viernes, 1 de agosto de 2014

¡Caña con ruda y feminismos de Nuestra América!

¡Caña con ruda y feminismos de Nuestra América!

Laura Salomé Canteros
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El 1 de agosto, día de la Pachamama, es una jornada de ofrenda a la Tierra para que nos siga dando lo necesario. La Pacha, como sus mujeres y sus feminismos, en resistencia frente a las opresiones y manifestaciones hegemónicas.   

El Día de la Pachamama es un día de agradecimiento en el que se realizan diferentes actos donde se le da a la Madre Tierra distintos tipos de ofrendas –comidas, bebidas y hojas de coca- para que Ella nos siga dando todo lo que necesitamos. Cada primero de agosto, cuando el invierno comienza a dejarle paso a la primavera, cuando se da inicio a la siembra y a la cosecha, se realiza el rito de tomar caña con ruda, ya que dicen, esto protege contra el mal de ojo y la mala suerte para todo el año.

La Pachamama, o Madre Tierra, es la diosa femenina de la tierra y la fertilidad, una divinidad agrícola benigna concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos. En la tradición incaica es la deidad de la agricultura comunal, la más popular de las creencias que aún sobrevive con fuerza en las provincias del noroeste argentino.

Pero no solo las manifestaciones de agradecimiento se heredan. También las luchas y las resistencias de cinco siglos de discriminación, invisibilización, violencia y represión hacia las naciones originarias de Nuestra América. La Tierra amenazada, las mujeres violentadas; la Pacha arrasada, hoy desierta y transgénica; las tradiciones feministas comunitarias olvidadas; un capitalismo neoliberal foráneo, impiadoso, individualista y represivo; y el colonialismo religioso que condena a las luchadoras a vivir una eterna resistencia para la liberación de sus cuerpos. Un heteropatriarcado rabioso, controlador de los saberes, de las expresiones, de los sentires y los deseos. Una academia silenciosa que poco nos enseña a alejarnos de las teorías y las praxis de quienes dominan y no quieren perder sus privilegios; una Pacha ansiosa, que espera recuperar tanta paz, tanto amor y tanta libertad perdidas.    

Feminismos desde Abya Yala

Como relata Francesa Gargallo en el prólogo de su libro Feminismos desde Abya Yala, leer, editar y publicar los diálogos que tuvo durante un viaje extenso con diferentes mujeres representativas de los pensares y los sentires de naciones nuestroamericanas, la acercaron a “los feminismos”; este libro “ratificó la urgencia de denunciar la discriminación implícita en los modos de categorizar, definir y demarcar la importancia de una idea o una acción que aprendimos en nuestras universidades, muchas veces públicas, cuando no progresistas. Así como la obligación de reconocer la producción de ideas políticas de liberación de las mujeres”.

Atenta a los procesos de invisibilización de las culturas, Gargallo dice que “como feminista, el otro es alguien que me interesa porque es yo y es nosotras”, diciendo que “las mujeres de Abya Yala –o Nuestra América- construyen modernidades alternativas al colonialismo europeo y la victimización de las colonizadas a la que las relegan las feministas blancas. Sus feminismos, (…), tejen respuestas a los patriarcados que no son necesariamente individualistas, donde lo colectivo y lo personal no se disocian”.

La liberación de la Madre Tierra    

Uno de los relatos que recupera Gargallo es el de Aida Quilcue, integrante del Consejo Regional Indígena del Cauca, Colombia, quien expresa que “la Madre Tierra es la mujer de origen. Concebida como mujer, la Madre Tierra contiene la integralidad del Universo. Por ella, la mujer es considerada origen de la vida y transmisora del conocimiento, la que ha preservado todas las prácticas culturales, haciendo que perviva el pueblo nasa”. Relata la dirigente que “de los 102 pueblos de Colombia, 35 (se encuentran) en vías de extinción porque quedan una o dos personas, (allí) el papel de las mujeres ha sido fundamental en la orientación de los procesos organizativos y en la resistencia civil por medio de la espiritualidad propia”.

Para Quilcue una de las estrategias más utilizadas para reducir a los pueblos “fue la invasión ideológica cuya herramienta fue la religión católica, donde los sacerdotes decían que la mujer debe someterse al hombre, creando el machismo como ideología impuesta. Este machismo rompe (…) con nuestra espiritualidad que los curas denunciaron como brujería cuando descalificaron a las mujeres”. Insta a las mujeres a recuperar “nuestro papel en la espiritualidad y por lo tanto en la medicina y la salud propia” y denuncia a los estados y a las religiones diciendo que “cuando un pueblo indígena reivindica sus derechos es terrorista”.

“La liberación de la Madre Tierra es la base de la Ley de Origen. Esta significa también la liberación de las mujeres, que están en riesgo por los actos violatorios de las transnacionales (…) protegernos como mujeres es proteger a la Madre Tierra, proteger la vida, garantizar la permanencia como pueblos milenarios con la orientación de nuestras autoridades espirituales y autoridades terrenales. Nos corresponde hoy a las mujeres salvar la tierra. Tenemos esa gran responsabilidad, no podemos aceptar ser marginadas”.

Ser aymara, feminista y lesbiana   

Julieta Paredes es una feminista autónoma y comunitaria; boliviana, aymara y lesbiana. Según Gargallo, su testimonio es fundamental dentro de las experiencias de organización política nuestroamericana ya que sostiene desde el trabajo de las asambleas indígenas que la mitad de todos los pueblos son mujeres y que los cuerpos son elementos de identidad y de afirmación política. “El solo hecho de pensarme como una mujer aymara de barrio, calladita y sumisa a lo que diga mi entorno, lesbiana que a diario tendría que ocultar mi deseo y amor por las mujeres, sería un suplicio. El feminismo le dio a mi vida y mi pensamiento alas de cóndor y cimas de montañas, elementos desde donde miro mi tiempo, mi pueblo, mi historia”.

