestaria restrictiva. Resultado: desde el final de la Segunda Guerra Mundial nunca había habido un descenso semejante de las actividades productivas. Con los estragos causados por la austeridad volvieron los tiempos del martirio de los niños en la patria de Dickens: gracias a un estudio publicado por The Guardian tras una encuesta sobre las condiciones de vida de los pequeños colegiales se da a conocer que 600 maestros de las escuelas primarias llevan cada mañana comida destinada a los niños que llegan a clase con el estómago vacío; sus padres, parados o trabajadores precarios, ya no reciben ayudas sociales.
En cambio, la fortuna de las mil personas más ricas del Reino Unido aumentó un 4,7 % el año pasado y el país cuenta actualmente con 77 multimillonarios.
En Francia el paro alcanza a más de tres millones y medio de personas. En 2008 había una población de 7,8 millones de pobres. Hoy más de 12 millones de personas, que habitan sobre todo en las grandes ciudades, padecen pobreza, “privaciones materiales graves” o una “intensidad muy débil de trabajo”.
En las regiones rurales, tan afectadas como el medio urbano, se observa un aumento constante del paro en la industria y la agricultura. En algunas regiones del centro y del sur las cifras del paro ascienden al 20%. EL ONPES (Observatorio Nacional de la Pobreza y de la Exclusión Social) llama la atención sobre el hecho de que los segmentos de la población pobre más vulnerables son las familias monoparentales (aproximadamente un 30%), los jóvenes (22,5%) y las personas mayores. Tener un empleo hoy en Francia ya no es una condición suficiente para librarse de la pobreza.
El aumento de la pobreza que empezó hacia finales de la década de 1990 con el aumento generalizado de las desigualdades de ingresos se acentuó con la crisis de 2008. Actualmente el abismo que separa las fortunas de los más ricos del conjunto de la población llega a unas proporciones indignantes.
Según la última edición de la clasificación de los 500 franceses más ricos publicada cada año por Challenges, la totalidad de la fortuna de las 500 personas más ricas aumentó un 25 % en un año. Los multimillonarios franceses poseen en este año 2013 el 10% del patrimonio total de los hogares. Su fortuna global se ha cuadruplicado en diez años. El patrimonio financiero de los franceses se evalúa en 3.400.000 millones de euros. Los 330.000 millones de euros en los bolsillos de los más ricos de Francia equivalen al 16% del PIB nacional.
Alemania parece haber logrado retirarse a tiempo. Se ha convertido en la locomotora económica de Europa en el contexto de las reglas impuestas por la Comisión Europea. Sin embargo, su “fórmula” es un auténtico atentado contra los derechos de los trabajadores alemanes.
A costa de duras reformas estructurales (las famosas “Leyes Hartz” impuestas ya en tiempos de Gerhard Schröder, el anterior canciller) la economía alemana se volvió superexportadora de productos manufacturados y se dotó de un excelente excedente comercial. Desgraciadamente, estos aumentos de crecimiento ocultan la dura realidad que vive el mundo del trabajo ya que si existe un milagro, este solo beneficia a los grandes grupos alemanes y a las clases de la alta sociedad. Este crecimiento “milagroso” se ganó a costa de inmensos sacrificios consentidos por los trabajadores: no existe un salario mínimo nacional, descenso radical de las subvenciones a los parados de larga duración, creación de miniempleos cuya remuneración se limita a 400 euros al mes y puede descender hasta el irrisorio precio de ¡un euro por hora!
¡El crecimiento y la prosperidad alemanas solo benefician a los ricos! Los patrones y los ejecutivos de las grandes empresas que en 1987 ganaban de media 14 veces más que sus empleados de la base, ahora ganan 44 veces más.
“Estadísticamente” el paro está en regresión. Pero el aumento de puestos de trabajo concierne al trabajo a tiempo parcial, una ingeniosa argucia que prácticamente dispensa a los patronos de pagar las cargas sociales. Así, a diferencia de Francia que creó dos millones de empleos a tiempo completo y muy pocos a tiempo parcial, Alemania creó dos millones de empleos a tiempo parcial y muy pocos a tiempo completo. Mientras que en diez años el salario mensual ha aumentado en Francia un 11 %, en Alemania ha descendido, en valor nominal, un 7,5%, lo que significa un fuerte descenso de la capacidad adquisitiva de las clases medias.
No olvidemos que un 25% de sus asalariados trabajan a tiempo parcial, de los cuales 7 millones cobran unos salarios muy bajos, un 20% cobra salarios inferiores al salario mínimo interprofesional francés y un 40% tiene un salario neto inferior a mil euros.
En relación a Francia donde entre 2005 y 2010 hubo un 8% más de pobres, durante el mismo periodo en Alemania aumentaron un 50%.
“La política de deflación salarial llevada a cabo en Alemania provocó un aumento de las desigualdades de ingresos a una velocidad nunca vista, ni siquiera durante el shock de después de la unificación” (Informe de la OIT, 24/01/2012).
El modelo alemán, que nuestros analistas neoliberales ponen por las nubes, no es exportable al resto de Europa. Los ideales de libertad y solidaridad se asentaron definitivamente en el corazón y en el espíritu de la mayoría de los ciudadanos europeos.
A lo largo de las tres últimas décadas los capitalistas alemanes supieron estructurar su fortaleza económica rodeándose de naciones periféricas comercialmente dependientes y fácilmente explotables. Alemania acabará por pagar el precio de su guerra económica contra Europa llevada a cabo por su egoísmo y voluntad de hegemonía. Matando su gallina de los huevos de oro (los países de la Europa moribunda, sus principales clientes a los que va un 60% de las exportaciones) se ganará la enemistad de los mercados que la enriquecen y también acabará por conocer el gusto amargo del decrecimiento.
Angela Merkel, gran sacerdotisa de la austeridad, logra aniquilar toda esperanza en el corazón de millones de sus trabajadores. La dura realidad vivida por el pueblo alemán no cesará mientras este conserve sus viejos reflejos de autoinmolación respecto a sus dirigentes.
En Europa ya no habrá trabajo. La competencia asiática propulsada por el trabajo pagado miserablemente habrá vencido a la mano de obra europea. Nuestra producción industrial se irá a Oriente y privará definitivamente a nuestras poblaciones de su fuente de ingresos, ¡el trabajo!
Desde 2008 más de 30 millones de nuevos parados se inscriben en las oficinas del paro. Más del 35% de los jóvenes que han entrado en el mercado laboral son actualmente víctimas del paro. Desde la Segunda Guerra Mundial esta generación es la primera que se considera perdida y las que siguen también lo serán. Millones de personas sobreviven en Europa con las ayudas del Estado. Un tercio de las personas que todavía trabajan entraría en el círculo de la pobreza si sus ingresos dependieran únicamente de su salario. Muchos de los nuevos pobres son trabajadores cuyo salario extremadamente bajo no les permite pagar un alojamiento ni procurarse los bienes y servicios de primera necesidad.
En 2012 un informe de la Organización Mundial del Trabajo analizaba la dramática situación del empleo en el mundo: 200 millones de nuevos parados, seis millones más que en 2011, una gran parte de los cuales pertenecían a la Europa en crisis.
El colapso de Occidente demuestra claramente la importancia de la industrialización en la creación de empleo. Privadas de sus herramientas de trabajo y, por consiguiente, de la única manera de acceder a un mínimo de prosperidad, las poblaciones occidentales fueron sacrificadas a los imperativos de la globalización: el control total de las fuerzas de trabajo bajando al mínimo su coste y alargando los horarios, supresión de las leyes protectoras de lo trabajadores. En una palabra: esclavitud.
Todas las naciones de Europa se sumirán en la quiebra económica, preludio de un cataclismo social mucho más trágico que la Gran Depresión de 1929.
¿Se puede creer todavía que no existe un ingenioso plan concebido para echar por tierra la vieja Europa de las libertades y de la solidaridad? La crisis de la deuda soberana, hábilmente utilizada por el FMI, trazó las tres etapas que llevarán a nuestras poblaciones de rechazados hasta el infierno de la tercermundialización: ¡empobrecimiento, marginación y guetización!
Y, sin embargo, Europa constituye desde hace décadas una extraordinaria red económica, un frente de sectores de gran valor internacional que engloba un mercado de más de 500 millones de habitantes, 20 millones de empresas y más de 200 millones de trabajadores calificados. Europa debe reafirmar el talento y los conocimientos de sus pueblos. Cultura, arte, ciencia, tecnologías de clase internacional, poblaciones con unas tradiciones y costumbres milenarias: un mundo entre los otros mundos, una plataforma determinante para el futuro de la humanidad.

lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Bajar la edad de imputabilidad o aumentar la justicia social?

