domingo, 13 de abril de 2014

De cuando la CIA calificó a Fidel de agitador peronista

José Steinsleger - http://www.jornada.unam.mx/2014/04/09/politica/027a1pol 

Sabido es: en el bogotazo (Colombia, abril de 1948), fusil en mano, Fidel Castro (21 años) recibió su bautismo de fuego. Acontecimiento toral de nuestra América que… ¿inexplicablemente?, continúa interpretándose con enfoques seudoliberales, o bien con las premisas ideológicas impuestas por la llamada guerra fría (1946-89).

Paradójicamente, con razonamientos más fecundos, tocó al propio Fidel explicar la trascendencia de un hecho que guarda vigencia plena con la ofensiva política que el imperio desata en nuestros días contra Venezuela y Argentina (entrevista con el historiador colombiano Arturo Alape, El bogotazo: memorias del olvido, Casa de las Américas, La Habana, 1983).

Cuba vivía entonces la etapa final del corrupto gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-48) y el líder opositor del Partido del Pueblo (ortodoxo), Eduardo Chibás, arengaba al pueblo con la consigna que Jorge Eliécer Gaitán, el mítico líder liberal de Colombia, pronunciaba para sus discursos contra los conservadores: ¡A la carga!

No obstante, y así como hoy ante el chavismo y la revolución bolivariana, el imperio alucinaba frente a la prédica latinoamericanista que el gobierno de Juan Domingo Perón difundía a través de sus embajadas (1946-52). Algunos de los viejos, por ejemplo, recuerdan al agregado laboral Luis Priori, quien había invitado a Santiago Touriño y Emilio Carrillo Ruiz, de la Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba (FEU), a los cursos de verano de la Universidad de Buenos Aires.

Simultáneamente, la ONU celebraba en La Habana la primera gran conferencia sobre comercio y empleo (diciembre/marzo 1947/48), ocasión en la que la FEU aplaudió las denuncias del embajador y escritor argentino Diego Luis Molinari (1889-1966), jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. “La política comercial de Estados Unidos –dijo– va dirigida a impedir la industrialización de América Latina”.

Molinari calificó al capitalismo yanqui de telaraña de Shylock, apretando el corazón de las multitudes hambrientas. Y en nombre de la delegación, se negó a firmar el Acuerdo Internacional de Tarifas y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés precursora de la Organización Mundial de Comercio). Así como tampoco ratificó el ingreso de Argentina al FMI y al Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento.

Por su lado, los jóvenes de la FEU andaban con otros problemas. ¿Cómo financiar –se preguntaban– el primer congreso estudiantil de América Latina, tarea a la que el joven dirigente comunista Alfredo Guevara (1925-2013) se había comprometido en el primer encuentro mundial de estudiantes de Praga (1947)?

El presidente de la FEU Enrique Ovares, Guevara, Fidel Castro, Rafael del Pino (no confundir con el general traidor) y Santiago Touriño se reunieron con Molinari en la embajada argentina. Y allí coincidieron en varios puntos: democracia en la República Dominicana azotada por la tiranía de Trujillo, independencia de Puerto Rico, devolución del canal de Panamá, soberanía sobre las islas Malvinas y, por sobre todo, solidaridad antimperialista, independencia y espíritu político de unidad distante de los intereses de Washington y Moscú.

En Buenos Aires, Molinari expuso la iniciativa al canciller Juan Carlos Bramuglia (1903-62), ideólogo y artífice de la tercera posición. Días después, la FEU recibió el telegrama que esperaban: Perón asumía el financiamiento del Congreso estudiantil, con pasajes aéreos, hoteles y alimentos para los delegados.

En principio, el encuentro estudiantil tendría lugar en Buenos Aires. Pero luego, y para lograrse un marco propicio, Perón dispuso que tuviera lugar en Bogotá, donde Washington había convocado a la novena Reunión de cancilleres para constituir la Organización de Estados Americanos (OEA).

El dirigente estudiantil peronista Antonio Cafiero emprendió una gira para lograr la adhesión en otros países. En Lima, con gran entusiasmo, la misión se entrevistó con Laura Meneses (1894-73), esposa del líder independentista de Puerto Rico Pedro Albizú Campos (1891-1965).

En el Hotel Nacional de La Habana, el grupo de Cafiero y la FEU coordinaron los aspectos del magno evento estudiantil. Que, a la postre, no pudo realizarse por el asesinato de Gaitán y el consecuente estallido social que en las calles de Bogotá dejó un millar de muertos y cinco mil heridos en tres días.

En su libro Últimas noticias de Fidel Castro y el Che (Ed. Vergara, 2007), el periodista argentino Rogelio García Lupo, uno de los fundadores de Prensa Latina y acucioso investigador de documentos desclasificados de la CIA, asegura que entre las policías de Estados Unidos y América Latina se subrayaba la peligrosidad de un joven agitador peronista (sic), nacido en Cuba.

Ya como senador nacional, Ca­fiero volvió a estar con Fidel en La Habana (1995). Escribe:Recordaba (Fidel) aquellos episodios hasta en sus mínimos detalles ( Clarín, 28/8/06). El político cuenta que charlaron durante horas, en las que expresó que como peronista discrepaba de la posición del gobierno de Carlos Menem, pero que nada podía hacer para cambiar esa situación. A lo que Fidel respondió: Se agradecen los gestos, no los resultados.

jueves, 10 de abril de 2014

Argentina y la siniestra reedición de Plan Morgenthau

Carlos Andrés Ortiz - http://spanish.ruvr.ru/2014_04_10/Argentina-y-la-siniestra-reedici-n-de-Plan-Morgenthau-0610/ 

La historia suele ser contada a conveniencia. En la actualidad, mucho se habla del Plan Marshall de ayuda financiera de EEUU a la Europa Occidental de posguerra, y luego de un plan similar aplicado en Japón, así como es muy promocionado el milagro alemán para referirse al rápido resurgimiento de la economía germana, y también el milagro económico japonés.

Pero es muy poco conocido el siniestro Plan Morgenthau, que debe su nombre al secretario de Hacienda de EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y que precedió al Plan Marshall, siendo sus propósitos diametralmente opuestos.

El Plan Morgenthau formó parte de la batería de medidas y de instituciones a ser creadas por los aliados a partir de 1944 (o tal vez ya en 1943), cuando la marea de la guerra se posicionaba en contra del eje (Alemania, Japón, Italia y sus aliados); pensadas todas esas ideas para dar el contexto al mundo de posguerra, acorde ello a las prioridades de las potencias que a la postre resultarían vencedoras.

Demostrando un claro afán vengativo, sin importar las tremendas consecuencias sociales de su implementación, el Plan Morgenthau buscó mantener a Alemania sumida en el atraso permanente, imposibilitándole realizar ninguna acción concreta tendiente a reencauzarse en la senda del desarrollo. Para eso, los encargados de aplicar a rajatabla las feroces pautas del Plan, debían propiciar cualquier acción tendiente a mantener derruida y sin funcionalidad su infraestructura y a impedir recomponer la formidable estructura industrial y tecnológica que había caracterizado a este país desde fines del siglo XIX, además de evitar el progreso cultural de su población, incluso manteniéndola en niveles de pobreza económica y con carencias alimenticias, de sanidad y de instrucción. Con todo ello el Plan Morgenthau pretendía mantener a Alemania sumida en una economía primaria, subdesarrollada y desarticulada. Algo similar se pensó aplicar en Japón.

Curiosamente, muy pocos autores se refieren directa y claramente al Plan Morgenthau y a la esencia de genocidio económico del mismo. En tal sentido, es valioso consignar que a diferencia de las omisiones o meras menciones de otros autores, en la obra “Prosperidad y Crisis – Reconstrucción, Crecimiento y Cambio – 1945-1980”; Hermann van der Wee, en el volumen II, página 413, lo analiza en forma sobria pero muy explícita.

Sin embargo, entre 1947 y 1949, la situación cambió radicalmente, con el inicio de la Guerra Fría. Bajo ese contexto, Alemania (en ese momento Alemania Occidental) y Japón pasaron a ser dos piezas claves para contener la expansión comunista en Europa y el Este y Sudeste Asiático, respectivamente.

EEUU necesitaba impulsar las reconstrucciones civiles, la rápida mejoría de las condiciones sociales y el fuerte resurgimiento económico de Alemania Occidental y de Japón para operar como barreras o líneas de contención del comunismo y para que sirvieran confiablemente como plataformas de los despliegues de tropas y materiales estratégicos en el contexto del conflicto ya existente y no declarado formalmente que se conoció como la Guerra Fría.

La aplicación del Plan Marshall, implicó automáticamente la caducidad total del Plan Morgenthau, vigente en Alemania, y su similar en suelo japonés.

Menos conocido aún, y por cierto no explicitado como plan de público conocimiento, es la implementación de lo que puede llamarse “el Plan Morgenthau aplicable a Argentina”, de cuya instrumentación por cierto no existen antecedentes formales, pero en cambio la sucesión de hechos sutilmente concatenados, muestran demasiadas “casualidades” como para no poder afirmarse que se trató (¿o se trata?) de una brutal maniobra de “guerra blanda”, que como suele ser usual en esos casos, tiene objetivos que se siguen buscando, sin importar en forma crucial los plazos de ejecución.

Larga y continuada ha sido la historia de la injerencia –a veces sutil y en otros casos brutal y desembozada- del colonialismo anglosajón en los asuntos internos de Argentina; y ese detalle no hace al objetivo de este artículo.

En cambio sí cabe señalar que desde siempre hubo resistencias internas a ese rol de “país granja” subordinado, que se nos asignó desde afuera, con las complicidades internas. Ese factor de constante resistencia a las acciones colonialistas, sumado al reconocido enorme potencial de desarrollo de Argentina, y la posición referencial que nuestro país tiene desde sus orígenes para las naciones hermanas íberoamericanas, sin duda debe haber pesado mucho, para condenarnos a un futuro de miseria y disgregación política, como fue claramente el objetivo final del feroz neoliberalismo aplicado en Argentina durante un cuarto de siglo; y que los testaferros y voceros locales de esos poderes siguen presionando duramente para reinstalar, al como sea.

A partir del “proceso” (1976-1983), se instauró con notable ferocidad y consecuente total falta de sensibilidad social, un conjunto de medidas que destruyeron brutalmente el aparato productivo nacional, siendo acentuado su perfil anti industrial y antitecnológico; resultando explícito el objetivo retrógrado y anacrónico de reinstalar las estructuras feudales del país–estancia que opere como dócil colonia de las por entonces excluyentemente poderosas economías del G-7, y en particular las de EEUU y Gran Bretaña. Fue sin ninguna duda la aplicación adaptada en tiempo y lugar del pernicioso Plan Morgenthau.