Paredes forma parte de una corriente de feministas que no se rinde ante hegemonías que muchas veces se pretenden blancas y eurocentristas, “si el feminismo fuera una palabra que solo tuviera significado para las mujeres en el norte, y si feminismo fuera una acción inventada por ellas, entonces Mujeres Creando, creo yo, no sería feminista. Seguiríamos la raíz de la lucha de las mujeres de nuestras tierras, que sin duda daría también hermosos frutos de conceptualizaciones y prácticas por la vida”. Y concluye “el feminismo no es una teoría más, es una teoría, una concepción, una cosmovisión, una filosofía, una política, que nace desde las mujeres más rebeldes ante el patriarcado (…). La base de existencia de la que viene el feminismo son las mujeres pensándonos y sintiéndonos a nosotras mismas y pensando y sintiendo a los otros, a las otras, y a naturaleza también”.  



Desde abajo y a la izquierda   

Por su parte, para la antropóloga e historiadora mejicana Sylvia Marcos, renombrada por Francesca Gargallo en Feminismos…, la marginalización en las escuelas, en el conjunto de la sociedad y aun en los movimientos de mujeres de la presencia indígena forma parte de un proceso de invisibilización que responde a una necesidad de obviar las alternativas al saber que avala el statu quo heredado de la colonia. Considera que para que esto cambia se debe comenzar por cuestionar la centralidad de Occidente para el feminismo nuestro americano, “el capitalismo, especialmente en su vertiente neoliberal que absolutiza el libre mercado y requiere la explotación voraz de la naturaleza sin controles ni regulaciones constituye otro frente en que las demandas feministas deben de enmarcarse. Hasta el levantamiento zapatista en enero de 1994, las demandas  referentes a derechos de los pueblos indios y las críticas a su situación de explotación y marginación estuvieron virtualmente ausentes de los movimientos sociales mejicanos, por lo que la discriminación y el racismo han sido integrados al contexto socio- cultural y económico del país”.

Por eso, “rescatar la tradición intelectual feminista, desde ´abajo y a la izquierda´, implica mucho más que elaborar un análisis feminista utilizando las referencias y criterios epistemológicos establecidos. Se requiere de una epistemología feminista descolonizada”.  

miércoles, 30 de julio de 2014

Israel, Palestina: Cómo empezó todo

Olga Rodríguez - http://www.eldiario.es/zonacritica/Israel-Palestina-empezo_6_284231595.html 

“Si eres neutral ante situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor” (Desmond Tutu)

Cómo empezó todo, preguntan algunos estos días. Esto, lo que está ocurriendo en Gaza, se inició hace mucho tiempo. Comenzó con los pogromos, las persecuciones racistas de judíos primero en Rusia, después en Europa. Comenzó con el antisemitismo europeo, con el nazismo, con el genocidio contra los judíos y con la posterior decisión de Europa, motivada por la culpa de lo ocurrido, de apoyar y fomentar el sionismo -surgido en el siglo XIX- y la masiva emigración judía a Palestina.

Comenzó cuando el protectorado británico de Palestina miraba hacia otro lado mientras los judíos se organizaban en bandas armadas que cometieron atentados terroristas, matando a gente, contra objetivos británicos y árabes.

En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y culpa europea del horror contra los judíos, aprobó un plan de partición que asignó el 54% de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía (llegada la mayoría tras el Holocausto) y el resto, a los palestinos. Jerusalén quedaba como enclave internacional.

En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías clandestinas -escribo judías porque así se autodenominaban, y aún no se había declarado la independencia de Israel- elaboraron el Plan Dalet , cuyo fin era, entre otras cosas, hacerse con el control de la vía que unía Jerusalén con Tel Aviv, una zona que no figuraba como futuro territorio israelí en el plan de partición de la ONU. De ese modo expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. Es decir, ya hubo entonces un plan de limpieza étnica.

Después, cuando los países árabes vecinos declararon la guerra a Israel tras su nacimiento en mayo de 1948, las fuerzas armadas israelíes aprovecharon para ocupar más tierras y expulsar a cientos de miles de palestinos. De ese modo Israel pasó a tener un 78% del territorio (posteriormente, en 1967 Israel ocuparía el 22% restante: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este).

Tras la guerra del 48, muchos palestinos intentaron regresar a sus casas, pero las tropas israelíes se lo impidieron, a pesar de que en diciembre de 1948 Naciones Unidas aprobó la resolución 194, incumplida hasta hoy, confirmada en repetidas ocasiones y ratificada en la resolución 3236 de 1974, que establecía el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares o a recibir indemnizaciones.

Solo pudieron permanecer dentro de Israel, en muchos casos como desplazados, unos 150.000 palestinos, el 15% de la población, que en 1952 accedieron a la ciudadanía. Son los llamados árabes israelíes.

Gaza

Gran parte de los palestinos de Gaza son refugiados, expulsados o descendientes de los expulsados en 1948 a través de lo que constituyó, según historiadores israelíes como Ilan Pappé, una limpieza étnica, con el objetivo de levantar un Estado de mayoría judía. Incluso el historiador israelí sionista Benny Morris, ha escrito que “con la suficiente perspectiva resulta evidente que lo que se produjo en Palestina en 1948 fue una suerte de limpieza étnica perpetrada por los judíos en las zonas árabes”.

Los palestinos de Gaza viven hacinados, castigados, limitados. Israel controla qué productos y personas acceden a la Franja y prohíbe la entrada de materiales fundamentales. Practica un castigo colectivo.

Esto, lo que está pasando en Gaza, se inició hace 66 años, cuando se optó por una concepción de Israel como un Estado judío con mayoría judía. Para mantener esa mayoría Israel practica la ocupación, aparta y discrimina a los palestinos y, de vez en cuando, lleva a cabo operaciones militares que matan a cientos o miles y provocan el desplazamiento de miles más.

Para mantener la mayoría judía...

El Estado israelí, para ser fiel a su autodefinición -Estado judío- excluye el concepto de ciudadanía universal. Si aceptara como ciudadanos a los palestinos de Gaza y Cisjordania -territorios que controla u ocupa- su concepción como Estado judío estaría en peligro, ya que la población judía dejaría de ser la mayoritaria.