Ricardo Nasif - http://la5tapatanet.blogspot.com.ar/2013/09/bajar-la-edad-de-imputabilidad-o.html 

“Cuando los argentinos tengan trabajo y medios de subsistencia, volveremos a tener un director de prisiones que vendrá a decirnos que nos estamos quedando sin presos”. (Juan Domingo Perón. Agosto de 1973)

En 1965, Leonardo Favio estrenó “Crónica de un niño solo”, su primer largometraje. La película cuenta parte de la vida de Polín, un niño pobre recluido en un “patronato de menores” que se fuga en búsqueda del aire y el río de su villa.

El film retrata con simpleza y una potencia visual arrolladora los intentos de disciplinamiento social del Estado sobre la debilidad de un pibe desamparado.

El sonido ensordecedor de los silbatos para marcar los tiempos de las actividades cotidianas, el tránsito de niños en fila, las nucas rapadas, las rejas que separan la libertad de los claustros y la humillación pública bajo la mirada siempre rectora de los adultos, son algunas de las imágenes que describen el encierro en la película.

En pocos fotogramas el compañero Favio anticipa con maestría la descripción de los sistemas penales occidentales que Michel Foucault detallará en su libro “Vigilar y Castigar”, publicado ¡diez años más tarde!

La prisión de Polín respondía a un modelo predominante desde los años ´20 en la Argentina. Desde entonces regía el “Patronato Nacional de Menores Abandonados y Delincuentes”, creado por la amargamente célebre “ley Agote”.

El diputado conservador Dr. Luis Agote, además de pasar a la posteridad por sus investigaciones científicas que permitieron las primeras transfusiones sanguíneas exitosas, trascendió los tiempos por ser el autor intelectual de la ley Nº 10.903, que en 1919 receptó buena parte del pensamiento represivo de la época.

Las corrientes inmigratorias de fines del siglo XIX y principios del XX lograron duplicar la población argentina. La mayoría de los obreros extranjeros y sus familias pasaron a engrosar una clase trabajadora que vivía en condiciones absolutamente indignas.

En esa situación los niños eran parte del sector más vulnerable: desde muy pequeños trabajaban largas jornadas, sin descansos, sin feriados, sin vacaciones y con menores salarios que los mayores.

De acuerdo a datos recuperados por Viviana Demaría y José Figueroa (“10903: La ley maldita”) entre 1880 y 1912 se internaron en el “Patronato de la Infancia de la Ciudad de Buenos Aires” más de 32.700 niños. En ese mismo período murieron un poco más de la mitad: 16.690 pibes en el transcurso de 32 años. Más de 500 niños fallecidos por año, en los brazos del estado.

En este lapso histórico de gobiernos conservadores, lejos de ponerse la energía política en la protección de los niños, se promovieron instituciones muy duras para reprimir a los trabajadores, particularmente a los inmigrantes. La policía fue la principal respuesta a los legítimos reclamos sociales, a quien se potenció con “herramientas” para la persecución de los activistas políticos, especialmente los de origen anarquista y socialista. En 1902, el segundo gobierno de Julio Roca, puso en marcha la Ley de Residencia, que permitió la expulsión de los militantes obreros extranjeros considerados indeseados por el régimen.

Todo trabajador o trabajadora que desafiara de alguna manera el orden político, social, económico y cultural consagrado por los sectores dominantes, era identificado como despreciable, terrorista, subversivo o peligroso y, por lo tanto, objeto predilecto de la represión. De esta visión no se salvaban siquiera los niños y niñas.

Justamente el proyecto de ley del Dr. Agote que proponía el “Patronato…” se enclava en esa perspectiva conservadora de la oligarquía y fue presentado al Congreso en el contexto de las luchas en las que participaron activamente los pibes.

En 1907, fueron miles de mujeres y niños los que protagonizaron la masiva huelga de inquilinos, conocida como la “rebelión de las escobas”. Entre otros tantos Miguelito Pepe, quien a los 15 años recibió un tiro policial en el brazo mientras daba un discurso de arenga.

Para el pensamiento hegemónico de la época Miguelito era uno de los tantos niños pobres que en ese ambiente de supuesta descomposición social, inexorablemente concluiría en la delincuencia. Decía el Dr. Agote entonces: “Yo tengo la convicción profunda de que nuestra Ley falla si no llegamos a suprimir el cáncer social que representan 12 a 15 mil niños abandonados moral y materialmente (que) finalmente caen en la vagancia y después en el crimen”, y proponía: “recluirlos en la isla Martín García”.

En 1919, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen, los trabajadores de los talleres metalúrgicos Vasena de Buenos Aires encendieron la chispa de una de las más importantes insurrecciones obreras de la historia argentina. Luego de varios días de lucha, represión y resistencia los trabajadores alcanzaron aumentos de sueldo, reducción de la jornada laboral, descanso dominical y reincorporación de despedidos, al costosísimo precio de cientos de muertos y heridos en sus filas (1500 muertos según cifras obreras, 800 de acuerdo a los datos policiales)

En ese ambiente se precipitó en el Congreso la sanción del proyecto del Dr. Agote.
El clima se atizó desde algunos sectores periodísticos. Por ejemplo, desde el diario La Prensa se señaló a los pibes y a la falta de cuidado e indiferencia del gobierno como los culpables de la violencia.

El Dr. Agote, recogió el guante, desempolvó su proyecto de diez años atrás con nuevos argumentos: “…en los días aquellos de la Semana Trágica los que encabezaban todos los movimientos, los que destruían, eran turbas de pilluelos que rompían vidrieras, destruían coches, automóviles, y que en fin, eran los primeros que se presentaban en donde hubiera desorden…los que iban a la cabeza en donde había un ataque a la propiedad privada o donde se producía un asalto a mano armada, eran los chicuelos que viven en los portales, en los terrenos baldíos, y en los sitios obscuros de la Capital Federal.”

Ese año, en esas condiciones, se sancionó la funesta ley de creación del “Patronato Nacional de Menores Abandonados y Delincuentes”, que tanto daño causó en generaciones de argentinos.

Resulta increíble que recién en el año 2005 esa ley haya sido derogada, más sorprendente aún que su vigencia social perviva en el pensamiento y la acción “de facto” de tantos que siguen promoviendo la solución mágica de bajar la edad de imputabilidad para llenar de pibes pobres las cárceles.

sábado, 21 de septiembre de 2013

A 40 años del triunfo de Perón, una historia en primera persona

Por Alfredo Silletta  - http://diagonales.infonews.com/nota-202460-A-40-anos-del-triunfo-de-Peron-una-historia-en-primera-persona.html


Durante los años ‘71 y ‘72 comencé a interesarme y a participar en política, pero fue recién en enero de 1973 cuando inicié mi militancia activa en la izquierda nacional de Jorge Abelardo Ramos.

Tengo recuerdos intensos de ese año. Por las mañanas iba al colegio secundario, donde editábamos una revista, y las tardes las pasaba en el local del Frente de Izquierda Popular (FIP), de donde salíamos diariamente a vender el periódico a la calle, a los trenes y a los barrios humildes de Mar del Plata.