Pero el “Plan Morgenthau a la argentina” no solo se ciñó a los siete años del tristemente célebre “proceso” cívico–militar. Su aplicación continuó profundizándose en las épocas de la llamada partidocracia cleptocrática, que atravesando las presidencias de Alfonsín, Menem y De La Rúa, nos llevó a los empujones a la severísima crisis de 2001/2002, la cual por muy poco no nos condujo a una situación de balcanización en media docena de republiquetas dóciles, tal como estaba previsto por los megas poderes financieros transnacionales globalizantes. Según concreto testimonio del que fui testigo de uno de los actores del complejo período de transición 2002/2003, los centros del poder neoconservador local apostaban a una guerra civil brutal… lo cual nos hubiera sumido en el caos total.

En todos esos años del cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), la economía siguió deteriorándose, decayendo cualitativamente (cerrándose fábricas y desfinanciándose Universidades Nacionales y entes tecnológicos), el endeudamiento se acentuaba en forma descontrolada, la emigración de valiosa población seguía, y algunos hechos puntuales mostraban el perverso cariz que se imponía brutalmente: la transformación de escuelas técnicas en simples bachilleratos amorfos (una colonia-granja no “necesita” técnicos, ingenieros ni profesionales de ciencias duras); el vaciamiento de contenidos básicos en las escuelas (eliminando Historia y Geografía, y restando horas a Matemática y Lengua), con lo cual se buscaba embrutecer a la población; y el absurdo freno total impuesto a nuestro muy eficiente y avanzado Sector Nuclear, entre otras medidas muy negativas e indudablemente probatorias de la ejecución de un plan de destrucción sistemática de la economía y el tejido socio cultural de Argentina.

Todo acorde a las “observaciones” del historiador canadiense-británico Harry S. Ferns, quien afirmaba que solo mediante una guerra civil podrían anularse los notables avances concretados a partir de 1943/45, y a la medida de los intereses de ambas grandes potencias anglosajonas que en el cuadro de un país destrozado, o peor aún balcanizado en media docena de republiquetas dóciles, volvería a ser un fácil proveedor de materias primas baratas; a la vez que dejaría ser un poderoso factor de unidad, como lo es hoy en el Mercosur, la Unasur y la Celac; y no sería ningún obstáculo para las ansias expansionistas de la troika EEUU-Gran Bretaña-OTAN, en el Atlántico Sur, en la Antártida, e incluso en La Patagonia.

De hecho, las ONGs y Fundaciones ecologistas, indigenistas, derecho-humanistas, de “estudios” económicos y similares; transnacionales o las locales asociadas, operan como arietes de las guerras blandas, con las que persistentemente nos agreden, para volvernos al redil de los dóciles dominados.

Una Argentina fuerte será un poderoso factor de cohesión de los bloques de poder Íberoamericanos y Caribeños; bloques a cuya consolidación se oponen las potencias neocoloniales del siglo XXI, sus poderes financieros y sus brazos armados. De esa forma también evitaremos que –como sucedió antes tantas veces– esas grandes potencias nos usen como válvulas de escape para exportar sus crisis y sanear sus economías a costa nuestra.

martes, 8 de abril de 2014

La novedad que vino de la India

Boaventura De Sousa Santos - http://www.surysur.net/2014/04/la-novedad-que-vino-de-la-india/ 

En la última década, la India fue avasallada por el mismo modelo de desarrollo neoliberal que hoy domina en buena parte del mundo y que la derecha europea y sus agentes locales están imponiendo en el sur de Europa. Las situaciones de la India y el sur de Europa son difícilmente comparables, pero tienen tres características comunes.

Ellas son, la concentración de la riqueza, la degradación de las políticas sociales (salud y educación) y la corrupción política sistémica, que alcanza a los principales partidos que participan de los gobiernos y la administración pública.

La frustración de los ciudadanos indios ante la venalidad de la clase política llevó a un viejo activista neogandhiano, Anna Hazare, a organizar en 2011 un movimiento para luchar contra la corrupción, que ganó popularidad y transformó las huelgas de hambre de su líder en un acontecimiento nacional e incluso internacional. En 2013, un amplio grupo de seguidores decidió convertir al movimiento en un partido, al que llamaron el Partido del Hombre Común. El partido surgió sin grandes bases programáticas más allá de la lucha contra la corrupción, pero con un fuerte mensaje ético: reducir los salarios de los políticos electos, prohibir la renovación de los mandatos, basar el trabajo militante en voluntarios y no en funcionarios, luchar contra las asociaciones público-privadas en nombre del interés público, erradicar la plaga de los consultores a través de los cuales los intereses privados se convierten en públicos, promover la democracia participativa como una manera de neutralizar la corrupción de los dirigentes políticos. A partir de esa base ética, el partido se negó a ser clasificado como de izquierda o de derecha, dando voz al sentimiento popular de que, una vez en el poder, los dos grandes partidos de gobierno (el Partido del Congreso, centroizquierda, y el Partido Popular, derecha) apenas se diferencian.

En diciembre pasado, el partido compitió en las elecciones municipales en Nueva Delhi y, para sorpresa de sus propios militantes, fue el segundo partido más votado y el único capaz de formar gobierno. Fue un soplo de aire fresco y, en febrero, el Partido del Hombre Común era el centro de todas las conversaciones. De acuerdo con su magro programa, el partido propuso dos leyes, una contra la corrupción y otra instituyendo el presupuesto participativo en el gobierno de la ciudad, y exigió una reducción en el precio de la energía eléctrica, considerado un caso paradigmático de corrupción política. Como era un gobierno de minoría, dependía de sus aliados en la asamblea municipal. Cuando se le negó el apoyo, renunció en lugar de hacer concesiones. Estuvo 49 días en el poder y su coherencia hizo que viera aumentar el número de seguidores tras la renuncia.

Perplejo, le pregunté a un colega y amigo, quien durante 42 años fue militante del Partido Comunista de la India y durante 20 años miembro del comité central, qué lo había llevado a adherir al Partido del Hombre Común: “Fuimos víctimas del mismo veneno con que matamos a nuestros mejores militantes y dirigentes, favoreciendo una burocracia cuyo objetivo era mantenerse en el poder a cualquier precio. Es hora de empezar de nuevo, y como un militante voluntario de base”. Otro colega y amigo, socialista y fiel votante del Partido del Congreso: “Me sumé cuando vi que el Partido del Hombre Común se enfrentaba con Mukesh Ambani, el hombre más rico de Asia, cuya facultad para fijar las tarifas de electricidad es tan grande como para poner y sacar ministros, incluyendo a los de mi partido”.

Sospecho que tarde o temprano van a surgir partidos del hombre y la mujer comunes en nuestros países, asolados por la corrupción y por la captura de la democracia por parte de intereses minoritarios pero económicamente muy poderosos. En Portugal ya tiene nombre y muchos seguidores: se llamará Partido 25 de Abril (evocando la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974). Cuarenta años después de la revolución, será la respuesta política a los que, aprovechando un momento de debilidad, destruyeron en tres años lo que los portugueses construyeron durante cuarenta.

El 25 de Abril es el nombre de los portugueses y las portuguesas comunes cuya dignidad no está en venta en el mercado de los mercenarios, donde todos los días se vende el país. Será un partido de nuevo tipo, que estará presente en la política de muchos países, sea que se constituya o no. Si se constituye, tendrá el voto de muchos y muchas; si no se constituye, igualmente tendrá el voto de muchos y muchas, bajo la forma del voto en blanco.

*Doctor en sociología, profesor catedrático de la Facultad de Economía y Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) y de diversos establecimientos académicos del mundo.

viernes, 4 de abril de 2014

Similitudes y contradicciones

Jorge Rachid * - http://www.notinac.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=6792:similitudes-y-contradicciones&catid=44:opinion&Itemid=83 

¿Que tiene que ver la crisis de Crimea con la situación emergente de la Unión Europea pos caída de los Mercados? ¿Cual es el paralelo a trazar entre el desplazamiento del Primer Ministro Ucraniano y el Golpe de Estado contra el Presidente de Egipto al año de ser electo? ¿Existen acaso acciones comunes entre los acontecimientos provocados en Libia con la muerte por asesinato de Kadafy y la guerra civil mercenaria auspiciada en Siria, a los de ahora en Kiev? ¿La convulsión y caos provocados en Venezuela están conectados  con estos escenarios lejanos?

Sin dudas el mundo ha asumido la globalización y los países centrales han sido y son protagonistas centrales en estos intentos de controlar desde los recursos naturales a los Mercados, intentando como lo hicieron antes con el ALCA en América Latina, con el petróleo en el norte de África y Medio Oriente, intentan con la Alianza del Pacífico fragmentar el UNASUR y con los Fondos especulativos atacar los países emergentes en desarrollo, como lo hicieron con Turquía, Sudáfrica, Brasil y también nuestro país.

El primer Ministro ucraniano proruso, electo fue desplazado del poder por negarse a integrar a su país a la Unión Europea, que quiere abrir Mercados a cualquier costo, ante la incapacidad económica de los países miembros, varios al borde del default como España, Portugal, Irlanda, Grecia, Italia entre los mas afectados. Esa es la razón luego revestida, en un maniqueísmo mediático global presentado como un dirigente corrupto (mas allá que lo sea o no, deberá determinarlo la Justicia, nunca la mano golpista del imperio), que faltando sólo un año de nuevas elecciones , como a Lugo en Paraguay o Zelaya en Honduras, es expulsado por sucesiones supuestamente institucionales, manipuladas por sectores pro europeos.

Perón nos inculcó hasta el cansancio, que la política es la política internacional, así que la comprensión de estos acontecimientos, que vuelven a recrear una "guerra fría" que nunca se entibió, nos darán la visión de los próximos 30 años de la humanidad.

No es casual el doble estándar de las valoraciones sobre la soberanía de los pueblos, las elecciones plebiscitarias y las miradas sobre cada una de ellas. No dudaron en hacerlo en Malvinas para reafirmar la situación colonial, en población implantada, sin derechos tutelares sobre el territorio, a miles del millas marítimas del imperio inglés, pero fueron firmes en desconocer el plebiscito de Crimea, población rusa, desconocieron los votos egipcios, paraguayos y hondureños, como hoy avanzan sobre Venezuela, siempre en nombre de la "libertad y al democracia".

Se encontraron por supuesto con una Rusia en recuperación de sueños imperiales, con un mundo multipolar donde los actores son otros países como China e India, el mundo oriental, achica a Europa en sus pretensiones hegemónicas, la vuelve a volcar a EEUU de la mano inglesa, limitando el poder de Alemania sobre el resto de los países europeos. Los rusos siempre fueron educados como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Crimeos son ruso parlantes y usan ahora el rublo como moneda, por lo cual se agrava la crisis. Además Rusia maneja el gas y petróleo que fluye a la UE a través de Mar Negro, importancia estratégica de Crimea.