La elevada natalidad entre los palestinos es una de las preocupaciones principales de Israel. Lo llaman la cuestión demográfica. Ya hoy los judíos dentro de la llamada Línea Verde -las fronteras de antes del 67- conforman el 70% de la población, y se calcula que dentro de veinte años podrían ser el 50%.

Israel se opone a la creación de un Estado palestino pero también se niega a conceder derechos plenos y ciudadanía a los palestinos de Gaza y Cisjordania, porque si lo hiciera, estaría renunciando a su carácter judío como Estado. Es decir, a lo que algunos historiadores y politólogos llaman etnocracia.

Como subrayaba el israelí Sergio Yahni , integrante del Alternative Information Center, en una conversación que mantuvimos en Jerusalén: “Israel solo puede ser un Estado judío si mantiene la supremacía demográfica o legal de la población judía, pero para ello tiene o que llevar a cabo una nueva limpieza étnica, como la de 1948, o practicar la segregación étnica legalizada, es decir, el apartheid. Mientras Israel no asuma una verdadera transformación democrática, no viviremos en paz y seguirá la represión”. ( "El hombre mojado no teme la lluvia", Ed.Debate, 2009).

La Ley de Bienes Ausentes

Para que Israel pudiera ser un Estado judío, el gobierno del primer ministro David Ben Gurion organizó la recolonización de las tierras y distribuyó los bienes inmuebles que llamaron “abandonados”. Para ello se aprobó en 1950 la Ley de los Bienes Ausentes, que gestionó el traspaso a manos judías de las casas de los palestinos, no solo de los que se habían ido fuera de las fronteras israelies, sino también de aquellos que habían sido reubicados dentro del Estado israelí.

También se aprobaron otras leyes que prohibieron la venta o transferencia de tierras para garantizar que no cayeran en manos palestinas, y que permitían decretar la expropiación de bienes por interés público o declarar una superficie como “zona militar cerrada”, lo que impedía a los propietarios de la misma reclamarla como suya. De ese modo, 64.000 viviendas de palestinos ya habían pasado a manos judías en 1958.

La Ley del Retorno

Otra de las leyes fundamentales y una de las más controvertidas es la Ley del Retorno, que confirma esa insistencia en el carácter judío del Estado a través de la concesión de privilegios a los judíos. Esta ley concede el derecho a la ciudadanía de todos los judíos del mundo, de los hijos, nietos y cónyuges de los judíos, así como de quienes se conviertan al judaísmo. Sin embargo, no incluye a los judíos de nacimiento convertidos a otra religión y de hecho se ha denegado la ciudadanía a varios judíos convertidos al cristianismo.

La polémica en torno a esta ley reside en que Israel no permite regresar a su hogar a los palestinos expulsados ni a sus descendientes. Pero, por poner un ejemplo, un sueco que se convierta al judaismo sí tiene derecho a residir en Israel y a obtener la ciudadanía. Además, es probable que pudiera acceder a ayudas económicas del Estado para financiar estudios o adaptación a su nuevo hogar.

En 2003 se construyó un escalón más en esta política exclusivista con la aprobación de la Ley de Ciudadanía y Entrada en Israel, que indica que los palestinos de Cisjordania o Gaza menores de 35 años y las palestinas de Cisjordania o Gaza menores de 25 años no podrán residir en territorio israelí aunque se casen con un/a israelí. Sin embargo, si cualquier europeo contrae matrimonio con un ciudadano israelí tendrá derecho tanto a la residencia como a la ciudadanía.

La ocupación

La ocupación es la esencia del Estado israelí tal y como se concibe a sí mismo a día de hoy. Los colonos conforman una especie de ejército israelí paralelo al oficial, ya que ejercen una función paramilitar, la de invadir y ocupar, motivados por razones políticas, religiosas y también económicas, ya que el Estado concede préstamos y subvenciones a aquellos judíos que se instalan en la tierra de los palestinos.

En el territorio palestino de Cisjordania viven 450.000 colonos judíos, con una población total de más de dos millones de habitantes. Las colonias judías consumen un promedio de 620 metros cúbicos de agua por persona al año frente a los menos de 100 metros cúbicos de los palestinos. Esto sucede porque los asentamientos se apropian de parte de los acuíferos y de las áreas con más reservas.

Los colonos pueden llevar armas. Además, sus asentamientos están protegidos por el Ejército israelí, que de este modo legitima la ocupación. Es el propio Estado el que administra los terrenos de Cisjordania.

A través de las colonias, Cisjordania se ha convertido en una zona acantonada, sin continuidad territorial, donde los pueblos y ciudades están desconectados entre sí, convertidos en islotes rodeados por controles militares israelíes y por asentamientos judíos. Un Estado palestino con esta Cisjordania actual no contaría con conexión territorial y tendría tantas fronteras como colonias hay.

Exclusión y discriminación

Para controlar a la población palestina, Israel limita sus movimientos, lleva a cabo arrestos arbitrarios, aplica la llamada ley de detención administrativa, que permite mantener encarcelado a un palestino sin cargos ni juicio hasta al menos dos años, impide a los palestinos salir de su localidad o les obliga a esperar horas para hacerlo, les niega servicios públicos fundamentales, les prohibe construir viviendas y de hecho destruye algunas de sus casas, con la excusa de que no cuentan con permisos de construcción que se les deniegan de forma sistemática.
En la práctica aplica un apartheid y se guía por la ley del talión. Si alguien mata a un israelí, es el propio Estado el que se encarga de la venganza, derribando la casa de la familia del presunto culpable, torturándole a él, a sus amigos o familiares, o impulsando una ofensiva militar en su barrio o en otro, como la actual contra Gaza. Al contrario de lo que debería ser la actuación de un Estado democrático, Israel opta por la venganza en vez de por la vía judicial.