Estábamos convencidos de que la revolución estaba a la vuelta de la esquina y, como la mayoría de los argentinos, estábamos felices por el regreso del general Juan Domingo Perón a la Patria.

Al 11 de marzo Perón continuaba proscripto, pero la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder” se hizo carne en los argentinos y arrasó en las urnas con casi el 50 por ciento de los votos.

 



La llegada del peronismo al poder produjo una enorme felicidad que recorrió todo el país. Por primera vez en muchos años los dirigentes gremiales podían sentarse a discutir con la patronal sin temor a ser detenidos. La huelga y la reivindicación laboral eran legales. La Universidad no quedó ajena y el gobierno nombró rector de la Universidad de Buenos Aires a Rodolfo Puiggrós, un intelectual que había aportado al conocimiento del pensamiento nacional junto a Arturo Jauretche, Raul Scalabrini Ortiz, el “Colorado” Ramos y Juan José Hernández Arregui, entre otros.

 


Antes de Ezeiza se produjeron los primeros enfrentamietos entre la cúpula de Montoneros y Perón, al cuestionarle su liderazgo y plantear la creación de “milicias populares”, por lo cual Perón separó a Rodolfo Galimberti. Esos enfrentamientos se agudizaron el 20 de junio, cuando la derecha peronista se tiroteó con Montoneros y Perón no pudo reencontrarse con tres millones de argentinos que habían ido a esperarlo. El retorno de Perón llevó a la renuncia de Cámpora y el llamado a elecciones libres para el 23 de septiembre.

Durante un mes se discutió fervorosamente quién acompañaría al general en el cargo de vicepresidente. Perón quería que lo acompañara Ricardo Balbín, en busca de lo que él llamaba la ‘unión nacional’ entre el justicialismo y el radicalismo. Los sindicalistas preferían a un hombre de sus filas o a Antonio Cafiero, un político con vuelo propio pero muy vinculado a la Unión Obrera Metalúrgica, pero aceptarían al dirigente radical si Perón lo pedía. Por su parte, la Juventud Peronista quería que la fórmula fuera completada con Héctor Cámpora para frenar el avance de la derecha y terminar con el ‘cerco’. Finalmente Perón, fiel a su estilo, nombró a su mujer y con ello suprimió cualquier lucha interna.



Recuerdo aquellos días intensos, comprometidos, discutiendo con todos, cada uno con su propia idea. Tengo fresco en mi memoria el 22 de agosto de ese año, se cumplía el primer aniversario de la masacre de Trelew, al momento de izar la bandera en el patio del colegio, alguien gritó un nombre y todos los alumnos gritamos: “presente”, luego otro nombre y así recordamos a todos los asesinados. El desconcierto de los directivos de la escuela se completó cuando los abanderados dejaron la bandera a media asta.

En los primeros días de septiembre Perón citó a la residencia de Olivos a las máximas figuras de la Juventud Peronista, incluidos los líderes de FAR y Montoneros. Allí les pidió la unidad, que participaran de su próximo gobierno y se comprometió a que serían el recambio generacional que él había soñado. Sólo puso como condición que abandonaran las armas. Pero una vez más la conducción de Montoneros no entendió el mensaje. Al salir del encuentro Mario Firmenich expresó: “El poder político brota de la boca de un fusil. Si llegamos hasta aquí, ha sido en gran medida porque tuvimos fusiles y los usamos. Si abandonáramos las armas, retrocederíamos en posiciones políticas…”.

 


El que sí entendió el momento político de aquel entonces fue Abelardo Ramos. El 28 de agosto se reunió con Perón y le pidió autorización para llevar la fórmula con la boleta del FIP separado de la boleta del FREJULI. El general prestó su consentimiento y se imprimieron las boletas con el lema “Liberación y Patria socialista”, impreso en el ángulo superior izquierdo.

Recuerdo que toda la campaña la hicimos con el llamado de “Vote a Perón desde la izquierda con la boleta del FIP”. Fueron días de una militancia agotadora y alegre, pero finalmente el 23 de septiembre la boleta de Perón obtuvo el 62 por ciento de los votos, de los cuales el 8% (casi 900.000 votos) fueron con la boleta del FIP.



Los votos, obviamente, no pertenecían sólo al FIP sino a amplios sectores de la clase media que habían optado por Perón pero no por algunos de los funcionarios que lo acompañaban. Arturo Jauretche contó que votó con la boleta del FIP y hace pocas horas la presidenta Cristina Fernández de Kirchner también reconoció que al entrar al cuarto oscuro eligió la boleta del FIP.

La presidenta ha dicho por estas horas en una entrevista realizada por Hernan Brienza: “Mi relación con Perón siempre fue muy buena, y de reconocimiento de liderazgo porque tenía patrimonio histórico y mucha mochila para asumir ese liderazgo. Ésta fue la gran diferencia que tuvimos dentro de los propios sectores juveniles, discutir el liderazgo de Perón era discutir precisamente la dirección y las posibilidades de éxito de un proceso como el que se había iniciado con el retorno de Perón a la Argentina”. La presidenta con solo veinte años tenía claro el rol de Perón, la cúpula de Montoneros no. Pero esa es otra historia.

 


Mejor quedarnos con aquellas palabras del General, cuando regresó a la Argentina en 1973, sobre el significado de gobernar un país: “Si el pueblo está contento, eso es lo que me interesa. La mitad de la tarea de un gobierno, para mí, está en que el pueblo esté contento. El pueblo contento comienza el camino de la felicidad y ésa es una de las funciones fundamentales del gobierno. La otra es ejercer la grandeza del país. Eso se hace despacito y de a poco”.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Obamatitis

Luis Bruschtein - http://www.liberacion.se/index.php/tema-de-la-semana/1313-obamatitis 

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Obama tiene el ‘physique du rol’, pero le faltó el rol y solamente le quedó el physique. Es afroamericano, simpático, profesional exitoso y carismático. Tendría que haber sido el hombre de las causas progresivas en los Estados Unidos, pero no dio ninguna pelea y asumió las reglas de juego de los que supuestamente venía a desplazar.

Es importante que un afroamericano haya llegado a la presidencia de uno de los países donde había leyes racistas hasta hace muy poco, pero no alcanza. Es peor ver a un afroamericano tratando de hacer con Siria lo mismo que hizo George Bush con Irak. Sobre todo porque la minoría a la que representa por el color de su piel fue humillada y explotada por los mismos intereses que ahora empujan a la guerra para humillar y explotar a otros pueblos.

En la mesa del G-20, en San Peters-burgo, estuvo sentado junto a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. La mujer no podía evitar la cara de disgusto. El espionaje de la potencia norteamericana sobre su gobierno y su país fue más alevoso de lo que se había descubierto en un primer momento. Fue un espionaje político, económico y comercial. Incluso se descubrió que las primeras explicaciones que le dieron al gobierno brasileño fueron puras mentiras. El gobierno de Brasil está enojado con el de Estados Unidos y canceló el viaje de una delegación que debía preparar una visita de Rousseff a Washington.

Obama está obsesionado con su ataque a Siria. Subordinó los temas de su política exterior a ese punto específico. En el G-20 se negó a respaldar la crítica argentina a los fondos buitre, en represalia por la posición sensata de la Cancillería argentina a favor de la paz y contra la guerra. Si no lo apoyan en su cruzada, él no apoya ninguna otra causa por más justa que sea. La Presidenta logró que en la declaración final de la reunión, el término de “paraísos” fiscales fuera reemplazado por el de “guaridas” fiscales. La protección de la Justicia norteamericana a los fondos buitre convierte a los Estados Unidos en una “guarida” de ese tipo. El síndrome Obama es un clásico de la política, donde a veces es mejor un dirigente honesto de la derecha que un pseudoprogresista que juega para la derecha con un discurso de izquierda. Algo que también sucedió en Argentina con el gobierno pseudoprogresista de la Alianza. Había llegado para hacer cambios, pero fue tan neoliberal como el de Carlos Menem. El presidente norteamericano era el hombre que llegaba para poner fin a la aventura en Irak y Afganistán y, en cambio, las tropas de su país siguen desplegadas en Medio Oriente, igual que sigue la cárcel de Guantánamo. Ahora está a punto de lanzar un ataque aéreo contra Siria. Seis de cada diez personas en Estados Unidos están contra la guerra. La oposición y algunos demócratas también. Pero la presión del complejo militar industrial y de sus aliados de Arabia Saudita en la guerra de recuperación de espacios tras el fin de la Guerra Fría es más decisiva. Los países que habían sido aliados de la URSS en Medio Oriente, Egipto, Libia e Irak, fueron cayendo uno tras otro y ahora le toca el turno a Siria.