El mundo hegemónico en ese alineamiento automático mediático y comunicacional, nos presenta "los buenos, occidente, los malos los orientales", como anticipo que las próximas películas del EEUU vuelvan a las viejas series de los héroes anglo sajones peleando contra los pérfidos cosacos. Este entramado que afecta sin dudas a nuestra región y al mundo, está determinando un nuevo mapa mundial, que como preveíamos hace tiempo, intentaría rehacer la bipolaridad que recupere protagonismo de ambos gigantes,frente a potencias emergentes, que hasta ahora están calladas esperando el desarrollo de los acontecimientos como China , India, y el sudeste asiático poderoso además del oriente profundo.

Nada es casual en la globalización informática y de los mercados financieros, recordar que son los únicos beneficiarios de dicha globalización donde pasan las informaciones, el dinero, las mercaderías, las tropas pero no pasan los inmigrantes, los trabajadores, los humildes, los negros, los latinos, los africanos con barreras cada vez mas altas que avergüenzan a la humanidad. De la misma manera que miran hacia otro lado el drama Palestino, ignoran los asesinatos y agresiones norteamericanas en el mundo, la ocupación israelí de los territorios, todo en nombre de "su seguridad nacional", como si los demás países no tendríamos el mismo derechos de actuar en nombre de "nuestra seguridad". Alguien imagina un país latinoamericano avanzando con asentamientos sobre territorios de otro?, o acaso un presidente nuestro dando órdenes de ejecución a distancia, sin juicio previo ni derecho a defensa sobre ciudadanos propios o de otros países como hace Obama?.

Entonces empecemos a pensar en el mundo que viene, donde el peronismo que tiene mucho que aportar, desde la humanización de la política a la democratización del poder, y  lo hemos demostrado durante décadas, sin embargo también quieren castigar nuestro rumbo, también seremos atacados, también necesitan nuestros recursos naturales y nuestros mercados para sus productos atiborrados en Europa en crisis, avanzarán sobre nosotros, lo viene haciendo, no tienen escrúpulos ni pudor, el poder se maneja así. Por eso seguir las crisis que parecen lejanas es necesario porque golpean nuestras puertas.

*El autor es Médico-UBA. Posgrado en Medicina del Trabajo. Especialista en Seguridad Social. Profesor titular en Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora, y Profesor adjunto de la Cátedra de Medicina del Trabajo – UBA

domingo, 30 de marzo de 2014

Brasil: La lucha de Dilma Rousseff a 50 años de la dictadura

http://www.telegrafo.com.ec/mundo/item/la-lucha-de-dilma-rousseff-a-50-anos-de-la-dictadura.html 

Los muros que fueron el escenario de los 22 días seguidos de tortura que sufrió Dilma Rousseff en enero de 1970 fueron declarados patrimonio histórico. Allí, en la Rua Tutóia, en Sao Paulo, en barrio injustamente llamado Paraíso, funcionó uno de los mayores centros de torturas de la dictadura militar brasileña.

Y en Belo Horizonte, donde  la presidenta -una exguerrillera de las filas contra la dictadura militar- nació, estudió y comenzó a militar en política, el gobierno de la capital del estado de Minas Gerais organiza un circuito turístico sobre la memoria de la resistencia al régimen iniciado por un golpe militar ocurrido entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 1964, del cual se cumplen 50 años.

Mientras, gracias a la Ley de Amnistía aprobada en 1979, los torturadores y asesinos del régimen militar (1964-1985) siguen en libertad. Los 5 dictadores que usurparon el poder -Humberto Castello Branco, Arthur de Costa e Silva, Emilio Garrastazú Médici, Ernesto Geisel y Joao Baptista Figueiredo- murieron sin ser juzgados. 

A los 50 años del inicio de la dictadura con el derrocamiento del presidente constitucional Joao Goulart, el gobierno del estado de Sao Paulo anunció que se cuidará como patrimonio histórico la comisaría que fue el principal centro de torturas del país, ubicada en la ciudad de Sao Paulo.

Allí funciona, todavía, la Comisaría 36 de la Policía Civil, pero en la época del régimen sirvió como centro de torturas clandestino de la Policía y el Ejército, primero llamado Operación Bandeirante y luego Departamento del Orden Interno-Centro de Operaciones de Defensa Interna. Los torturadores dejaron registros con 52 muertes en el lugar, que era el primero adonde iban detenidos los presos políticos antes de ser derivados a las cárceles o a fosas comunes, o al mar.

Entre los 5.000 torturados en la Rua Tutoia de Sao Paulo, está Dilma Rousseff. Fue detenida a los 22 años el 16  enero de 1970 a las 16:10 en el centro de la ciudad de Sao Paulo, haciendo un contacto clandestino en el marco de las organizaciones para la lucha armada urbana de su grupo, la Vanguardia Armada Revolucionaria (Var-Palmares).

La propia presidenta, en 2 relatos, contó lo que se vivió allí adentro, con torturas de todo tipo, durante 22 días seguidos, al diario Folha de Sao Paulo en una histórica declaración en 2009, cuando era jefa de ministros del exgobernante Luiz Lula da Silva: “Ustedes no saben la cantidad de secreción que sale de un ser humano cuando es golpeado y torturado. Porque esas cantidades de líquidos que tenemos, la sangre, la orina y la materia fecal aparecen en la forma más humana”.

Rousseff fue presa y trasladada hacia Río de Janeiro y Minas Gerais, donde también fue torturada por ser considerada, según documentos de la época, uno de los cerebros de los grupos de la resistencia.
El sitio donde fue torturada Rousseff en Sao Paulo fue declarado intocable por el grupo de patrimonio histórico del gobierno del Estado de Sao Paulo.

“Lo que queremos es que las personas reflexionen sobre este lugar, que será mantenido en pie por lo que significa para la historia de Brasil. También se debe discutir el presente, de qué forma están capacitadas y  actúan nuestras policías frente al tema de la seguridad pública”, dijo a EL TELÉGRAFO la historiadora Déborah Nunes, de la Unidad de preservación del patrimonio de la Secretaría de Cultura del estado de Sao Paulo.

Seis años después del paso por allí de Rousseff, el centro de torturas recibió a Vladimir Herzog, un periodista que dirigía la estatal TV Cultura a quien la dictadura consideraba comunista por el trabajo periodístico que ejercía.

En 1976 Herzog apareció ahorcado en su celda y el régimen distribuyó una fotografía del colgado en la celda. El montaje fue tan burdo que se descubrió, porque las piernas tocaban el piso, que había sido un asesinato.

En el marco de los actos a favor de la memoria histórica, también aparece la ciudad natal de Dilma Rousseff, Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.
“Estamos lanzando el circuito turístico de la memoria en Belo Horizonte. Los lugares desde donde la juventud enfrentó al régimen militar buscando cambiar el país. También estarán los lugares que frecuentaba la generación de la presidenta Dilma”, dijo a EL TELÉGRAFO el presidente del ente municipal de turismo Belotur, Mauro Werkema.

En 1969 desde Belo Horizonte debió escapar y cortar sus estudios de economía la presidenta, en la época más dura del régimen de facto, que había aprobado un año antes el cese de las libertades públicas y de reunión y el inicio de la censura previa.

En Belo Horizonte, Rousseff militó en un grupo maoísta llamado Polop (Política Obrera). El circuito turístico incluirá la sede de la Policía Secreta, el Departamento de Orden Político y Social (Dops), el homenaje a las víctimas del régimen en la Avenida Affonso Pena, la principal de la ciudad, y los centros culturales y puntos de reunión de las manifestaciones contra la dictadura.

“Queremos divulgar el turismo cívico-político, como también están comenzando a hacer otras ciudades como Recife y Curitiba”, dijo el director de Belotur. El circuito puede ser usado por quienes vayan a Belo Horizonte a ver el Mundial 2014.

El aniversario 50 del golpe militar coincidirá con los peores días de la gestión Rousseff desde las manifestaciones de junio pasado. La popularidad de la mandataria cayó 6 puntos respecto de diciembre, según IBOPE (Instituto Brasileño de Opinión Pública e Estadística), al 48%, y en términos macroeconómicos la oposición está martillando sobre la rebaja de la nota que le otorgó a Brasil la calificadora Standard&Poors, rechazada vehemente por el Gobierno.

En vistas a las elecciones del 5 de octubre próximo, en las que la presidenta del Partido de los Trabajadores se juega la reelección, explotó en las manos del Gobierno un supuesto escándalo que le costó millones de dólares a la empresa estatal Petrobras por la compra irregular de una refinería en Pasadena, Texas, Estados Unidos.

En 2006, época de la adquisión, el consejo de administración de la gigante Petrobras estaba presidido por Rousseff, quien ha dicho que aprobó la compra de la refinería en base a un falló técnico que ahora considera que estaba equivocado.

Dentro del Partido de los Trabajadores, sectores que temen una sangría de popularidad de la presidenta pugnan por mover el banco de suplentes donde está sentado el líder del partido y el más popular de los políticos, el expresidente Luiz Lula da Silva, quien se niega a retornar como candidato.

jueves, 27 de marzo de 2014

Historia secreta de la ley de autoinmunidad de la dictadura argentina

Por Victoria Ginzberg - http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-242487-2014-03-23.html 

A mediados de 1983, los militares se preparaban para dejar el poder y buscaban garantizarse la impunidad. De esa preocupación salió la ley de autoamnistía (para ellos, de “Pacificación Nacional”). En un informe secreto, señalaban que esa norma era “el único instrumento válido que se opondría al cumplimiento del objetivo” de los organismos de derechos humanos, a los que ellos llamaban “organizaciones subversivas”.

Sacaban sus conclusiones del análisis de la coyuntura política y social y de datos recolectados por los servicios de inteligencia. Un informante clave fue el entonces juez José Nicasio Dibur. Este magistrado tenía a su cargo una causa vinculada con el testimonio del policía Rodolfo Peregrino Fernández, quien había roto el pacto de silencio a principios de 1983. Dibur informaba en detalle a los represores del “avance” de la investigación y advertía a los mensajeros que debían frenar el proceso o se vería “obligado” a citar a los acusados. En este contexto, los militares trataban de blindar a la tropa para que no hubiera nuevas “filtraciones”. La posibilidad era real: el policía Luis Patti, que estaba involucrado en el asesinato de los militantes peronistas Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, amenazaba con hacer públicas las matrículas de los aviones que habían participado en los vuelos de la muerte si no recibía ayuda.