El precio de la paz

Ante ello, Estados Unidos o la Unión Europea se limitan a murmurar con tibias condenas que son simple tinta sobre papel, porque mientras las emiten, mantienen a Israel como socio comercial preferente, le venden armas, le brindan apoyo diplomático y estratégico. Nuestros gobiernos son corresponsables -desde hace décadas- del destino de palestinos e israelíes.

Como me dijo Rami Elhanan , israelí que perdió a su hija en un atentado de Hamás, los judíos que apuestan por excluir a los palestinos se excluyen a sí mismos, “están volviendo al gueto. La solución está encima de la mesa, pero solo llegará cuando Israel se dé cuenta de que el precio de no tener paz es más elevado que el de tenerla”.

Este año Hamás y Al Fatah anunciaron su reconciliación y un acuerdo incipiente para un gobierno de unidad nacional. Las autoridades palestinas han hablado incluso de estar dispuestas a recurrir a la vía judicial para denunciar a Israel en tribunales internacionales. Ante ello, la respuesta de Tel Aviv ha sido más mano dura. No quiere al pueblo palestino unido, porque eso también amenaza el carácter judío de su Estado.

La radicalización está llegando a tal punto que han brotado nuevos grupos extremistas israelíes que atacan a los manifestantes israelíes que salen a la calle para pedir paz y libertad para Palestina.

En su ansia por querer más, Israel sigue renunciando a un acuerdo más que beneficioso para él, por el cual los palestinos tendrían un Estado con tan solo el 22% de la Palestina inicial, lo que supondría ordenar la salida de Cisjordania de los 450.000 colonos judíos, algo a lo que Tel Aviv no está dispuesto, al menos hasta ahora.

De todo esto va lo que ocurre estos días en Palestina, en Gaza, en Cisjordania.

Otro Israel es posible

Cada día que pasa los palestinos son reducidos a números o al olvido, recubiertos por esa perversa sospecha que persigue a tantas víctimas, y que susurra “algo habrán hecho”, “algo habrán hecho”, porque resulta increíble que los crímenes se cometan con tanta impunidad. La entidad que se erige a sí misma como árbitro moral para decidir qué debería ocurrir y qué no en Palestina es la misma que robó y sigue robando la tierra de otros.

No hay solución militar posible porque a pesar de todo, a pesar de lo que dijera Golda Meir en 1969, Palestina y los palestinos existen. La única solución pasa por poner fin a la ocupación, a los asentamientos, a la exclusión. El racismo, según el semiólogo Walter Mignolo , es la decisión de aquellos que están en el poder de clasificar y evaluar el grado de humanidad de los otros con el objetivo de controlar y dominar.

Dicho en palabras de la académica israelí Nurit Peled , “el Estado de Israel, que se declaró oficialmente un Estado de apartheid, se distingue por lo que ha sido siempre el método del racismo más típico y exitoso: la clasificación de los seres humanos”.

Otro Israel es posible, al igual que otra Sudáfrica fue posible.

miércoles, 23 de julio de 2014

La influencia del sionismo en la sociedad israelí

Paula Frere Flesler - http://www.rebelion.org/noticia.php?id=187445 

No hay justificación para las violaciones, ni las hay para las matanzas; se trata de crímenes de guerra. Pero en ciertas condiciones la expulsión no es un crimen de guerra. No creo que las expulsiones de 1948 fueran crímenes de guerra. No se puede hacer una tortilla sin cascar los huevos. Uno tiene que ensuciarse las manos. Una sociedad que pretende matarlo a uno lo obliga a destruirla. Cuando hay que elegir entre destruir o ser destruido, es mejor destruir”

Así explica Benny Morris, historiador israelí, la limpieza étnica que hubo entre 1946 y 1948 para establecer, poco tiempo después, el Estado de Israel. Estas declaraciones al periodista Ari Shavit del periódico Haaretz, reflejan la mentalidad de muchos ciudadanos con respecto a este tema. Solamente con leer “una sociedad que pretende matarlo a uno lo obliga a destruirla” muestra una sociedad aquejada de permanente manía persecutoria. La mentalidad del ataque preventivo es la que ha servido en bandeja la insostenible situación que se vive actualmente, aquella en la que el árabe quiere dominar e invadir, y por tanto, es necesario restringir su espacio y capacidad de actuación para que el estado israelí pueda seguir desarrollándose.

Tras la desaparición de tres jóvenes israelíes el pasado 30 de junio de este año, Israel vuelve a mostrar su cara más oscura, y este hecho reafirma una vez más que las medidas precautorias del gobierno israelí hacen mella en Palestina, con 189 muertos y miles de heridos. Los ataques han arrasado la zona, miles de viviendas destrozadas, desplazando a miles de personas, las cuales buscan refugio ante las inminentes agresiones.

Gran parte de la sociedad israelí busca justificar estas políticas a través de comentarios, vídeos e imágenes en muchas redes sociales. Un usuario de facebook hace el siguiente comentario: “Nos cuesta ser aceptados fuera del traje a rallas del campo de concentración y menos poder defendemos y mucho menos usar la fuerza, somos 15 millones queremos un espacio ínfimo del planeta que históricamente nos corresponde y tendrán que matar seis millones de hermanos más para que la lastima nos de paz”.

Pero qué se puede esperar cuando gran parte de la sociedad piensa con firmeza que los árabes quieren transformar el continente europeo en Eurabia, e incluso que en España desean recuperar Al Ándalus. Parte de estas reflexiones se apoyan en el sionismo, movimiento que lleva inculcándose desde el siglo XIX y que busca recuperar la Tierra Prometida.

Entonces si desde años, si desde la infancia, solo escuchas y estudias que esa tierra te pertenece, que los pueblos vecinos quieren acabar con el estado judío y reconquistar sus antiguas naciones, la primera reacción de un humano es la preventiva. Y esto es lo que a día de hoy vemos y escuchamos.