El falso progresista es una figura conocida en Argentina. La otra figura que se repite son las grandes operaciones de prensa. Se han hecho películas esclarecedoras. Millones de personas las vieron. Una de las más conocidas fue Mentiras que matan, con Dustin Hoffman. Y sin embargo, los mismos mecanismos se repiten una y mil veces, las mentiras se hacen evidentes y aun así mucha gente prefiere creerlas. Cuando Irak invadió Kuwait, para sensibilizar al pueblo norteamericano que no respaldaba la intervención de su ejército en ese conflicto, se fraguó un falso ataque de tropas iraquíes contra una nursery kuwaití, donde estas supuestas tropas tiraban al piso las cunitas de los recién nacidos. En la segunda invasión hicieron creer que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Y después se demostró que eran todas mentiras pero la invasión ya se había producido. Estas ficciones tan burdas solamente podían hacerse creíbles con la complicidad de las grandes multi-media internacionales. Semanas y semanas difundiendo la misma falsedad de diferentes maneras hasta que la convierten en parte del paisaje, algo que a nadie se le ocurriría cuestionar porque aparece publicado y difundido a través de los medios masivos de comunicación. Es tan extraña la forma en que funcionan estos mecanismos que hasta un sector de la izquierda muchas veces termina siéndoles funcional.

Esas mismas operaciones se han aplicado por los grupos dominantes en todos los países, incluyendo a la Argentina, para poner o sacar gobiernos o preparar escenarios para golpes de Estado. Y se siguen practicando en la actualidad.

Ni siquiera hay originalidad. Ni son técnicas nuevas ni dispositivos desconocidos.

Aun así es tan efectivo el mecanismo que a nadie se le ocurre hacerse las preguntas más elementales. Por ejemplo: ni en Irak ni en Libia, al igual que en Siria, existían oposiciones fuertes y de repente aparecieron ejércitos enteros armados, uniformados y bien alimentados, llamados “libres”, o “democráticos” o “de oposición”. No se trata de grupos relativamente pequeños de guerrillas como cuando hay una oposición genuina. Se trata de ejércitos regulares de miles de combatientes que necesitan ser reclutados, pagados, armados, alimentados, alojados y transportados y que surgen en forma repentina.

Tantos soldados expertos surgidos de la nada. En Indonesia y Chechenia se denunció que muchos de los terroristas más buscados se reunieron ahora en Siria.

También hay de Afganistán y Pakistán. En esos países ni siquiera se habla árabe, aunque también hay mercenarios provenientes de otros países de la región. Son grupos sunnitas extremistas, enemigos de los chiítas y alauitas, con relaciones históricas con los servicios secretos de Arabia Saudita, como fue en su momento Al Qaida. Muchos ya pasaron por Libia. Resulta paradójico, pero en estas guerras, y en su afán por alcanzar su objetivo final que es el gobierno chiíta de Irán, Estados Unidos actúa aliado con grupos vinculados a Al Qaida.

Nadie se pregunta quién financia esos ejércitos que requieren presupuestos mayores aún que los ejércitos de cualquier país, porque están en operaciones y tienen que reponer armamento en forma continua. Como si existieran por milagro y fueran mantenidos por las almas caritativas. Se necesitan cientos de millones de dólares todos los días, semanas y meses para mantenerlos. Nadie se pregunta de dónde salieron o quién los financia porque la información masiva los ha naturalizado y de tanto machacar termina por incorporarlos como algo que no requiere explicación.

Primero la información demoniza el blanco, en este caso el gobierno sirio. No se trata de defender ese gobierno, pero sí de poner en duda esa campaña cuyo objetivo es justificar la intervención extranjera. Como parte de esa campaña, todos los días, las agencias difunden masacres y barbaridades supuestamente cometidas por el gobierno al mismo tiempo que aparecen estos ejércitos libres. Las denuncias son usadas para justificar el misterioso surgimiento de estas fuerzas militares. Y luego, para preparar la intervención de las potencias.

El ataque con armas químicas en un suburbio de Damasco, que es usado por Obama para justificar un ataque aéreo, se produjo cuando el gobierno empezaba a derrotar a sus opositores. No había usado antes esas armas, y no parecía necesitado de hacerlo en ese momento. Por el contrario, la oposición sí lo necesitaba para darle un motivo a Obama para acudir en su ayuda. Sin respaldo militar abierto de las potencias, la oposición y su ejército de mercenarios estarían a punto de ser derrotados como hubiera ocurrido en Libia si no invadían las potencias europeas.

La posición del papa Francisco coincide con la del gobierno argentino. No se trata de defender a ningún gobierno, sino de evitar una invasión de las potencias que podría hacer estallar a toda la región.

lunes, 16 de septiembre de 2013

MOVIMIENTO NACIONAL Y POPULAR: KIRCHNERISMO Y PERONISMO.

Aritz Recalde, septiembre 2013 - http://www.redaccionpopular.com/articulo/movimiento-nacional-y-popular-kirchnerismo-y-peronismodos-notas

peronismoEn los ámbitos políticos, académicos y periodísticos, se encuentra abierta la polémica acerca de cuál es la identidad del proceso de gobierno iniciado en el 2003.

Sus enemigos de la derecha liberal, lo definen como un programa “autoritario” que conduce al país hacia el “modelo de Cuba y de Venezuela”. Esta opinión conlleva dos falacias. Primero, da a suponer que repetir las experiencias de Cuba o de Venezuela, implica un hecho negativo. Segundo, la última década de gobierno demostró que los tres países tienen puntos de encuentro y además, considerables diferencias[1]. Es cierto que los tres Estados comparten algunas metas en los terrenos de la salud, la vivienda o la educación. Pero también quedó claro, que cada uno de ellos tiene su propia dinámica política y su original sistema de acumulación económico y de organización cultural. Sus adversarios de izquierda, acusan al kirchnerismo de ser la “expresión política burguesa” que salvó a los sectores dominantes de la hecatombe en 2001. La expropiación de YPF, la Asignación Universal por Hijo, el PROCREAR o la política de integración latinoamericana, serían “concesiones” que el gobierno entrega con la finalidad de ocultar los grandes negocios de las clases dominantes. El justicialismo no kichnerista, suele acusar al gobierno de abandonar las “verdades peronistas”, para conducir el movimiento desde un “sector de los Montoneros expulsados de la plaza en 1974”. Considero que ninguna de estas concepciones explica demasiado y que no es necesario decir mucho al respecto.

El debate también involucra a los actores que componen el mismo frente político kirchnerista. Néstor y Cristina adhieren al peronismo desde su juventud y de la mano de esa ideología y por intermedio de corrientes políticas de dicho partido, ocuparon sus cargos de gobierno. Pese a esa realidad, dentro del complejo mapa de actores que componen el Frente Para la Victorial y sus aliados, algunos sectores consideran que el proyecto iniciado en el año 2003, es “único” y diferenciable del peronismo. Incluso, hay actores que destacan que “modificó y superó” en muchos aspectos, el programa de gobierno nacido con la revolución de 1943 y con el 17 de octubre de 1945. Frente a esta opinión, quiero presentar dos hipótesis:

Primero: el kichnerismo es una manifestación del peronismo histórico. La particularidad de la realidad en la cual se gestó, lo condujo a oficiar como una versión “moderada” del peronismo histórico. Cabe destacar, que la “moderación” en política, no es un debate intelectual o la manifestación de un “deber ser” que todos los proyectos tienen que repetir, sino que es una condición histórica de posibilidad resultante de la realidad en la que se desenvuelve la política. Con su estilo propio, el kichnerismo es el único gobierno que desde la muerte del primer mandatario en julio del año 1974 a la fecha, intentó reiterar el programa histórico de la revolución peronista[2].