Esta información surge de los documentos hallados en el edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea, a fines del año pasado y dados a conocer por el ministro de Defensa, Agustín Rossi. En el material que analizó un equipo encabezado por la directora de Derechos Humanos del ministerio, Stella Segado, están las actas de las juntas militares y el seguimiento de algunas leyes promovidas por la dictadura, entre ellas la de autoamnistía. Patti y Dibur están mencionados en una carpeta caratulada como secreta y elaborada por la Fuerza Aérea para el asesoramiento sobre la “ley de Pacificación”. “En los contactos extraoficiales establecidos por la secretaría general con el juez mencionado, éste manifestó su preocupación por el caso ante la posibilidad de verse obligado, por razones procesales, a iniciar las citaciones indicadas, por lo cual sugirió la necesidad de la urgente sanción de la ley, único medio de cerrar ese proceso que se tramita ante su juzgado”, dice el informe.

El “juez mencionado” era Dibur, quien tenía en su juzgado la causa sobre la Triple A, a la que se había agregado el testimonio de Rodolfo Peregrino Fernández, un policía que había trabajado en el Ministerio de Interior con Albano Harguindeguy y que en marzo de 1983 había aportado información sobre el terrorismo de Estado y la Triple A, ante la Ca-dhu (Comisión Argentina de Derechos Humanos), que integraban argentinos exiliados en Europa.

“La Doctrina comprendía la eliminación física de la llamada ‘subversión apátrida’ y una orientación ideológica dentro de los principios de ‘la defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad’. La Doctrina, además, tenía como propósito implantar el terror generalizado en la población para evitar que la guerrilla ‘se moviera como pez en el agua’. Son estos conceptos los que fundamentan la política de ‘desapariciones’ que desde antes, pero en forma especial a partir del golpe militar de 1976, comienza a ejecutarse en forma sistemática”, dice el testimonio de Fernández, que fue llevado ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

En su extensa declaración, habló del funcionamiento de la Triple A, la división de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en Grupos de Tareas, la existencia de centros clandestinos de detención, el asesinato de Rodolfo Ortega Peña y el secuestro y desaparición de Lucía Cullen, entre muchas otras cosas. Fernández reveló ya en ese momento que escuchó “al teniente de navío Norberto Ulises Pereyro afirmar que se utilizaban aviones de la Prefectura Naval Nacional para el transporte y el lanzamiento en alta mar de prisioneros políticos secuestrados” y que supo que “algunos prisioneros, luego de ser adormecidos mediante la aplicación de una inyección, eran introducidos en bolsas especiales, en las cuales se les arrojaba”.

Luis Patti

En su informe secreto, los militares contaban en 108 los involucrados por Fernández en la declaración: 35 miembros del Ejército, 6 Luis Pattimarinos, 3 integrantes de la Fuerza Aérea, 45 policías, 4 jueces, 2 capellanes y 11 personas que figuran en el rubro “otros”. No sólo tenían en su poder todos los nombres, sino también un punteo de quiénes podrían ser imputados o procesados, datos que parecen provenir directamente del magistrado, que como queda claro manifestaba estar tan compungido como los involucrados por tener que avanzar con la causa y pedía a gritos que se impulsara la norma que podría acabar con ese penoso trabajo.

Los vínculos de Dibur con los militares ya estaban claros en esa época. Se sabía que junto con su colega Martín Anzoategui se había reunido con las “autoridades militares” interesado en que se impulsara una ley especial de jubilación para los jueces que cesaran en sus cargos cuando llegara el gobierno constitucional. A mediados de 1983, además, ordenó allanar las oficinas del diario La Voz, de Vicente Saadi, por una denuncia de la Junta sobre un “rebrote subversivo”. Con la llegada de la democracia, Dibur no resistió en el Poder Judicial. El gobierno de Alfonsín quiso ascenderlo a camarista pero, por sus vínculos con la dictadura, no pasó el filtro de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, a la sazón controlada por Saadi.

Dibur dejó de ser juez y en ejercicio privado de la abogacía tuvo, entre otros clientes, a militares acusados de violaciones a los derechos humanos. Durante el menemismo, en 1992, entró en el Ministerio de Justicia como asesor y allí se quedó hasta que en 2008 Aníbal Fernández lo expulsó. Pero Dibur no era la única fuente jurídica de consulta y preocupación para los militares. Según se desprende del informe secreto y de las actas, para asegurarse la aplicación de la ley, la última Junta Militar llegó hasta la Corte Suprema. Su presidente, Adolfo Gabrielli, los dejó tranquilos. Les informó que la norma era aplicable y que no parecía tener “vicios de inconstitucionalidad”.

La amenaza

En el mismo momento en que se discutía la posibilidad de promulgar la “ley de Pacificación”, Emilio Eduardo Massera estaba preso por el asesinato del empresario Fernando Branca. Y un caso acaparaba la atención de los medios: el asesinato de Cambiasso y Pereyra Rossi.

Los dos militantes peronistas conversaban en el bar Magnum, de Rosario, cuando fueron secuestrados por un grupo parapolicial. Tres días después sus cuerpos aparecieron baleados en Zárate. El 17 de mayo, el Ministerio de Interior y la Policía de la Provincia de Buenos Aires informaron que habían sido “abatidos en un enfrentamiento” con efectivos del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional de Tigre. Los policías involucrados eran los suboficiales Rodolfo Diéguez, Juan Amadeo Spataro y el oficial principal Luis Abelardo Patti.

Los peritajes demostraron que ambos fueron golpeados y torturados antes de morir. Había hematomas, rastros del empleo de picana eléctrica y muestras de pólvora sobre el antebrazo izquierdo de Pereyra Rossi originadas por un disparo a quemarropa. En junio, el juez penal de San Nicolás Juan Carlos Marchetti dispuso la prisión preventiva de los tres agentes de la Bonaerense por “homicidio calificado reiterado”. Los policías estuvieron presos cinco meses, hasta noviembre de 1983, cuando se dictó su sobreseimiento provisorio.

A mediados de 1983, cuando la Fuerza Aérea analizaba su posición respecto de la ley de autoamnistía, la situación judicial de Patti todavía era complicada. Por eso, el futuro intendente de Escobar se las arregló para enviar un mensaje.

Bajo una sello que señala que el contenido es “estrictamente secreto y confidencial”, se informa que “se tiene conocimiento que (el comisario Patty sic)” había expresado lo siguiente: considera que la Fuerza Aérea argentina se está oponiendo sistemáticamente a la promulgación de la ley de pacificación. En caso de que su problema salga mal, o que no sea solucionado, ha conseguido y dará a conocer los aviones (matrículas), aeropuertos, destino, fechas y personal que trasladó delincuentes terroristas a disposición final”.

arg ley pacificacion1De la lectura integral de la carpeta se desprende que tal vez más que una escalada judicial, los militares temían que se rompiera el “pacto de silencio” entre sus subordinados. De allí –y luego de la experiencia de Rodolfo Peregrino Fernández– la particular atención sobre Patti.

Pero hay más. Motivados por esta inquietud, se ordenó un relevamiento y análisis de los casos de los miembros de las Fuerzas Armadas detenidos en el penal de Magdalena y en Caseros, a quienes se describe como “potenciales difusores de denuncias”. En la misma hoja que sirve de carátula a esta lista de militares arrestados, hay una inscripción a mano y en cursiva en donde están los argumentos que debían repetir quienes hacían las visitas para sondear su estado de ánimo y su posible predisposición a abrir la boca: “Todo el que habla se autoincrimina. Endurecimiento por denuncia tardía. Si los otros niegan, quedará solo como responsable. Pueden ser indultados o conmutados sin necesidad de incluirlos en la amnistía”.

arg ley pacificacion“Los documentos muestran la doble cara de la Justicia. Si bien una parte de la Justicia fue cómplice, la mayoría se adaptó a la dictadura. Acá se ve una Justicia que supuestamente empieza a movilizarse por las denuncias pero por otro lado pide la sanción de la ley para no avanzar a fondo”, señala la historiadora Marina Franco, que trabaja sobre los últimos años de la dictadura y los primeros de la democracia.

La investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales (Idaes) de la Unsam y del Conicet recuerda que el principal “obstáculo” que tenía la ley de autoamnistía eran las propias Fuerzas Armadas, que estaban divididas respecto de ella. El Ejército era la fuerza que más interesada estaba en que la norma saliera rápido y fuera todo lo abarcadora que fuese posible, sobre todo que dejara tranquilos a aquellos que, como Patti, estaban comprometidos por hechos que eran recientes. La Fuerza Aérea, que era el sector que en general aparecía como “menos comprometido”, decía que no creía en la “oportunidad” de la ley, consideraba mejor esperar a que saliera luego de las elecciones de octubre o incluso que la propiciara el gobierno constitucional.

La Marina se oponía a la ley. Junto con un sector del Ejército, consideraba que debían darles las gracias por los crímenes cometidos y no aceptaban ser equiparados a “la subversión”, a la que también alcanzaba la ley, a la que ningún militar de ninguna fuerza decía de “amnistía” porque creían que remitía a la de Héctor Cámpora. En la Armada avisaban, además, que no tenían intención de mover un pelo para salvar al caído en desgracia Massera.

“Los militares querían cubrirse las espaldas y creían que la ley iba a ser respetada, ya que históricamente las decisiones de las dictaduras no habían sido revisadas por los gobiernos constitucionales posteriores. Lo que pasó después habla de la voluntad política de Alfonsín, pero también de la debilidad misma de los militares, que venían de la guerra de Malvinas”, asegura Franco.

Lo que nunca se imaginaron los militares era que lo primero que haría el Congreso luego del regreso de la democracia sería anular esta ley, acción que fue el primer paso para poder llevar a cabo luego –una vez que los militares dejaron claro que la Justicia castrense no lo haría– el Juicio a las Juntas.

La ley de “pacificación”

La Ley 22.924, de “Pacificación Nacional”, fue promulgada el 22 de septiembre de 1983 y se hizo conocida como ley de autoamnistía.arg dictadura_militar

El artículo 1 declaraba “extinguidas las acciones penales emergentes de los delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o subversiva, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982. Los beneficios otorgados por esta ley se extienden, asimismo, a todos los hechos de naturaleza penal realizados en ocasión o con motivo del desarrollo de acciones dirigidas a prevenir, conjurar o poner fin a las referidas actividades terroristas o subversivas, cualquiera hubiere sido su naturaleza o el bien jurídico lesionado. Los efectos de esta ley alcanzan a los autores, partícipes, instigadores, cómplices o encubridores y comprende a los delitos comunes conexos y a los delitos militares conexos”.