Noam Chomsky e Ilan Pappe lo describen muy bien en el libro “Gaza en crisis”: “Los mecanismos negacionistas israelíes son muy efectivos, pues funcionan como una exhaustiva herramienta de adoctrinamiento que abarca la existencia completa del ciudadano, de la cuna a la tumba. Esta herramienta garantiza al Estado que sus ciudadanos no se sentirán confusos ante los datos y la realidad o, al menos, que no tendrán problemas morales.”

El gobierno israelí ha conseguido mantener a su pueblo unido y confiado en las medidas territoriales que se toman en el país. Ha creado una consciencia única e imbatible, donde los hechos diferentes a la “establecida” no tienen lugar, véase lo sucedido con Ilan Pappe, profesor de historia israelí, quien fue expulsado del país por promulgar ideas equívocas.

Pero Pappe logró difundir sus pensamientos y reflexiones por otras vías. En una conferencia en Stuttgart, Alemania, explica: todos los acuerdos de Oslo por la paz no funcionaron y nunca lo habrían hecho, ya que lo que realmente sucede es el colonialismo sionista que no parará hasta conseguir un estado más fuerte y vacío de árabes. La única solución posible es la construcción de un único estado secular que garantice la convivencia entre todas las religiones, pero antes habrá que desprogramar a muchos civiles de la población israelí.

Esta afirmación confirma una vez más la teoría sionista, es decir, si la sociedad israelí, o al menos parte de ella, no conoce otra historia que la programada por el gobierno, supone que su postura seguirá siendo la misma, y que ante un posible ataque, es mejor la prevención. Probablemente en este siglo no se recurra a un nakba tan fuerte como se hizo en los años cuarenta porque la sociedad internacional no lo permitiría. Pero sí que existe un cerco que reduce el territorio palestino al mínimo y los israelíes apoyan esas decisiones.

Entonces para proponer una solución a esta complicada situación habría que empezar por recontar la historia y ofrecer más perspectivas al pueblo israelí, para que tomen conciencia de todas las realidades, no solo la suya. Solo en ese momento podría hablarse de una incipiente paz, y empezar a negociar una convivencia entre ambos pueblos, que se asemejan mucho más de los que ellos piensan.

Sin embargo, mientras que el gobierno fije sus pautas y el pueblo no las revoque, el conflicto entre Israel y Palestina no tendrá caducidad. Solo a través de la información y la concienciación de las personas sobre esta situación logrará poner punto y final a una guerra que ha dejado un número incontable de víctimas y secuelas que perdurarán a lo largo de muchos años.

martes, 15 de julio de 2014

LA FRANJA DE GAZA Y UN PLANIFICADO GENOCIDIO

Juan Guahán, Question - http://www.surysur.net/2014/07/la-franja-de-gaza-y-un-planificado-genocidio/ 


Palestina es hoy un territorio discontinuo. Por un lado Cisjordania, un territorio despedazado por ilegales asentamientos israelíes, rodeado por muros y ocupado militarmente por tropas de ese mismo país. Por otro lado la Franja de Gaza, un pedazo de tierra de 45 por 15 km. Allí habita más de un millón y medio de palestinos. Viven cercados. Tienen 11 km. de frontera con Egipto, pero está cerrada. Los 40 km. de la costa que dan al Mediterráneo son patrullados por israelíes, los pescadores artesanales no pueden ir a más de 3 km. de la costa. A eso hay que agregarle los obvios controles en los 51 km. de la frontera con Israel. La mayor parte de sus habitantes viven en la mayor pobreza. Prácticamente la mitad de la población vive de la ayuda de las Naciones Unidas, en 8 campamentos de esa entidad.
Es tierra habitada desde hace siglos por árabes palestinos, con el tiempo sometidos al dominio británico. En 1947 al crear las Naciones Unidas el Estado de Israel, esa tierra formó parte del territorio asignado a Palestina. Al año siguiente fue ocupada militarmente por Egipto. Luego de la guerra árabe-israelí de 1967 fue conquistada por Israel, siendo progresivamente expulsada su población originaria. En 1994 al firmarse los acuerdos de Paz de Oslo el 80% de su territorio fue reintegrado a Palestina, quedando como un gigantesco campo de refugiados provenientes de otros sitios de Palestina y cercados, desde hace varios años, del modo indicado.
Desde hace un par de semanas el territorio de la Franja de Gaza es cotidianamente atacado por un promedio de 300 misiles diarios. Hace unos pocos días atrás y mientras observaban, en un bar, el partido Holanda-Argentina, un misil dio de lleno en dicho negocio. Los parroquianos muertos fueron 9. Esta es una historia diaria. Hoy la Franja de Gaza carece de agua potable, electricidad y el combustible es muy escaso. Los hospitales cargados de heridos pero faltos de todo. Su población cercada, ni siquiera puede pensar en huir. Sin refugios, ni escudos antimisiles tiene su destino atado a la suerte de su tierra y ésta a la identidad de su pueblo. Los palestinos responden con lo que tienen a mano. Sus cohetes pocas veces lograr sortear las defensas antimisilísticas de Israel.
Al tratar de indagar acerca del porqué? Siempre aparece la misma pregunta: ¿Quién empezó? La agresión israelí actual es presentada como la respuesta a tres jóvenes israelíes asesinados. El origen de este hecho es incierto, las fuerzas de la resistencia palestina suelen firmar sus acciones, nunca lo hicieron respecto a este crimen. Esa fue la mecha que encendió la hoguera actual. No son pocos los que piensan que se trató de una provocación destinada a poner a la defensiva a los palestinos y conquistar nuevos pedazos de territorio.
Retomando la pregunta por ¿quién empezó? No se puede olvidar la historia de un Estado de Israel construido sobre la base de la ocupación, colonización, limpieza étnica y castigo colectivo. Al problema inicial (1947) donde perdieron gran parte de su territorio para dar lugar al Estado de Israel hay que agregarle que durante estos 66 años les siguen arrebatando tierras y obligándolos al abandono de las propias. Actualmente el 60% de los 10 millones de palestinos viven refugiados en otros países. ¿Se le puede pedir a un pueblo que no responda, que acepte pasivamente ser expulsado de su casa, de su tierra, de su historia y de su identidad? Gran parte del mundo, los poderosos de la tierra, parece pensar que sí. Sin embargo, en la respuesta a este interrogante podremos encontrar explicaciones a lo que acontece en la Franja de Gaza. También allí se podrán hallar las razones para poner fin a este planificado genocidio. 