Segundo: negar que el kirchnerismo es una expresión del peronismo, suele ser el resultante de un “preconcepto” negativo de éste último.

La economía

Perón plateó la coexistencia de la economía privada argentina, la empresa estatal, el cooperativismo y el capital extranjero. Desde el 2003, el Estado retomó el manejo de empresas de servicios, impulsó programas de cooperativas como Argentina Trabaja, apoyó al capital argentino y fomentó la inversión extranjera.

Ambos gobiernos son industrialistas, a diferencia del menemismo o de varios dirigentes justicialistas que están ligados a los grupos financieros y a los sectores concentrados del agro. El peronismo histórico en el plano de la economía es antiliberal y rompe con el modelo de la dependencia agroexportadora. La apuesta a la reindustrialización iniciada en 2003, generó las condiciones para que el empleo, la producción y el consumo, sean el eje del proceso político, de manera similar a lo ocurrido entre 1943 y 1955.

El objetivo de la independencia económica peronista, trajo aparejada la necesidad de controlar recursos y actividades estratégicas desde el Estado, que se tornó empresario. El peronismo nacionalizó el Banco Central, los depósitos bancarios, el Comercio Exterior y gran parte de los servicios públicos y de la estructura productiva argentina. La recuperación de YPF o de Aerolíneas impulsada por Cristina, van en ésta misma línea de política. La regulación del Banco Central o el intento de intervenir activamente en el funcionamiento del comercio exterior que impulsó el kirchnerismo, fueron iniciativas estimuladas anteriormente en los tres gobiernos peronistas.

La diferencia entre ambos proyectos no es de objetivos, sino de gradualidad.

La política interna y externa

El habitual que se diga que el kirchnerismo inventó la “transversalidad”. Dicha definición no es acertada por el hecho de que el frente político generado entre 1943 a 1955, era sumamente plural y diverso en lo ideológico y en lo político. A partir del año 1946 Perón gobernó con un vicepresidente de la UCR (Quijano), con ministros socialistas (Borlenghi o Bramuglia), con empresarios (Miranda o Jorge Antonio), con dirigentes católicos (Sampay o Hernán Benítez), con apoyos de organismos judíos (OIA o el asesor Amram Blum), con funcionarios pro árabes (Arce) o con dirigentes o intelectuales de origen comunista (Gelbard o Astesano). Esta diversidad implicó que Perón gobernó con dirigentes de derecha e izquierda, en un esquema de enfrentamientos internos permanentes. De la misma manera, el kirchnerismo es un programa sumamente diverso que incluye gobernadores, intendentes, sindicalistas o empresarios con ideologías e incluso, con intereses diferentes. En el proyecto político actual, coexisten católicos, dirigentes pro iraníes, miembros de la comunidad judía, referentes de extracción comunista, socialista o derechista.

Cristina impulsó la participación de los jóvenes en política, de forma similar a lo realizado por Perón con la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) o la Confederación General Universitaria (CGU). El kirchnerismo se apoyó en la juventud de clase media y con esa decisión, reiteró el proceso de nacionalización de los años sesenta y setenta.

En la misma línea del histórico 17 de octubre, el kirchnerismo recuperó la calle y la movilización popular, como el teatro donde se desarrolla la política

Néstor promovió la reforma de la Corte Suprema de Justicia como lo había hecho Perón en 1946.

Se dice que el kirchnerismo se diferencia del peronismo por la política de Derechos Humanos. Perón asumió luego de una “década infame” que no causó los asesinatos y las desapariciones como la de 1976, cuestión que marca una diferencia sustancial de agenda. Atendiendo esta particularidad y sin descartar las diferencias, el gobierno impulsó otros aspectos resaltados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Ginebra. La Constitución Nacional de 1949 sostuvo cuestiones cruciales como que “En caso de duda, deberá estarse siempre a lo más favorable al procesado. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles serán sanas y limpias, y adecuadas para la reeducación social de los detenidos en ellas; y toda medida que, a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que la seguridad exija, hará responsable al juez o funcionario que la autorice”. Es bueno destacar, que la política de derechos humanos actual juzga a los asesinos de los militantes peronistas –entre otros-, cuestión que le da coherencia y continuidad, a las luchas de la generación justicialista de los setenta y la nuestra.

Perón devolvió trofeos y pidió disculpas en nombre del Estado Argentino, por el genocidio cometido en la Guerra del Paraguay.

El kirchnerimo afirmó nuestro poder de decisión en la geopolítica mundial, retomando con ello el programa del peronismo histórico. En la primera década peronista, Bramuglia nos representó en el Consejo de Seguridad de la ONU, de manera similar a la actual cancillería.

La inestimable vocación latinoamericanista de Néstor y de Cristina, abrevan del ABC y el ATLAS de los años cincuenta o de nuestro apoyo a Cuba en 1973.

El intento de ampliar mercados en África o Asia que impulsa Guillermo Moreno, estaba presente en la política de Perón cuando inició relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia soviética o cuando nos incluyó entre los Países No alineados en la histórica reunión de Argel.

Los enemigos políticos el kirchnerismo lo definen claramente como peronista. Igual que en los años cincuenta, nos enfrentamos a la SRA, a los grupos financieros extranjeros, a empresas multinacionales petroleras y recibimos la oposición constante del neocolonialismo cultural. Dicha continuidad quedó evidenciada cuando Perón se negó a ingresar al FMI y Néstor nos permitió cortar amarras con estos mismos grupos financieros.

La cultura

Cristina impulsó una ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, de la misma manera que lo hizo Perón en 1953.

El Ministerio de Planificación Federal desarrolla la TV digital, continuando la decisión del Estado de 1951 de crear la televisión pública o promover las radios de frontera.

Actualmente, nos enfrentamos a Clarín, de manera similar al peronismo con el diario La Prensa.

Perón sancionó la gratuidad de la universidad en 1949 para el ingreso del pueblo a la educación y actualmente, se abren universidades en el conurbano bonaerense y se amplían las becas para sectores humildes. La primera década peronista construyó obras educativas como las cientos de escuelas o la Ciudad Universitaria de Córdoba, de la misma manera que se lo hace actualmente.

Cristina promovió un Ministerio de Ciencia, retomando la decisión de Perón de darle a la educación rango ministerial.

El cine argentino actual está recibiendo los subsidios que inició el gobierno de Perón y tiene un apoyo estatal similar al que en su momento, permitió organizar al festival de Mar del Plata.

Cristina es revisionista, de la misma manera que Perón lo manifestó en los Vendepatria de 1957. El actual feriado del día 20 de noviembre, nació del apoyo peronista dado a la propuesta de José María Rosa para declararlo día de la soberanía nacional.

En el terreno de las reivindicaciones de género, hoy se reconocen derechos con la ley de matrimonio igualitario. En términos históricos, esa medida es equivalente a la ley de voto femenino de 1947 que otorgó poder político y reconocimiento cultural, a las mujeres argentinas.

Justicia social

Según Evita, los “únicos privilegiados son los niños” y ese mismo contenido tiene la Asignación Universal por Hijo. Hasta la llegada de Perón, casi no existían las jubilaciones y pensiones. Desde que recuperamos las AFJP con Néstor y con Cristina, nuevamente la justicia social alcanzó a los adultos mayores.