El artículo 5 decía que “nadie” podría “ser interrogado, investigado, citado a comparecer o requerido de manera alguna por imputaciones o sospechas de haber cometido delitos o participado en las acciones a los que se refiere el artículo 1º o por suponer de su parte un conocimiento de ellos, de sus circunstancias, de sus autores, partícipes, instigadores, cómplices o encubridores”. El 12 ordenaba a los “Jueces Ordinarios, Federales, Militares u organismos castrenses ante los que se promuevan denuncias o querellas fundadas en la imputación de los delitos y hechos comprendidos en el artículo 1º” rechazarlas “sin sustanciación alguna”. Luego de asumir, Raúl Alfonsín envió al Congreso un proyecto de ley para derogar dicha ley. Dicha derogación fue la primera ley aprobada por el Congreso Argentino tras la restitución de la democracia.

jueves, 20 de marzo de 2014

Ganadores de la década

Por Jorge Halperín* - http://lateclaene6.wix.com/revistalateclaene#!jorge-halpern/ct05

Si se ensaya el ejercicio de leer como un cuentito con moraleja el conjunto de las noticias cotidianas y columnas de “Clarín”, “La Nación”, “Perfil”, “Infobae” y el circuito audiovisual y virtual de estos medios empresarios opositores, entre otras cosas se lleva uno la impresión de que en el paisaje de la política y la economía hay un protagonista excluyente que es el gobierno, y todos los otros actores sólo se mueven como respuesta “natural” a las torpezas y embestidas oficiales.

La manera en que presionan sobre el gobierno, su altísimo protagonismo y el daño que le hacen al conjunto de la sociedad la concentración económica, los monopolios y oligopolios y la posición dominante nunca es un tema en esos medios. Es invisible. Y, probablemente, la mayoría de los argentinos no tenga la menor idea.

Esto viene a cuento para medir la relación entre poder y visibilidad en la batalla cultural para ganar el sentido común.

Al conjunto de América Latina le fue muy bien en la década pasada y hubo avances en la distribución de la riqueza. No obstante, el boom de las materias primas en los mercados internacionales impactó en la región re-primarizando sus economías. América Latina sigue vendiendo al mundo casi exclusivamente commodities. Argentina fue contra la corriente: el gobierno aplicó políticas para frenar aquella tendencia y darle prioridad a la actividad industrial.Lo cierto es que, además de comerse una pelea brutal con el poderoso agro pampeano, no alcanzaron esas políticas para cambiar el paisaje de un tejido industrial débil, incompleto y extraordinariamente concentrado. El ejemplo es la industria automotriz, que fue la fuerza de arrastre de la industria junto con la construcción, y cuya integración es tan débil que el 80 % de los componentes de los autos son importados, cuando no los autos completos. Consecuencia: mejor le va a la industria automotriz y al resto de las industrias, peor les va a las reservas del Banco Central.

Y eso, junto con una rentabilidad extraordinaria de los commodities en los mercados mundiales, explica que, también entre nosotros, los principales ganadores de la década ganada fueran los exportadores de las materias primas del agro, la minería y el petróleo. Los avances producidos en materia de democracia y en calidad de vida de las mayorías justifican hablar de una década ganada. Pero, en rigor de verdad, los grandes ganadores de la década ganada son esas minorías poderosas paradas sobre los productos de la tierra.

Por eso no es sorprendente que el único actor de peso que pudo hacer morder el polvo dos veces en diez años a los gobiernos kirchneristas sea el gran capital del agro y las exportadoras cerealeras. Y estamos pensando en la votación negativa de la Resolución 125, en 2008, y en la fuerte devaluación que forzaron en enero.

No podrían haber sido las petroleras ni las mineras. ¿Por qué? Porque son trasnacionales enormemente poderosas, pero sin capacidad por sí solas para producir un hecho político: no tienen las inmensas ramificaciones que posee el agro en todo el país, con decenas de miles de pequeños y medianos productores, y una miríada de pueblos en todos los rincones que dependen de la bonanza del campo.

Sólo la oligarquía terrateniente pampeana y el selectísimo club de cerealeras que exportan al mundo fue capaz de arrastrar en una alianza anti-gobierno a pequeños y medianos productores y arrendatarios rurales, sectores de la gran industria y clases medias de los grandes centros urbanos, con la ayuda crucial del oligopolio mediático, su socio en Papel Prensa y otros medios opositores.

Y tan fuerte ha sido ese poder, que este enero puso en aprietos al gobierno, ahora sin necesidad de que los pequeños y medianos productores volvieran a cortar las rutas ni presionar a partidos de la oposición para clamar a favor del campo.

Es cierto que esta vez tomaron al gobierno en falsa escuadra: hoy se atraviesan nuevas dificultades, básicamente las que surgen de las presiones inflacionarias y los problemas que traen a las reservas la fuga de divisas, la enorme factura de importación de combustibles y la igualmente enorme factura por importaciones de insumos.Sin contar con que el deffault de 2001 nos convirtió en el único país de la región que no accede a créditos internacionales.

Pero hasta la inflación remite al esfuerzo hecho por industrializar. Porque, en buena medida, es la reacción de los sectores concentrados a las políticas que aplicó el gobierno para no re-primarizar la economía, apoyando fuertemente a la industria y a la creación de millones de empleos. Que el salario medio de Argentina sea superior al de casi todos los países de América Latina no es casual: se explica por el poder recobrado aquí por los sindicatos por el bajo desempleo, y por la fuerza de las paritarias. Pero, claro, la puja distributiva es a los trompazos inflacionarios.

Hace muchas décadas escuché a un conocido sociólogo decir que Argentina es un país con industrias, no un país industrial. Y lo explicaba diciendo que los industriales no reinvierten sus ganancias en industria sino en campos, y en aquel momento la fuga de divisas aún no tenía el tamaño monstruoso de hoy.

Así, cuando nos va bien y el consumo alcanza topes, nos empieza a ir mal.

Pero, con este escenario, en las tensiones que se vienen sufriendo este verano sólo hay dos grandes actores: de un lado, las corporaciones y, del otro, el gobierno popular. No hay nada más, excepto el oligopolio mediático y sus amigos. Los partidos de la oposición no figuran: no levantan demasiado la voz para cuestionar al gobierno, pero tampoco para apoyarlo ante la ofensiva cambiaria. Probablemente, apuestan a un eventual futuro en el cual las corporaciones no les bajen el pulgar como alternativa de gobierno.

Y el sindicalismo, al cual el gobierno empoderó notablemente en la década, aparece dividido y algunos tirando besitos a los ajustadores. Hace falta que adviertan los riesgos de soltar la mano a esta política que los incluye, y también hace falta que el gobierno siga pareciéndose a sí mismo, pero redoble el esfuerzo en una política para ganar aliados porque en esta película hay muchos actores que andan por ahí sin letra.

*Periodista

miércoles, 19 de marzo de 2014

América Latina: una derecha envalentonada y agresiva

Rafael Cuevas Molina*  http://www.surysur.net/2014/03/america-latina-una-derecha-envalentonada-y-agresiva/#more-45189

No es el momento de discutir si tal o cual país adelanta suficientemente o no en las reformas sociales que son necesarias. Se trata de cerrar filas para evitar que avance esta derecha que solo cree en la democracia del diente al labio, es decir, cuando le sirve de estratagema para mantener sus privilegios.

La derecha latinoamericana pasó a la ofensiva desde que se gestó el golpe de estado en Honduras. Antes, especialmente desde la Cumbre de Mar del Plata en 2005, había asistido desconcertada al avance de las posiciones progresistas y de izquierda, que tenían una agenda propositiva que prometía no solo adelantar cambios importantes en varios países, tratando de dejar atrás los años de aplicación del modelo neoliberal, sino también lograban articularse continentalmente a través de organismos creados para promover la colaboración y el entendimiento entre los latinoamericanos.

En este nuevo proceso que tiene a la derecha latinoamericana a la ofensiva, hay patrones comunes de su comportamiento político que se reproducen sistemáticamente en cada uno de los países en donde logra tener protagonismo. Se advierte que esos patrones de comportamiento político no se manifiestan, sin embargo, solamente en nuestro continente.

Se pueden apreciar claramente en los recientes sucesos en Ucrania, por ejemplo, en donde el guion de la desestabilización se repite de forma tal que cualquier observador que siga los acontecimientos en ese país, por poco atento que sea, podría predecir los pasos que dará la oposición próximamente en Venezuela.

Solo las condiciones concretas de cada país hacen que este guion sufra variaciones. El papel geoestratégico que juega Venezuela, por ejemplo, con sus gigantescas reservas petroleras, y el que tiene Ucrania, en medio de los intereses de Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos por su posición en el corazón de Europa, produce esas variaciones.

Pero solamente son diferencias que buscan hacer más efectivas las estrategias generales que emanan del guion común, fraguado según indicaciones del golpe suave, es decir, no incruento e inmediato, como al que nos tenían acostumbrados los militares en América Latina en el siglo pasado.

Ahora, se echa mano de una serie de estrategias desestabilizadoras que ya han venido siendo ensayadas, en América Latina, desde el lejano 1973, cuando se fraguó el derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular, con Salvador Allende como presidente, en Chile.

En estos días hemos podido acceder a ejemplos, como de manual, de cómo funciona esta estrategia desestabilizadora en América Latina. Los podemos encontrar tanto en lo que está sucediendo en Venezuela como en El Salvador.

En cada uno de estos países, en Venezuela primero y ahora en El Salvador, la derecha se niega a reconocer la legitimidad de elecciones en las cuales han participado, en ambos casos para presidente y representantes al congreso.

En ambos casos, observadores internacionales, que participan abierta y masivamente, elogian los procesos electorales y, por ende, certifican su transparencia y buena organización, pero la derecha denuncia fraudes de los que nunca pueden aportar pruebas concretas y, con lenguaje belicoso, llama a desconocer los resultados y anuncian una “batalla” para sacar del poder a quienes han sido elegidos.

En El Salvador, Norman Quijano, candidato del partido de derecha ARENA, en discurso pronunciado la misma noche de las elecciones, llamó a la guerra a sus partidarios, lo cual es algo muy grave en un país que la sufrió efectivamente durante varios años, y le envió un mensaje a los militares insinuándoles la posibilidad que dieran un golpe de estado. Luego, una vez anunciados los resultados finales de las elecciones, que dan como ganador al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), piden anular las elecciones. El siguiente paso será, siguiendo el guion establecido de antemano, desconocer al gobierno electo, e iniciar un proceso de desestabilización, a través de la protesta violenta, para derrocar a al gobierno, al que calificarán de dictadura.

Todos estos actos y acontecimientos son acompañados, siempre, por una cobertura mediática inusual, en el que CNN juega un papel central, aunque la estrategia referente a los medios de comunicación no se reduce a ella.

Este guión ha sido pensado y escrito en un espacio político en el que se tiene una visión global del mundo, en el que las derechas vernáculas, cortas de vista, tienen poco que decir, pero son las ejecutoras in situ. Este guion ha sido pensado en los Estados Unidos y se aplica, como un programa político en cada lugar en donde pueden hacerlo.