En el libro de la historia, donde nada se pierde, quedarán registradas las responsabilidades de quienes han impuesto algunos “principios”, basados en el poder mundial del dinero, que explican que muchos miren para otro lado.

viernes, 11 de julio de 2014

Los especuladores de la economía de rapiña y su insensible justicia

W. Abraham Pérez A * - http://www.la-epoca.com.bo/index.php?opt=front&mod=detalle&id=3690 

Los denominados “fondos buitre” resultan ser producto de “inversiones especulativas” que aprovechando las crisis de deuda de países no desarrollados, recompran títulos de sus deudas a precios muy reducidos, con el objetivo es obligarles, por la vía judicial, al reembolso a un alto precio, es decir, el monto inicial de las deudas, más los intereses, sanciones además de diversas costas judiciales. Las ganancias que estos fondos acumulan son descomunales. Ejemplo de estas operaciones es como las empresas especuladoras NML y Aurelius recompraron en 2008 bonos de deuda pública argentina cuyo valor nominal era de 222 millones de dólares. Mientras que estas empresas compraron la deuda en apenas 48 millones de dólares para adquirir dichos títulos, ahora reclaman que la Argentina pague de 222 millones de dólares más los intereses de demora y demás gastos judiciales. En total, el Estado argentino tendría que pagar 1.330 millones de dólares a NML y a Aurelius, según decisión de los juzgados de Nueva York confirmada por la Corte Suprema. Habiendo “invertido” 48 millones ganarían 1.282 millones en 6 años, una ganancia de 213,7 millones por año.

Por los datos anteriores, una locura para quien se considera cuerdo en estos tiempos, resulta que es normal y justa para los defensores del “orden civilizatorio” vigente y dominante de nuestros tiempos. Los apologistas del sistema capitalista y su desorden especulativo, salvaje y destructor, permanentemente defienden, estos acontecimientos como producto de la “brillante institucionalidad” lograda por las sociedades desarrolladas. Lo más indignante es que, en la propia sociedad argentina existe un pensamiento de derecha que justifica y pide que se “honre” esa deuda.

Las opiniones de que el mundo del Siglo XXI es un lugar mejor al de tiempos antiguos, podría ser una afirmación totalmente errónea y producto del optimismo ilusionista de los que afirman dicha hipótesis. Ilusionismo basado en las comodidades que permite la producción y oferta de productos suntuosos a los cuales acceden un porcentaje extremadamente minoritario del conjunto de las sociedades que ocupan el planeta.

Muchos estudiosos de la situación actual nos están dando pautas que el mundo del presente Siglo XXI sigue siendo desventurado para la mayoría de sus pobladores. Sin embargo, la gran mayoría de los ilustrados de clase media, entre ellos mis colegas los economistas, todavía creen en la institucionalidad del mundo moderno, en su democracia y su justicia, les parece totalmente natural todo el cúmulo de atrocidades que acontecen en el marco del “orden establecido”. Ven con agrado y simpatía la dominada justicia de los países desarrollados, jueces dominados y serviles al capital improductivo, les parece normal las actividades de carroña que practican los especuladores financieros.

En los Estados Unidos, se practicaron y se practican las atrocidades más flagrantes e impunes que el ser humano y la naturaleza conocieron. Durante los Siglos XVII, XVIII y XIX se separó sistemáticamente de sus tierras a los pueblos originarios, en ocasiones por la fuerza del exterminio y en otras con engaños de su corrupta justicia. Una vez instalada su economía de carroña se lanzaron a apropiarse del resto del planeta, con toda la fuerza de su “institucionalidad”, a la que admiran los ingenuos economistas de la modernidad neoliberal de nuestros tiempos.

Hoy ocurre que cuando vemos la hipócrita prevalencia de la ley que, en apariencia, respetan los derechos de propiedad de especuladores, parece una acción normal, una confirmación de la acción del mercado, mano invisible divina y natural. A pesar de que los economistas y los demás sabemos que en los mercados se engaña a la gente y se explota a los trabajadores, se especula y se obtiene ganancias de no trabajar nada.

Los intercambios que ocurren en la realidad no se limitan a intercambios de viene necesarios para la subsistencia del ser humano, como lo explican los manuales de economía. También sucede que existen algunos grupos superados en astucia que usan nuevas formas de apropiarse del esfuerzo presente y futuro de los pueblos empobrecidos y de sus grupos más explotados.

El debate permanente y abierto ha logrado que la solidaridad de los países del sur, Latinoamérica y el G-77 apoye el no pago de la deuda inmoral. Sin embargo no se trata de reacciones de coyuntura, hay que actuar en la construcción de una arquitectura financiera y económica de alternativa.


* Docente Investigador Titular de la UMSA, economista subversivo, miembro de la “Red Boliviana de Economía Crítica”.

lunes, 7 de julio de 2014

Cómo se ha aplastado la resistencia juvenil en Estados Unidos

Bruce E. Levine * - http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7098 

Tradicionalmente, la juventud ha impulsado los movimientos democráticos. En Estados Unidos, uno de los golpes maestros de la élite gobernante ha sido la creación de las instituciones sociales que han subordinado a la juventud estadounidense, quebrado su espíritu de resistencia a la dominación.