El Plan Federal de Viviendas, el PROCREAR y las miles de obras públicas, son experiencias que retoman el rol dado al Banco Hipotecario, a la Fundación Eva Perón y al Estado en los años cincuenta.

Hoy el Estado acompaña leyes de defensa de los trabajadores, reiterando el mandato de programa político iniciado en 1943.

Posiblemente, en este universo de realizaciones la diferencia entre ambos sea también de gradualidad. En los años cincuenta se alcanzó el pleno empleo y el nivel de vida de la mayoría de los trabajadores, no estaba fragmentado socialmente como ahora. Estas diferencias se explican, entre otros temas, por el piso social y económico que encontró Perón en 1943, distinto al del 2003.

El kirchnerismo es una manifestación del peronismo por su historia, por las acciones implementadas y por compartir sus mismos enemigos. El peronismo no es una invención cultural o un partido electoral, sino que es la resolución política organizada y concreta, de los problemas de la dependencia argentina.

No se trata de debatir si se “es” o “no se es” peronista. El tema adquiere relevancia política a la hora de reconocer la vigencia o no, de la lucha por alcanzar la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. A partir de acá, el peronismo se ofrece como una experiencia histórica que introdujo una agenda de problemas y de soluciones políticas, que acertadas o no, marcaron el punto más alto de la independencia nacional y del bienestar del pueblo argentino.

Un pueblo sin conciencia histórica, está condenado a reproducir los errores de las generaciones anteriores.

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[1] Hace años que Cuba está promoviendo algunas reformas económicas y políticas para “parecerse” a la Argentina de Perón y a la Venezuela de Hugo Chávez.

[2] Voy a definir al peronismo a partir del programa de la revolución que quedó expresado en: 1) Primer y Segundo Plan Quinquenal; 2) Constitución Nacional de 1949; 3) Plan Trienal.

sábado, 14 de septiembre de 2013

PERONISMO: ese hecho maldito y persistente de la historia argentina

* Por Sebastián Taiariol - http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene#!peronismo-ese-hecho-maldito-y/c12aa

Alejandro Dolina: “…conseguir que personas que jamás han tenido vacaciones, las tengan, que jamás hayan tenido zapatillas, las tengan, que jamás tuvieron dignidad y la tengan, es una revolución. No se puede negar que Perón desató una revolución inédita en el país…”.

El mediopelo argentino (a decir de don Arturo Jauretche), es decir la burguesía nacional, no asume que es valuarte de la decadencia y por el contrario, cree que es un prócer progresista a la altura de Alberdi. Lo más irritante de este personaje es su doble moral. Vive criticando los problemas cotidianos de la sociedad, cuando es él, en su individualidad, el que los provoca.

Así se queja, por ejemplo, de la falta de seguridad que padece a pesar de que paga sus impuestos, cuando en realidad, esas cargas las tributa luego de tamizar su patrimonio y ganancias por un sinfín de vericuetos contables, tales como la subfacturación por ventas, en muchos casos con la impudicia de tratarse de bienes suntuarios destinados a su placer y muy lejos de la producción. Se queja de la falta de palabra en los negocios, luego de despacharse cínicamente con incumplimientos indecorosos a sus compromisos, plantando operaciones concertadas sin siquiera avergonzarse.

Durante el siglo XIX, “nuestra” burguesía se ha formado en la ganancia fácil gracias a un suelo extremadamente rico en recursos naturales que fue generando una conciencia parasitaria en la clase poseedora. Mientras esas ventajas comparativas y la rápida y constante ampliación de la frontera agrícola ganada a los habitantes originarios, a fuerza de balas, pudieron equilibrar la más rápida creación de valores del proceso industrial, la Argentina figuraba entre los países más ricos de la tierra. Granero y carnicería del mundo. Ello se lograba casi sin inversiones. La fecundidad de la llanura pampeana hizo el resto. Es así que la ganancia fácil condujo rápidamente al consumo suntuario. Los argentinos conocemos algunas, de las muchas, mansiones del siglo XIX réplica de los palacios de los reyes de Francia y otras cortes europeas que la burguesía criolla construyó en Buenos Aires y en medio de la soledad de las Pampas.

Históricamente el 20% de la población detentó el 80% de las riquezas. En tanto que, para el primer centenario de mayo, hordas de trabajadores hambreados y explotados eran reprimidas por las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas, a fin de sostener y no alterar los privilegios de aquella burguesía nacional y su statu quo institucional. Ello fue una constante del siglo XX. Y las corporaciones que operan en el país (agropecuaria, la financiera, la judicial, el partido militar, y últimamente la corporación mediática) no vacilaron en utilizar todos los métodos a su alcance – aún los no democráticos - para sostener sus privilegios y seguir detentando el poder real, en detrimento de la clase trabajadora.

La reformulación de ese statu quo y de esos privilegios fue y es el objetivo central del peronismo, cuya meta es redistribuir la riqueza y el ingreso de una manera más justa a fin de concretar uno de los pilares de la doctrina peronista, es decir gobernar bajo los cánones de la justicia social para lograr el ansiado progreso sostenido. La puja redistributiva sostenida desde las filas del proyecto nacional y popular y su política de liberación de toda dependencia económica y política, evidentemente regenera el odio y las operaciones destituyentes de las corporaciones económicas que encuentran en el kirchnerismo una peligrosa resistencia frente al intento de restauración del neoliberalismo. Ahí está la columna editorial del diario La Nación del 02/09/2013 reivindicando el golpe de Estado contra Perón en 1955 que repuso en el poder político a los dueños del poder económico que el peronismo había desplazado. Ahí está el CEO del Grupo Clarín imputado por delitos de lesa humanidad y por fraudes bursátiles varios, imponiendo su voluntad sobre algunos jueces a fin de tornar inaplicable para su holding la ley de medios de la democracia, infundiendo en su camino toda clase de chicanas jurídicas y calumnias contra los representantes del gobierno nacional y estigmatizando a toda la militancia del campo nacional y popular. Ahí está creando conciencias desde sus más de 315 licencias audiovisuales, provocando horror y terror en el público que consume su producto desinformativo. Balas de tinta que siguen el guión del manual para operaciones conspirativas escrito por la revolución fusiladora en 1956: “El libro negro de la segunda tiranía”.

Ahí está operando el círculo rojo que mencionó Macri, conformado por las corporaciones económicas, mediáticas, judiciales, financieras, la derecha sindical, la oligarquía agropecuaria y sus aspirantes a títeres en el congreso. Es rojo porque todavía no le pudieron quitar las manchas de sangre del ’55, de los dieciocho años de proscripción y represión, de la última dictadura cívico militar, de diciembre del 2001 y de junio del 2002. Ahí están las corporaciones ejerciendo su infinito poder real en perjuicio del gobierno popular. Ahí están operando a favor de los fondos buitres. Ahí están las corporaciones intentando tapar una sola realidad: la reducción a 4 puntos porcentuales del índice de indigencia. Ahí están queriendo ocultar que los niños ya no van a la escuela para comer, sino para aprender. Ahí están, tratando de secuestrar el futuro y las ilusiones de los trabajadores. Ahí están conspirando para robarse la patria, otra vez.

Tal vez sería un gesto positivo por parte de las autoridades del Estado luego de octubre, revisar los patrimonios de los quejosos, autoproclamados laboriosos y desenmascarar de una vez por todas tanta hipocresía. Cuanta casa enrejada mal habida hay en La Argentina. Cuantos autos lujosos de dudoso origen. Cuantos yates.

La desarticulación de las corporaciones que tanto daño le provoca al andar democrático y al sostenimiento del progreso económico y cultural del pueblo argentino, se impone como necesidad de primer orden, para que luego de vencida esta instancia, y a partir de la unión del pueblo suramericano, tenga lugar la contienda internacional contra el imperialismo.