Ellos mismos tienen un papel relevante que jugar tanto como propiciadores del derrocamiento de los gobiernos electos, como de “legitimadores”, una vez que han logrado poner a la cabeza del gobierno respectivo a sus incondicionales.

En este sentido, la administración Obama, a través de sus estrategias del soft power y el smart power (“poder blando” y “poder inteligente”), han sabido impulsar de manera mucho efectiva los intereses norteamericanos que su predecesor George W. Busch, lo cual, por cierto, no descarta tampoco que cuando lo consideren necesario, golpeen la mesa.

Esta es la dinámica central de los acontecimientos políticos que sacuden hoy a nuestro continente. No es el momento de discutir si tal o cual país adelanta suficientemente o no en las reformas sociales que son necesarias. Se trata de cerrar filas para evitar que avance esta derecha que solo cree en la democracia del diente al labio, es decir, cuando le sirve de estratagema para mantener sus privilegios.

*Presidente AUNA-Costa Rica

viernes, 14 de marzo de 2014

'Revoluciones exportadas': EE.UU. y su papel rector en los golpes de Estado


http://www.rinacional.com.ar/rin25/index.php/en/especial/item/9691-revoluciones-exportadas-ee-uu-y-su-papel-rector-en-los-golpes-de-estado

'Revoluciones exportadas': EE.UU. y su papel rector en los golpes de Estado

Llama la atención la similitud que guardan las revoluciones organizadas en América Latina, los países árabes y ahora Ucrania. En el programa de RT 'Revoluciones exportadas' Jelena Milincic expone pruebas y argumentos sobre la involucración de EE.UU.

"¿Por qué nunca habrá un golpe de Estado en Estados Unidos? Porque en Washington no hay ninguna embajada de EE.UU.". Este viejo chiste lo repiten a menudo los actuales líderes latinoamericanos, pero en verdad sigue estando muy de actualidad. En las últimas décadas así lo han podido comprobar muchos países: Irán (1953), Guatemala (1954), Vietnam del Sur (1963), Grecia (1967) y Chile (1973) son solo algunos ejemplos. Existen pruebas fundadas de que la embajada de EE.UU. estuvo directamente involucrada en esas revoluciones.

Entre las organizaciones que ayudan a organizar esas revueltas destaca ante todo la USAID, con cuya participación se llevó a cabo, por ejemplo, la preparación del golpe de Estado en Honduras en junio de 2009. Numerosas pruebas relacionan a la USAID con la organización de 'las revoluciones de color' y los golpes de estado en los países del Hemisferio Occidental. Principalmente se trata de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Otro grupo que está detrás de numerosas revoluciones es el serbio Otpor (Resistencia) que organizó su primera revolución en Serbia en el año 2000 contra Slobodan Milosevic y luego por todo el mundo.

En Venezuela

Según WikiLeaks, Canvas (el nuevo movimiento Otpor) dedicó muchos esfuerzos a desestabilizar y derribar al régimen de Hugo Chávez en Venezuela. Por otro lado, en ese país las actividades de la USAID no tienen ninguna base legal ya que existe ningún acuerdo intergubernamental. Sin embargo, desde 2002 (tras el fracaso del golpe de Estado de abril) el personal de la agencia se movilizó con el apoyo de la Embajada de EE.UU y se mostró más activo. Los activistas de la oposición recibieron al menos 70 millones de dólares a través de distintas fuentes de financiación destinados al apoyo de los candidatos antichavistas, a la intensificación de la crisis política, la movilización de la sociedad civil y la formación de un nuevo liderazgo democrático.

En Bolivia

La USAID fue la primera organización que invirtió en descentralización y en los partidos opositores en Bolivia con más de 97 millones de dólares, buscando de esa forma fomentar el separatismo, apoyar a los partidos de oposición, así como la infiltración en la comunidad indígena. En octubre de 2006 EE.UU. nombró a su nuevo embajador en el país andino, Philip Goldberg, que había trabajado en el buró del departamento de EE.UU. en Bosnia como mano derecha de Richard Holbruk, que obligó a los serbios a firmar el acuerdo de Dayton.

En 2007 USAID repartió más de 13 millones de dólares a partidos, organizaciones y proyectos en Bolivia para fortalecer gobiernos regionales y desestabilizar de esa forma al gobierno central. En 2008 el alcalde de Santa Cruz invitó al Ejército del país a acabar con Morales. Sin embargo, los militares se mantuvieron leales al Gobierno. En abril de 2009 fue abatido en un hotel de Santa Cruz un grupo de terroristas procedentes de Europa cuyo principal objetivo era asesinar al presidente Evo Morales. Entre los partidarios de los terroristas se encontraban bolivianos que se mantenían en contacto con el personal de la USAID.

En Ecuador

Paralelamente a los acontecimientos en Bolivia, Ecuador era escenario de una lucha entre los autonomistas y el Gobierno. La oposición ecuatoriana recibió gran apoyo desde EE.UU. y de los movimientos derechistas de Europa Occidental y en agosto de 2008 EE.UU. nombró como nueva embajadora en Ecuador a Heather Hodges, que anteriormente estuvo destinada en Moldavia durante la organización de la revolución de colores en el país. Además, la USAID ha financiado la municipalidad opositora de Guayaquil, al igual que la propaganda de la 'autonomía regional' en los medios de comunicación. Sin embargo, esos intentos de los opositores de Rafael Correa no tuvieron éxito. En septiembre del 2008 casi el 64% votó por la nueva constitución.

En Ucrania

A la lista de los estados afectados por revoluciones importadas se puede añadir Ucrania. En diciembre de 2013, a su regreso de Maidán, la ayudante del Secretario norteamericano de Estado, Victoria Nuland, declaró en Washington: "Hemos invertido en la revolución de Maidán 5.000 millones de dólares", de los que 815 millones fueron justificados por el artículo sobre "financiación de la democracia y de los programas de intercambio". Más tarde trascendió que el Gobierno de Obama había gastado 184 millones de dólares en proyectos supuestamente relacionados con "el desarrollo de la sociedad civil y de los derechos humanos".

Además, la Agencia de Seguridad de Ucrania puso al descubierto un esquema de flujos financieros y de organización de disturbios en el centro de Kiev y en otras ciudades de Ucrania. Tras llevar a cabo una investigación se llegó a la conclusión de que el dinero se había transferido a la Embajada de EE.UU. en Kiev por vía diplomática. Por su parte, la Embajada de EE.UU. hacía la transferencia a las oficinas centrales de las organizaciones La Libertad y La Madre Patria. La cantidad ascendía a unos 20 millones de dólares a la semana.

En perspectiva

Algunos de los países mencionados se hallan inmersos en periodos postrevolucionarios, mientras que en otros se suceden protestas en la calle en medio de una misma sensación: que todos son vulnerables y que una nueva revuelta puede suceder en cualquier momento.

Cabe notar que en un futuro próximo cambiará el embajador estadounidense en Rusia. La lista de candidatos incluye a tres personas que ya han sido embajadores en Ucrania: John Tefft, Steven Pifer y Carlos Pascual. Otra persona que aspira a ese puesto es Rose Gottemoeller, una de las principales expertas en cuestiones de desarme y de seguridad nuclear. (RT)

miércoles, 12 de marzo de 2014

A propósito de Crimea

NESTOR NUÑEZ DORTA - http://www.cubahora.cu/del-mundo/a-proposito-de-crimea#.UyCFJW3jG2k 

El fenómeno de Crimea tiene características muy especiales que se suman al valor geoestratégico que la zona tiene para aquellos intereses que sueñan con cercar y aniquilar a Rusia y China...

Barack Obama se apresura en sus intenciones de lograr consenso internacional para que se condene al Kremlin; sus aliados europeos hablan de sanciones y  a la vez de crear “grupos de contacto” para alargar el tiempo de vida de las criaturas que con toda violencia impusieron en Kiev; y el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al tiempo que  pide una solución negociada entre todas las partes, no deja de mencionar el “respeto a la integridad territorial” de Ucrania, no importa la existencia en ese país de un neto gobierno de facto.

En pocas palabras, toda una armazón retórica (y abundantemente mediática, dicho sea de paso) cuya finalidad es restar validez a la decisión anunciada por las autoridades de la República Autónoma de Crimea de realizar un referendo este domingo 16 de marzo para decidir públicamente si ese territorio se aviene a la jurisdicción de Rusia, paso que Moscú admite como enteramente legítimo.

En consecuencia, para unos, los que auspiciaron el golpe de estado en Kiev contra el controvertido y desgastado gobierno legalmente electo, y ejecutaron su sustitución por un “equipo” bajo el control de grupos extremistas y xenófobos, todo marchaba viento en popa hasta que el tema de Crimea le estalló literalmente entre las manos.

Geopolíticamente la fiesta no cuaja. En la península del Mar Negro, donde históricamente ha radicado la flota militar rusa que opera en esas aguas con acceso a los no menos estratégicos mares Mediterráneo y Rojo, cerca de ochenta por ciento de los pobladores no desea seguir formando parte de una Ucrania en manos de la derecha pro occidental, y aspira a unirse territorialmente a Rusia, tal como era hasta el año 1954, cuando la región pasó a los fueros ucranianos en el contexto de la hoy desaparecida Unión Soviética, decisión que en 1992, por demás, fue objeto del desconocimiento  oficial por el ya entonces vigente parlamento ruso.

Asimismo, desde esa última fecha Crimea aprobó también su propia Constitución, derogada luego por Kiev, y dos años más tarde, en 1994, eligió un gobierno local proclive a restaurar la citada Carta Magna de 1992, y en el cual las tendencias pro rusas siempre han sido preponderantes como reflejo del sentir de la mayoría de los habitantes de la Península.

Todo este contexto, en consecuencia, brinda al fenómeno de Crimea características muy especiales que, desde luego, se suman al valor geoestratégico que la zona, junto al resto de Ucrania, tiene para aquellos intereses que sueñan con cercar y aniquilar a Rusia y China, identificadas como los dos grandes oponentes a sacar de juego para completar el sueño hegemonista imperial.

No se trata, por tanto, de un episodio ni siquiera parecido al aún fresco desmembramiento territorial que las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, lideradas por el Pentágono, ejecutaron sistemáticamente contra Yugoslavia; ni de la ocupación de Iraq que, luego de poner abrupto final a un entorno de convivencia de diferentes tendencias religiosas y tribales, devino bajo la presencia militar foránea en un verdadero caos de violencia interna. Y ambos casos, vale recordar, carentes de la “santificación” del máximo organismo internacional.