La juventud estadounidense parece haber aceptado —incluso en mayor medida que los adultos— la idea de que la corporatocracia puede arruinar sus vidas por completo y que no pueden hacer nada al respecto. Una encuesta de Gallup en 2010, preguntaba a los estadounidenses: "¿Cree usted que el sistema de Seguridad Social será capaz de pagarle algo cuando se jubile?" Entre los encuestados de 18 a 34 años de edad, el 76 por ciento dijo que no. Sin embargo, a pesar de su falta de confianza en la disponibilidad futura de la Seguridad Social, pocos han exigido su fortalecimiento de manera más justa, con impuestos sobre las nóminas de los ricos; en cambio, la mayoría se resigna a que se deduzca más dinero de sus cheques para la Seguridad Social, a pesar de que piensan que no va a durar tanto tiempo como para beneficiarlos.

¿Cómo han subordinado a la juventud estadounidense?

1. La deuda de los préstamos estudiantiles. Las grandes deudas —y el miedo que crean— son mecanismos de apaciguamiento. Cuando fui a la universidad en la década de 1970, no había tasas de matrícula en la City University of New York, era una época en la que las matrículas de gran parte de las universidades públicas de Estados Unidos eran tan asequibles que resultaba sencillo conseguir un BA o un graduado sin acumular deudas por los préstamos estudiantiles. Mientras que esos días han quedado atrás en Estados Unidos, las universidades públicas siguen siendo gratuitas en el mundo árabe y, o bien gratuitas o con tasas muy bajas en muchos países del resto del mundo. Los millones de jóvenes iraníes que corrían el riesgo de recibir un disparo en las protestas por las disputadas elecciones presidenciales de 2009, los millones de jóvenes egipcios que arriesgaron sus vidas a principios de este año para derrocar a Mubarak, y los millones de jóvenes estadounidenses que se manifestaron contra la guerra de Vietnam, todos ellos tenían en común la ausencia de una enorme y apaciguadora deuda sobre sus espaldas provocada por los préstamos estudiantiles.

A día de hoy, en Estados Unidos, dos tercios de los graduados universitarios de cuatro años de duración están endeudados a causa de los préstamos estudiantiles, incluyendo más del 62 por ciento de los graduados de las universidades públicas. Aunque la deuda media de un graduado es de alrededor de 25.000 dólares, cada vez hablo con más graduados cuya deuda se acerca a los 100.000 dólares. Durante ese período de la vida en el que debería ser más fácil resistir a la autoridad, porque aun no se tienen responsabilidades familiares, muchos jóvenes están demasiado preocupados por el precio que supone oponerse a la autoridad, por perder su trabajo y no poder pagar una deuda cada vez mayor. Es un círculo vicioso, la deuda estudiantil contiene el activismo y esa pasividad política hace que sea más probable que los estudiantes acepten dicha deuda como algo natural.

2. Psicopatologizando y medicando el inconformismo. En 1955, el entonces respetado psicoanalista anti-autoritario de izquierdas, Erich Fromm, escribió: "Hoy en día la función de la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis amenaza con convertirse en una herramienta de manipulación del hombre". Fromm murió en 1980, el mismo año en el que unos Estados Unidos cada vez más autoritarios eligieron como presidente a Ronald Reagan, y la Asociación Americana de Psiquiatría, también cada vez más autoritaria, incluyó en su biblia de diagnósticos (en aquellos años el DSM-III) trastornos mentales que afectaban a niños y adolescentes, como el popular "transtorno negativista desafiante" (TND). Los síntomas oficiales de TND incluyen que "con frecuencia desafía activamente o rehúsa acatar las peticiones o reglas de los adultos", "discute con adultos frecuentemente", y "a menudo deliberadamente irrita a los demás".

Gran parte de los activistas estadounidenses más destacados, como Saul Alinsky (1909-1972), el legendario organizador comunitario y autor de Reveille for Radicals y Rules for Radicals, en estos días probablemente serían diagnosticados con el TND y otros trastornos disruptivos. Recordando su infancia, Alinsky decía: "nunca pensé en caminar sobre la hierba hasta que vi un letrero que decía 'Manténgase fuera del césped'. Después de leerlo, solo quería pisar la hierba." Actualmente, los antipsicóticos tranquilizantes más duros (por ejemplo, Zyprexa y Risperdal) son la medicación que más dinero ingresa en Estados Unidos (16 mil millones de dólares en 2010); según el Journal of the American Medical Association en 2010, una razón que explica esto es que muchos niños reciben medicamentos antipsicóticos aunque tengan diagnósticos no psicóticos como TND o algún otro trastorno disruptivo (especialmente los pacientes de pediatría cubiertos por el Medicaid).

3. Las escuelas educan en el conformismo y no en la Democracia. Cuando recogía el premio a Profesor del Año en Nueva York, el 31 de enero de 1990, John Taylor Gatto molestó a muchos asistentes a la ceremonia al afirmar: "La verdad es que en realidad las escuelas no enseñan nada más que a obedecer órdenes. Para mí es un gran misterio debido a las miles de personas solidarias que trabajan en las escuelas como maestros, ayudantes y administradores, pero la lógica abstracta de la institución anula sus contribuciones individuales". La generación anterior discutió ampliamente el problema de la educación obligatoria como vehículo para desarrollar una sociedad autoritaria, pero ahora que el problema se ha agravado, rara vez se discute.

La naturaleza de la mayoría de las clases, independientemente de la asignatura, consiste en socializar a los estudiantes para que sean pasivos y dirigidos, para que sigan órdenes, para que valoren las recompensas y los castigos de aquellos que tienen autoridad, para que finjan que se preocupan por cosas que no les interesan, y para que piensen que son impotentes a la hora de cambiar su situación. Aunque un profesor imparta una clase sobre la democracia, las escuelas son lugares esencialmente antidemocráticos, y por lo tanto, a los estudiantes no se les enseña lo que es la democracia. En su obra The Night Is Dark and I Am Far from Home, Jonathan Kozol analizaba cómo la escuela acaba con las acciones valientes. Kozol explica la manera en que en nuestras escuelas nos inculcan una especie de "inquietud inerte" en la que el "cuidado" —en sí y para uno mismo, sin arriesgarse a las consecuencias— se considera lo "ético". En la escuela nos explican que somos "morales y maduros" si discutimos sobre nuestras preocupaciones educadamente, pero en esencia, —y como exigencia— nos enseñan a comportarnos de manera que no generemos discrepancias.