Tuve un compañero de militancia que habitualmente solía justificar todas las ideas que expresaba con una muletilla que consistía en que todos los logros sociales del primer y segundo gobierno peronista se concretaron gracias a “la humildad de Evita y la inteligencia de Perón”. Pasó el tiempo y me convenzo en la certeza de aquella muletilla. Si alguna enseñanza nos deja estos 68 años de peronismo, es que debemos seguir los preceptos de Néstor y de Cristina manejándonos con humildad y agudizando la inteligencia como herramientas para vencer los poderes fácticos de las corporaciones. Recogiendo y analizando los aciertos y los errores del pasado. Argumentando, siempre, con la verdad y la razón. Sabiendo aprovechar los intersticios que deja la no política de los votantes opositores para introducirnos creando conciencia y contagiando alegría, pues, como dijo don Arturo, conquistar derechos provoca alegría. Debatiendo y organizándonos con la misma pasión de Discepolín. Militando y movilizándonos, ganando la calle y las plazas que son el hábitat natural del peronismo. La palabra nos organiza pero solo la acción subvierte. Solo así venceremos culturalmente al poder fáctico y concretaremos esa revolución peronista con la que soñaba Homero Manzi. Con extremada inteligencia y frialdad para anticipar las próximas jugadas de las corporaciones, pues la política sigue siendo el arte de lo posible.

* Abogado y trabajador despedido del Banco Hipotecario por razones políticas.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

10 ataques químicos de los que EEUU no quiere hablar

Wesley Messamore - http://www.policymic.com/articles/62023/10-chemical-weapons-attacks-washington-doesn-t-want-you-to-talk-about 

Washington no sólo carece de autoridad legal para una intervención militar en Siria. Carece de autoridad moral. Estamos hablando de un gobierno con un historial en el uso de armas químicas contra personas inocentes más prolífico y mortal que las meras acusaciones a que se enfrenta Al-Asad formuladas por el complejo militar-industrial de gatillo fácil occidental, decidido a sofocar una profundización en las investigaciones antes de atacar.
Aquí hay una lista de 10 ataques con armas químicas llevados a cabo por el Gobierno de EE.UU. o sus aliados contra los civiles.

1. El Ejército de EE.UU. vertió 20 millones de galones de productos químicos en Vietnam de 1962 a 1971

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Via: AP

Durante la guerra de Vietnam, los militares estadounidenses rociaron 20 millones de galones de productos químicos, incluido un muy tóxico agente naranja, en los bosques y tierras de cultivo de Vietnam y países vecinos, destruyendo deliberadamente los suministros de alimentos, la ecología selvática, y desolando la vida de cientos de miles de personas inocentes. Vietnam estima que, como resultado del ataque químico que duró una década, 400 000 personas fueron asesinadas o mutiladas, 500 000 niños han nacido con malformaciones congénitas, y 2 millones han sufrido cáncer u otras enfermedades. En 2012, la Cruz Roja estimó que un millón de personas en Vietnam tiene algún tipo de discapacidad o problemas de salud relacionados con el agente naranja.

2. Israel atacó a civiles palestinos con fósforo blanco entre 2008 y 2009

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Via: AP

El fósforo blanco es una horrible arma química incendiaria que derrite la carne humana hasta el hueso.
En 2009, varios grupos de derechos humanos, entre ellos Human Rights Watch, Amnistía Internacional y la Cruz Roja Internacional informaron que Israel estaba atacando con armas químicas a grupos civiles en su propio país. Un equipo de Amnistía Internacional afirmó encontrar "pruebas irrefutables del uso generalizado de fósforo blanco" como arma, en zonas civiles densamente pobladas. El Ejército israelí negó las acusaciones en un primer momento, pero finalmente admitió que eran ciertas.
Después de todas las acusaciones por parte de estas organizaciones no gubernamentales, el ejército israelí incluso llegó a golpear la sede de Naciones Unidas (¡!) en Gaza con un ataque químico. ¿Qué cree usted que significan todas estas pruebas comparadas con el caso contra Siria? ¿Por qué Obama no tratar de bombardear Israel?

3. Washington atacó a civiles iraquíes con fósforo blanco en 2004

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Via: AP

En 2004, varios periodistas que acompañaban a militares de EE.UU. en Irak comenzaron a informar del uso de fósforo blanco en Faluya contra los insurgentes iraquíes. Al principio, los militares mintieron y dijeron que sólo estaban utilizando fósforo blanco para crear cortinas de humo o iluminar objetivos. Luego, admitieron haber usado el producto químico volátil como arma incendiaria. En ese momento, el canal de la televisión italiana RAI emitió un documental titulado, "Faluya, la masacre oculta", incluyendo imágenes sombrías de vídeo y fotografías, así como entrevistas presenciales con residentes de Faluya y soldados estadounidenses que revelaban cómo el Gobierno de EE.UU., indiscriminadamente, lanzó fuego químico blanco en la ciudad iraquí y quemó a mujeres y niños hasta la muerte.

4. La CIA ayudó a Saddam Hussein a masacrar iraníes y kurdos con armas químicas en 1988

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La CIA conserva pruebas de que Washington sabía que Saddam Hussein estaba utilizando armas químicas (incluidos gas sarín, gas nervioso y gas mostaza) en la guerra entre Irán e Irak, pero continuó ofreciendo Inteligencia a los militares iraquíes, para que Hussein conociera sobre los movimientos de las tropas iraníes, a sabiendas de que iba a utilizar esta información para lanzar ataques químicos. En determinado momento, a principios de 1988, Washington advirtió a Hussein de un movimiento de las tropas iraníes que habría puesto fin a la guerra con una decisiva derrota del Gobierno iraquí. En marzo, un envalentonado Hussein con nuevos amigos en Washington golpeó un pueblo kurdo ocupado por las tropas iraníes con múltiples agentes químicos, donde asesinó a unas 5000 personas e hirió a otras 10 000 más, la mayoría civiles. Varios miles más murieron en los años siguientes por complicaciones, enfermedades y malformaciones congénitas.

5. El Ejército probó productos químicos contra residentes de barrios pobres, negros en Saint Louis, en 1950

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A principios de la década de 1950, el ejército colocó sopladores motorizados en la parte superior de los rascacielos residenciales en barrios de bajos ingresos de San Luis, en su mayoría negros, incluyendo zonas donde hasta el 70 % de los residentes eran niños menores de 12 años. El gobierno les dijo a los habitantes que estaba experimentando con una cortina de humo para proteger la ciudad de los ataques rusos, pero en realidad estaba bombeando aire lleno de cientos de libras de polvo fino de sulfuro de cadmio-zinc. El gobierno admitió que hubo un segundo ingrediente en el polvo químico, pero la información sobre si ese ingrediente era radiactivo, permanece clasificada. Por supuesto que sí. Desde las pruebas, un alarmante número de residentes de la zona ha desarrollado cáncer. En 1955, Spates Doris nació en uno de los edificios que el ejército utilizaba para llenar el aire con productos químicos de 1953 a 1954. Su padre murió inexplicablemente ese mismo año, ha visto cuatro hermanos morir de cáncer y Doris, por sí misma, es una sobreviviente de cáncer de cuello uterino.

6. La policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes de Occupy en 2011

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La salvaje violencia de la policía contra los manifestantes de Occupy en 2011 fue bien documentada, e incluyó el uso de gases lacrimógenos y otros químicos irritantes. El empleo, durante la guerra, de gas lacrimógeno contra soldados enemigos está prohibido por la Convención sobre Armas Químicas. ¿Acaso la policía no puede tratar de la misma manera a los manifestantes civiles en Oakland, California, y ofrecerles la misma protección que el derecho internacional exige a los soldados enemigos en el campo de batalla?