Tampoco en una posible unión de Crimea con Moscú es lícita la semejanza con la guerra en Afganistán o los trágicos conflictos libio o sirio, con implicación abierta y directa de los mecanismos bélicos de Occidente, desde el desembarco directo de tropas, hasta el uso de mercenarios y grupos terroristas, incluida la Al Qaeda del díscolo Osama Bin Laden, otro producto del injerencismo global norteamericano.

Y es que Crimea, reza la historia, pasó a formar parte de Rusia en el siglo dieciocho, justo en 1783, fecha en que Gran Bretaña debió reconocer finalmente la soberanía de las Trece Colonias norteamericanas, y apenas siete años después  de la declaración de independencia de los Estados Unidos, el 4 de julio de 1776.

Los lazos de Crimea con Moscú quedarían reafirmados con el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre de 1917 y la derrota, en 1921, a manos de los ejércitos bolcheviques, de los remanentes militares del imperio zarista, que apoyados por Alemania, Francia, Gran Bretaña, los Estados Unidos, Turquía y otras fuerzas anticomunistas, intentaron hacerse con el control sobre la Península.

La existencia de la Unión Soviética por más de siete décadas y su carácter multiétnico, forjaron además, y por encima de errores y extremismos, una fuerte identificación entre los pueblos que la integraron, lo que constituye una huella difícil de borrar para no pocos ciudadanos, mucho menos cuando de la noche a la mañana se intenta trastocar a viejos amigos en netos enemigos pretendidamente acérrimos e irreconciliables.

De manera que, y a muy grandes rasgos, esas son las premisas que subyacen en la actual situación surgida en torno a Crimea, y bien harían los grandes expansionistas y cercenadores de pueblos en no intentar desconocer las realidades históricas y, sobre todo, la voluntad mayoritaria de colectivos humanos que les son totalmente lejanos y ajenos, con más razón cuando sus contratiempos y angustias presentes les han sido impuestos por quienes ahora hablan de un respeto y una equidad que siempre han violado flagrantemente.

jueves, 6 de marzo de 2014

Otra vez, el mundo al revés

Miguel Guaglianone - http://suramericapress.com/?p=5527

Si bien deformar y distorsionar la realidad ha sido un sistema usado tradicionalmente a lo largo de la historia por la propaganda de guerra, probablemente hayan sido los nazis quienes lo convirtieron en una forma sistemática de capturar las mentes y las emociones de las grandes masas. Su propaganda (que fue siempre propaganda de guerra, aún antes de que la guerra comenzara) se basó en la tergiversación de los hechos, en la mentira sistemática, en el cambio de la perspectiva del mundo usando los medios masivos de comunicación (en ese momento fundamentalmente la radio y la prensa) y en la exacerbación del resentimiento y el odio, para imponer una seudorealidad adecuada a sus fines. El sistema se complementaba con adjudicar a sus adversarios los males y la violencia que los propios nazis producían (se culpaba a las víctimas de los males producidos por el victimario, se invertían los roles)

En 1949 George Orwell publicó la antiutopía llamada “1984”, en la que nos mostró una futura sociedad absolutamente tiránica y controladora. Una dirigencia secreta manejaba todos los aspectos de la vida de los ciudadanos (a través de la represión, el miedo, la alienación y los medios masivos de comunicación representados por una TV de doble vía que adoctrinaba y a la vez vigilaba cada movimiento de los individuos). Basándose en los hechos del nazifascismo, y previendo un derrotero aún peor para la Unión Soviética estalinista, la novela fue una denuncia feroz contra el totalitarismo. Uno de los recursos empleados por el sistema de alienación consistía en el uso de la neolengua, una forma de hablar que llamaba a lo negro, blanco y a lo blanco, negro. El protagonista trabajaba en el “Ministerio de la Verdad”, que se encargaba de alterar la realidad a través de la manipulación controlada de la información, según los intereses del Partido.

En la actualidad Eduardo Galeano en su libro Patas Arriba, La Escuela Del Mundo al Revés, nos mostró con fina ironía y con gran maestría literaria todos los aspectos contemporáneos de esa inversión de la realidad.

Pero aun conociendo todo esto desde hace mucho tiempo, se hace como imposible no desconcertarse e indignarse cuando este sistema se aplica hoy con total impunidad en pleno Siglo XXI, a través de la hegemonía de los medios corporativos de comunicación masiva y nos afecta directamente.

El turno de Venezuela

El 12 de febrero Venezuela festejó el Día de la Juventud, que conmemoraba en este caso el aniversario 200 de la batalla de La Victoria, una batalla de la Independencia que fuera ganada por los jóvenes tesistas universitarios al frente de José Félix Ribas, un héroe de la patria. Ese mismo día fue el elegido por la extrema derecha de oposición para comenzar un movimiento de calle contario al gobierno que bautizó como “La Salida”. En Caracas, además de una manifestación de unos dos mil estudiantes de las universidades privadas, entraron en acción comandos entrenados en agitación civil que destruyeron edificios públicos, atacaron a las fuerzas de vigilancia y comenzaron una serie de hechos de violencia que se han continuado en todo el país. Junto a otras manifestaciones aisladas de estudiantes, estas acciones son llevadas a cabo por grupos pequeños que provocan “guarimbas” (cierre de calles y avenidas incendiando neumáticos y basura), actos terroristas en instituciones y servicios del estado (quema de vehículos, destrozos de instalaciones, etc.), actuando cada vez más clandestinamente, desplazando sus acciones a las noches y madrugadas en la medida que las fuerzas policiales han ido deteniendo a los que actúan a la luz del día. Este ha sido el “estado de agitación” que viene viviendo Venezuela consistente en hechos puntuales de violencia, con el agravante que en el Estado fronterizo de Táchira los actos de violencia han tenido un más alto nivel, producidos por elementos paramilitares armados y apoyados por alcaldes electos de oposición y ha sido necesario enviar allí a las Fuerzas Armadas para garantizar la paz social.

La matriz mediática

Sin embargo, a pesar de que la normalidad haya sido lo usual en estos días en el país, la matriz mediática que ha salido al exterior creada por los medios privados, impuesta a través de la hegemonía comunicacional de las cadenas corporativas globales, es la de un país al borde de la guerra civil, en el cual la violencia imperante es masiva y es ejercida por el gobierno venezolano, que reprime ferozmente las protestas estudiantiles. Esta absurda perspectiva, que describe a un gobierno suicida que no solo mata a sus propios militantes (la mayor parte de los muertos hasta la fecha han sido partidarios del gobierno bolivariano), que destroza sus propios edificios, equipamiento y servicios, e intenta desestabilizarse a sí mismo, es a pesar de todo la que ha llegado a constituir la “verdad informativa” de lo que sucede hoy en Venezuela, en casi todo el mundo.

Claro que para sustentar esta matriz de “realidad virtual” en los medios, hay que apoyarla con imágenes, y como estas imágenes no existen ha sido necesario difundir a nivel internacional las más burdas falsificaciones, atribuyendo al acontecer venezolano fotografías de sucesos de fechas anteriores, en lugares como Chile, Bulgaria, Siria, Grecia y otras locaciones más exóticas (incluidas algunas tan insólitas como supuestos policías tropicales venezolanos reprimiendo, vestidos con trajes y mitones de extremo invierno), así como la difusión de videos antiguos (dónde por ejemplo aparece la desaparecida Policía Metropolitana reprimiendo a manifestantes).

Lo más grave es la impunidad que disfruta esa hegemonía comunicacional que abarca las más grandes cadenas de TV (entre otras CNN, Fox, RTE, RTF, DW) y los periódicos de mayor circulación en todo el mundo, una impunidad tan absoluta que les permite imponer a nivel global una “realidad” absolutamente opuesta a los hechos, utilizando los más groseros medios de manipulación.

Y esa matriz creada no es fija, sino que va adaptándose a las circunstancias. En los primeros días de violencia programada ninguno de los grandes medios se permitió una comparación de los sucesos en Venezuela con los que simultáneamente venían dándose en Ucrania, ya que podía quedar al descubierto que se estaba utilizando en ambos países del mismo libreto de desestabilización que vienen usando desde fines de la Segunda Guerra Mundial los poderes centrales. Pero bastó que el gobierno de Viktor Yanukovich, presionado directamente por los cancilleres presentes en Kiev de la Unión Europea, anunciara un llamado a elecciones anticipadas, para que desde ese momento fuera inevitable para los medios corporativos la comparación de Venezuela con Ucrania. Una comparación que ha venido arreciando en la medida que Yanukovich fuera destituido por un “golpe suave” realizado por su congreso, luego que un número importante de sus propios diputados cambiara de bando y apoyara su destitución y que haya asaltado el poder un gobierno de la oposición asociada con la extrema derecha.

Ahora se trata de implantar en las mentes de la gente que la caída del gobierno venezolano es tan inevitable como fue la del de Ucrania, sin por supuesto tener en cuenta que, a pesar de haber utilizado el mismo guión de desestabilización, se trata de dos sociedades muy diferentes, donde los factores políticos y sociales operantes son otros y que los resultados (y la realidad “real” así lo mostrará) van a ser muy diferentes.

El fin de la racionalidad y el sentido común

Roberto Hernández Montoya, con el fino humor que lo caracteriza dijo una vez que “… en Venezuela ser de oposición embrutece”. Mucho más que un chascarrillo, la frase está definiendo una verdad desconcertante con la que nos encontramos cotidianamente. Gente educada, estudiada, leída y en general con sentido común, se comporta y opina de una forma absolutamente irreal e irracional en lo que se refiere a la situación política. Este fenómeno viene siendo cada vez más generalizado en Venezuela desde 1998 y no es una casualidad.

Las acciones individuales de los seres humanos según algunos sociólogos, están orientadas por tres factores fundamentales, nuestro yo personal, nuestro conocimiento del mundo y nuestro sentido del entorno (el alter). Cuando esos factores están equilibrados es cuando nuestras acciones responden más coherentemente a la realidad. Pero cuando nos conducimos como en este caso, guiados exclusivamente por nuestro sistema emocional, nuestras acciones se despegan fácilmente de los hechos reales.

Durante varios años la oposición venezolana ha sido bombardeada a través de los medios de comunicación y sus instituciones políticas por una incitación permanente al miedo y al odio, que ha germinado fácilmente en un terreno ya abonado por prejuicios, racismo y desprecio de clase. El odio es una emoción absolutamente negativa que nubla el entendimiento. Dicen los expertos que la mejor preparación para la guerra está en formar a un combatiente que sea capaz de no ser dirigido por el odio al enemigo, sino por la convicción de la justicia de su lucha, ya que el odio conduce sistemáticamente a buscar solo la destrucción del enemigo, y las batallas y las guerras (leer el Sun Tzu) se ganan realmente cuando se es capaz de entender al enemigo y cuando se logra el menor ejercicio de la violencia. Así es explicable como estas emociones presentes son capaces de violentar todo tipo de sindéresis o racionalidad, generar acciones amorales y hacer perfectamente creíble y posible el mundo al revés.