7. El FBI atacó a hombres, mujeres y niños con gases lacrimógenos en Waco, en 1993

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En el infame asedio de Waco, una comunidad pacífica de los Adventistas del Séptimo Día, el FBI lanzó gas lacrimógeno contra los edificios, sabiendo que, en su interior, había mujeres, niños y bebés. El gas lacrimógeno era altamente inflamable y se encendió provocando que las construcciones quedaran envueltas en llamas, así como la muerte de 49 hombres y mujeres, y 27 menores, incluidos recién nacidos y niños pequeños. Recuerde que atacar a un soldado enemigo armado en un campo de batalla con gas lacrimógeno es un crimen de guerra. ¿Qué tipo de crimen sería atacar a un bebé con gases lacrimógenos?

8. El Ejército de EE.UU. contaminó Irak con uranio empobrecido tóxico, en 2003

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Via: AP

En Irak, los militares de EE.UU. llenaron el ambiente con miles de toneladas de municiones a base de uranio empobrecido, un producto de desecho nuclear tóxico y radiactivo. Como resultado, más de la mitad de los bebés nacidos en Faluya, de 2007 a 2010, nacieron con malformaciones congénitas. Algunos de estos defectos no se habían visto antes más que en los libros de texto con fotografías de bebés que nacen cerca de lugares donde se realizan pruebas nucleares en el Pacífico. El cáncer y la mortalidad infantil también se han visto aumentar de forma dramática en Irak. Según Christopher Busby, secretario científico del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación: "Estas son armas que han destruido totalmente la integridad genética de la población de Irak." Después de redactar dos de los cuatro informes publicados en 2012 sobre la crisis de salud en Irak, Busby describió a Faluya como la ciudad con "el mayor índice jamás visto de daño genético en una población".

9. El Ejército de los EE.UU. mató a cientos de miles de civiles japoneses con napalm, de 1944 a 1945

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El napalm es un gel pegajoso y muy inflamable, que ha sido utilizado como arma de terror por los militares de EE.UU. En 1980, las Naciones Unidas declararon el uso de napalm entre la población civil como un crimen de guerra. Eso es exactamente lo que los militares de EE.UU. hicieron en la Segunda Guerra Mundial, al lanzar suficiente napalm durante un bombardeo a Tokio, para quemar vivas a unas 100 000 personas, dañar a un millón más, y dejar igual cantidad sin hogar en el más mortífero ataque aéreo de la Segunda Guerra Mundial.

10. El Gobierno de EE.UU. lanzó bombas nucleares contra dos ciudades japonesas en 1945

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Aunque las bombas nucleares no se consideran armas químicas, creo que podemos estar de acuerdo en que pertenecen a la misma categoría. Ciertamente, dispersan una gran cantidad de productos químicos radiactivos mortales. Son tan horribles como las armas químicas, si no más, y, por su propia naturaleza, son adecuadas para un solo propósito: aniquilar a toda una ciudad llena de civiles. Parece extraño que el único régimen que ha usado una de estas armas de terror contra otros seres humanos se haya dado a la tarea de pretender mantener al mundo a salvo de armas peligrosas en manos de gobiernos peligrosos.

martes, 10 de septiembre de 2013

Salvador Allende: memoria y causa

Rolando Cordera Campos - http://www.jornada.unam.mx/2013/09/08/opinion/017a1pol


Este miércoles 11 de septiembre se cumplirán 43 años del golpe militar contra el pueblo chileno y su república. El criminal que lo encabezó, traidor a su ejército y a su presidente, se encaramó en el poder por casi dos décadas y abrió para su país y buena parte de América Latina un largo momento de sangre, tortura y violencia, merced a las cuales se implantó y hasta quiso legitimarse el terrorismo de Estado como forma de dirimir litigios regionales o locales de la guerra fría y sofocar la movilización y el reclamo democrático de las masas que exigían nuevas rondas de inclusión política y social: un cambio estructural redistributivo como, precisamente, lo había ofrecido y buscaba el presidente Allende, cuya figura heroica y visionaria crece con los años.
El sitio y bombardeo del Palacio de la Moneda terminó con el fusilamiento sumario de patriotas chilenos y la muerte de Salvador Allende, quien no le concedió a los criminales la oportunidad de befarlo y luego enviarlo en avión al extranjero. Como puede suceder con los aviones, éste podría caer en el Pacífico, dijo Pinochet en conversación telefónica con alguno de sus cómplices, según reveló años después la valiente periodista chilena Patricia Verdugo en Interferencia secreta, lo que no impidió que, años después, un gobierno progresista emanado de la democracia recuperada lo defendiera del juez Baltasar Garzón en Gran Bretaña. Tampoco ha obstado para que en su país y fuera se le busquen méritos y otorguen consideraciones a su crimen y el régimen que le impuso al pueblo de Neruda a sangre y fuego.
La agresión contra la democracia, protagonizada por las fuerzas armadas y arropada sin chistar por gobiernos y personeros políticos de diferentes naciones, cubrió de ignominia y vergüenza a los militares y la derecha chilenos, a buena parte de la democracia cristiana nacional e internacional y desde luego al gobierno de Estados Unidos, encabezado por Nixon y el nefasto Henry Kissinger.
Fue el aldabonazo para que la barbarie se entronizara y Argentina empezara a vivir un pavoroso baño de sangre que llevó a la desaparición y muerte de decenas de miles, combatientes y opositores o no. Por su parte, Uruguay sufrió el silencio de las tumbas y el secuestro asesino de centenas y, junto con chilenos, argentinos y brasileños, el exilio que unos cuantos países, México destacadamente, les otorgaron.
Se llegó a niveles tales de sevicia, que un experto brasileño en esos menesteres, invitado por sus congéneres chilenos, comentó no sin sorna: lo que nosotros tratamos de hacer es cirugía; aquí lo que hay es una carnicería. Y así siguió por lustros, hasta que los pueblos y algunas de sus elites se arriesgaron a recuperar la libertad y la democracia buscó volver por sus fueros, así se tratara de una democracia administrada y condicionada por la propia dictadura que hasta el final quiso emular a Franco y dejarle a los demócratas un Chile atado y bien atado. Cosa que consiguió y duraría hasta hace muy poco.
Aquel 11 de septiembre conmovió al mundo de entonces y no confirmó sino mostró su complejidad y dificultad intrínsecas, la imposibilidad del cambio social por la vía de la democracia y la participación colectiva. Fue un momento salvaje y traumático, sin duda, pero constituye también una experiencia valiosa en materia de liderazgo y decisión, congruencia y valor, por parte de demócratas y socialistas comprometidos hasta el final con un empeño que su gran dirigente, Salvador Allende, convirtió en causa histórica.
A sus distintos ritmos, ésta es hoy la causa que inspira, lo sepan o no, a los indignados de España y Europa, los ocupantes de Wall Street y los demandantes de un mundo distinto. Quiso ser, por ejemplo, el núcleo de un afán extraordinario cultivado por el comunista extraordinario que fue Enrico Berlinguer y compartido a su manera por el democristiano Aldo Moro, cuyas simpatías por el compromiso histórico propuesto por el primero se dice que están en las raíces de su posterior secuestro y asesinato. No se trató pues, de un exotismo propio del extremo Occidente, sino de una coyuntura intensa, algunos de cuyos significados todavía están por ser dilucidados para convertirse en nuevas olas de política histórica, a través de aquellas grandes alamedas que prometió Allende en su discurso inolvidable de despedida y condena de los traidores.
En unos cuantos meses, la patria y el pueblo de Neruda y Gabriela acudirán a las urnas y elegirán presidenta entre dos hijas de generales: uno, encarcelado y sacrificado por haber sido leal a su presidente y su mandato popular; el otro, incorporado a la Junta tiempo después del golpe, amigo del general Bachelet pero sometido de principio a fin a la disciplina castrense que Pinochet, el cruel, convirtió en complicidad y pasividad criminales.
A pesar de los inauditos esfuerzos empeñados en Chile y fuera de ahí por banalizar su figura y trivializar su gesta, Allende vive y vivirá, y año con año su memoria pondrá en su lugar a los fariseos para reivindicar la causa de los pobres… de su tierra entrañable y más allá.