Esto funciona así a tal punto, que alguien que nos es muy querido (que se jugó la vida en las manifestaciones a finales de los 60) y que hoy está frontalmente opuesto al gobierno bolivariano, llega a escribirnos reivindicando las “protestas estudiantiles” hasta compararlas con aquellas luchas, y diciéndonos: “Los estudiantes en la historia del mundo son LA CONCIENCIA DE LOS PUEBLOS”. Increíble tal ceguera en una persona cuya inteligencia, experiencia y sentido común siempre respetamos. En su visión aparece con toda naturalidad una doble confusión:

1) Supone que estos estudiantes son el futuro y pelean por la patria. Al respecto, escribimos en el 2009 : “Este es un movimiento estudiantil que: a) Defiende al status quo (manifiesta a su favor) b) No es masivo sino de elites (está constituido en su mayoría por los estudiantes privilegiados de las universidades privadas) c) Tiene amplio apoyo de los medios (da hasta conferencias de prensa) e) Sus dirigentes sufren de ‘pobreza ideológica’ (sus reivindicaciones son balbuceantes apelaciones a conceptos vacíos o jingles infantiles producidos por Agencias de publicidad) e) No están dispuestos a ser tocados ni por el pétalo de una rosa (basta que las autoridades digan que se usará gas lacrimógeno, para que vociferen -por anticipado- por sus derechos humanos)…¡Qué lejos están de aquellos que tomábamos en la década de los 60 las calles para enfrentar al sistema dominante, sabiendo que arriesgábamos la vida cada vez que salíamos a manifestar! … Los que fuimos protagonistas en 1968 de un movimiento universal (el primer síntoma de un mundo interdependiente) que hizo temblar y estremecerse a gobiernos y sistemas. La indignación que todo esto produce es moderada al recurrir al análisis y percibir como este “movimiento estudiantil” es sólo un producto de laboratorio… Su forma de actuar y hasta su simbología (las manos blancas) fueron programadas en algún think-tank para ser un factor de desestabilización. Este ‘movimiento estudiantil’ fue usado por primera vez en Ucrania, siendo uno de los factores de la ‘revolución naranja’ promovida por los servicios de inteligencia occidentales, que derrocó un gobierno surgido de elecciones… y este mismo ‘movimiento estudiantil’ sigue siendo una herramienta más en la creación de las nuevas ‘revoluciones de colores’ promovidas por el poder hegemónico para derrocar a gobiernos progresistas que no respondan a sus intereses.”

2) Cree honestamente en la matriz de realidad virtual creada por los medios y las redes sociales de que la violencia surgida en Venezuela es un producto de la “represión del gobierno a las manifestaciones de estos estudiantes”, aceptando sin dudar en absoluto la “verdad” de la manipulación mediática.

La hegemonía del mundo al revés

Hasta aquí estamos llegando (y sospechamos que este es un síntoma más de la desintegración de nuestra cultura). Ya estamos mucho más allá de la pérdida de valores que los movimientos revolucionarios y las vanguardias artísticas denunciaban a principios del Siglo XX. Hemos arribado a la instauración de los antivalores y la realidad virtual como la forma de vida aceptada. El lenguaje y los métodos usados por el fascismo para la manipulación de las masas han llegado a generalizarse a nivel global, disfrazándose de cotidianeidad, de naturalidad, y aparentemente todos quedan felices así.

Claro que, como dijo Fito Páez, “¿Quién dijo que todo está perdido?”

Del otro lado del “mundo al revés” está la gente, los movimientos sociales que vienen desde abajo buscando su lugar en la historia, los excluidos, los contestatarios, los que nada tienen que perder y todos aquellos que creemos que el mundo para nuestros hijos y nuestros nietos puede y debe ser mejor, y que vale la pena luchar por él. La hegemonía de los medios de comunicación podrá todavía dominar la mente de los estratos medios (tanto en los países centrales como en la periferia), pero cada día es más poderoso y numeroso el sector de los que descreen de esos medios, los que no se dejan manipular ni alienar por ellos y que buscan sus propias verdades en la realidad de los hechos.

En estos términos es que está planteada esta verdadera Guerra de Cuarta Generación que nos han impuesto. Pero David va a vencer a Goliat y a la larga (siempre es a la larga) la vamos a ganar.

domingo, 2 de marzo de 2014

Ellos y nosotros: Hacia la hegemonía posneoliberal

Emir Sader* - http://www.surysur.net/2014/03/ellos-y-nosotros-hacia-la-hegemonia-posneoliberal/#more-44907

inclusion-social

El movimiento de gobiernos progresistas en América Latina vino para superar y dar vuelta a la página del neoliberalismo. Tuvieron un comienzo en que se fueron sucediendo, conforme fueron fracasando los gobiernos neoliberales. Han atacado los puntos más débiles del neoliberalismo: la desigualdad social, la centralidad del mercado, los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. La derecha de cada país y Washington, perdieron capacidad de iniciativa.

¿Qué iban a decir sobre políticas sociales que disminuyen la desigualdad, la pobreza, la miseria y la exclusión social, producidos por sus gobiernos a lo largo de tanto tiempo? ¿Qué podrían argumentar en contra de la acción del Estado para resistir a la recesión producida en el centro del capitalismo? ¿Cómo garantizar derechos sociales y desarrollo económico, sino impulsados desde el Estado, todavía más en época de recesión? ¿Qué argumentos podrían tener en contra de la intensificación del comercio con China y del comercio regional, dos sectores dinámicos en una economía mundial recesiva? ¿Qué pueden argumentar en contra de la extensión del mercado interno de consumo popular, que amplía el acceso de la gente a bienes fundamentales de consumo, a la vez que abre espacio de realización para la producción nacional?

Las derechas latinoamericanas, donde se han instalado gobiernos progresistas, han quedado reducidas a la inacción, a la oposición sin alternativas. Basta con decir que en los países en que se han aprovechado de gobiernos todavía débiles, para recuperar el poder- como en Honduras y Paraguay -, aun ahí lo han hecho por la vía de golpes blandos, hiriendo la misma institucionalidad construida por ellos.

Pero un revés de esa dimensión, propiciado por tantos gobiernos progresistas a la vez en América Latina, aislando como nunca a los Estados Unidos, no podría dejar de tener contraofensivas de parte de las derechas locales y de Washington. Las primeras reacciones fueron netamente golpistas, como el intento del 2002 en Venezuela, que fue el ejemplo más expresivo y que cerró el período de intentos golpistas de viejo estilo.

Enseguida vinieron otros intentos, más diversificados. Una modalidad que se repite siempre es el intento de tildar a los gobiernos de “corruptos”, que se asocia a la idea de que los partidos de izquierda se apropian del Estado para sus fines y de que toda fuente de corrupción viene del Estado. La ofensiva en contra del gobierno de Lula en 2005 es el mejor ejemplo de esta modalidad.

En Bolivia la derecha retomó la iniciativa teniendo como tema la reivindicación de la autonomía de provincias en contra del gobierno central de Evo Morales. Posteriormente, el tema ecológico fue utilizado por la oposición para apoyar a marchas en contra del gobierno.

En Argentina, la ofensiva del 2007 en contra del gobierno de Cristina Kirchner se centró en la elevación de impuestos –otro tema permanente de la derecha- a la exportación de la soya. Posteriormente, temas vinculados a la inflación y al desabastecimiento – al igual de lo que actualmente sucede en Venezuela – son los centros de las campañas opositoras.

La cuestión de la violencia y la seguridad pública es regularmente utilizada por los sectores conservadores en la perspectiva de sembrar pánico en la población y de demandar siempre actuaciones más duras –en lo policial y en lo penal– de los gobiernos y de los Estados.

El listado podría ser más largo y debiera ser, especialmente más detallado. Sin embargo nos basta para que podamos, en primer lugar, constatar que lo que la CEPAL llamara, en su momento, un período “fácil” de acumulación, ya fue superado. Las derechas se recomponen y contando con Estados Unidos, buscan recuperar la iniciativa. No tienen propuestas alternativas de gobierno, oscilan entre afirmar que harán lo mismo, pero “mejor”, o proponen formas distintas de retroceso a políticas neoliberales, de lo cual las oposiciones brasileñas son el ejemplo más claro, reivindicando el equipo económico del gobierno de Cardoso.unasur presidentes

Lo que es cierto es que hoy los gobiernos posneoliberales han logrado un gran apoyo popular, centralmente por sus políticas sociales, determinantes en el continente más desigual del mundo. Los discursos políticos logran ciertos grados de consolidación de esos apoyos – lo que significa hegemonía -, pero cuando hay fallas en las políticas sociales, directamente por problemas en las áreas correspondientes o, indirectamente, por ejemplo, cuando procesos inflacionarios quitan capacidad de compra de los salarios, se pierden apoyos de la población.

Las políticas sociales, por esenciales que sean, permiten formas de consenso pasivo. De ahí las sucesivas victorias electorales, aun en medio de los monopolios privados de los medios de comunicación. Pero el paso de los consensos pasivos – aquellos en que, consultadas, las personas se pronuncian a favor de los gobiernos, por sus políticas de carácter popular – a consensos activos, en los que la gente dispone de argumentos a favor de esas políticas, de valores correspondientes a las formas de vida solidarias, y se dispone a organizarse y a movilizarse en su defensa, requiere estrategias específicas, de construcción de hegemonías alternativas.

Esos análisis tienen que tomar en cuenta el marco general de la hegemonía conservadora, incluyendo las formas de vida y de consumo exportadas por Estados Unidos y asumidas por amplias capas de la población, el monopolio de los medios de comunicación y los otros factores que componen el período histórico que vivimos en América Latina.

Hay que denunciar siempre las maniobras de la derecha y de su gran aliado, el gobierno de los Estados Unidos, pero hay que tener conciencia que, cuando logran retomar iniciativa y logran imponer reveses a las fuerzas progresistas, es porque han encontrado errores de esas fuerzas. Es hora de un balance de las trayectorias recorridas por esos gobiernos, desde el triunfo de Hugo Chávez en 1998, pasando por todos los avances y los tropiezos desde entonces, en la perspectiva de la formulación consiente de estrategias de hegemonía pos neoliberales, tomando en cuenta las fuerzas propias y las de los adversarios, así como nuestros objetivos estratégicos.

Ellos siempre actuarán conforme a sus intereses y objetivos. Nos toca tener claros los nuestros, hacer balances constantes y actuar de forma coordinada en la perspectiva de nuestros objetivos.

*Sociólogo y cientista político brasileño, es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas da Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj). Difundido por ALAI