4. "No Child Left Behind" (Que ningún niño se quede atrás) y "Race to the Top" (Carrera hacia la cima). La corporatocracia ha descubierto una manera de hacer que nuestras escuelas sean todavía más autoritarias. El bipartidismo demócrata-republicano ha dado lugar a las guerras en Afganistán e Irak, el TLCAN, la Ley Patriota, la Guerra contra las drogas, el rescate de Wall Street, y las políticas educativas "No Child Left Behind" y "Race to the Top". Estas medidas educativas son una tiranía de pruebas estandarizadas que básicamente generan miedo, que es la antítesis de la educación en una sociedad democrática. Este miedo obliga a que tanto los estudiantes como los profesores se concentren constantemente en las demandas de los desarrolladores de la prueba; así destruyen la curiosidad, el pensamiento crítico, el cuestionamiento de la autoridad, y el desafío y resistencia frente a la autoridad ilegítima. En una sociedad más democrática y menos autoritaria, la eficacia de un profesor se evaluaría, no por pruebas estandarizadas por la corporatocracia, sino preguntando a los estudiantes, a los padres y a la comunidad si el profesor está ayudando a los estudiantes a ser más curiosos, a leer más, a aprender de forma autónoma, a disfrutar del pensamiento crítico, a cuestionar la autoridad y a desafiar a las autoridades ilegítimas.

5. Avergonzar a los jóvenes que se toman en serio su aprendizaje personal —aunque no tanto la educación oficial. Una encuesta realizada en 2006 en Estados Unidos, mostraba que el 40 por ciento de los niños entre primero y tercer grado leía todos los días, pero ese porcentaje se ??reducía al 29 por ciento en cuarto. A pesar del carácter anti-educativo de las escuelas oficiales, cada vez más, a los niños y a sus padres se les dice que si a los chicos no les gusta ir a la escuela, no les gusta aprender. Pero no siempre ha sido así. Como dijo Mark Twain: "Nunca permití que la escuela interfiriera en mi educación". En 1900, cuando la vida de Twain se acercaba al final, tan sólo el 6 por ciento de los estadounidenses se había graduado en la escuela secundaria. A día de hoy, aproximadamente el 85 por ciento de los estadounidenses se gradúan en la secundaria, y a Barack Obama eso le parece bastante bien, pues, como decía en 2009, "el abandono escolar en la secundaria no es una opción de ahora en adelante. No es una simple renuncia personal, estás fallando a tu país".

Los estudiante más integrados en el sistema escolar, sin embargo, son los más ignorantes políticamente en cuanto a la guerra de clases existente en Estados Unidos, y los más incapaces de desafiar a la clase dominante. En los años 1880 y 1890, los agricultores estadounidenses, con poca o ninguna educación oficial, crearon un movimiento popular que organizó la cooperativa de trabajadores de mayor tamaño en Estados Unidos, formaron el Partido del Pueblo, que recibió el 8 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales de 1892, diseñaron un proyecto de tesorería (que si se hubiera puesto en marcha habría permitido facilitar créditos a los agricultores y acabar con el poder de los grandes bancos) y enviaron a 40.000 conferenciantes por todo el país para articularlo, y este proyecto puso de manifiesto un gran número de ideas políticas complejas, estrategias y tácticas ausentes hoy en día en la vida política de la población educada de América. Actualmente, los estadounidenses que carecen de títulos universitarios se avergüenzan porque son considerados "perdedores"; sin embargo, Gore Vidal y George Carlin, dos de los más inteligentes y elocuentes críticos del sistema de la corporatocracia estadounidense, nunca fueron a la universidad, y Carlin abandonó el colegio en noveno grado.

6. La normalización de la vigilancia. Una población asustada porque se siente vigilada es más fácil de controlar. Mientras que la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) es conocida por su seguimiento de los correos electrónicos y conversaciones telefónicas de los ciudadanos estadounidenses, y la vigilancia de los jefes es cada vez más común en el país, la juventud estadounidenses se vuelve cada vez más complaciente con la vigilancia de la corporatocracia porque, al haberla sufrido desde una edad tan temprana, no es más que una rutina en sus vidas. Los padres revisan diariamente la web de las calificaciones y tareas de sus hijos, y al igual que los jefes, vigilan los ordenadores y las páginas de Facebook de sus chicos. Algunos padres utilizan el GPS de los teléfonos móviles de sus hijos para saber dónde se encuentran, mientras que otros tienen cámaras de video en los hogares. Cada vez hablo con más jóvenes que no tienen la seguridad de que pueden salir de fiesta con libertad incluso cuando sus padres están fuera de la ciudad, por lo tanto, ¿qué confianza van a tener en desarrollar un movimiento democrático bajo el radar de las autoridades?

7. La televisión. En 2009, la Compañía Nielsen informó que en Estados Unidos ver la televisión es una actividad que pasa por sus mejores momentos, siempre que incluyamos las "tres pantallas": televisión, ordenador portátil y teléfono móvil. Los niños estadounidenses promedian ocho horas al día entre televisión, videojuegos, películas, Internet, teléfonos móviles, iPods y otros aparatos tecnológicos (no incluyo su uso relacionado con la escuela). Muchos progresistas se preocupan por el control de contenidos por parte de los medios, pero el simple hecho de ver la televisión, independientemente de la programación, es el principal mecanismo apaciguador (las empresas presidiarias privadas han reconocido que, para mantener a los presos tranquilos, puede ser más económico ofrecerles televisión por cable en lugar de contratar a más guardias).

Para una sociedad autoritaria, la televisión es un sueño hecho realidad: los que tienen más dinero controlan la mayor parte de lo que la gente ve; la programación televisiva basada en el miedo atemoriza a la gente y los hace desconfiar de los demás, lo cual es bueno para una élite gobernante sustentada sobre la estrategia del "divide y vencerás"; la televisión aísla a la personas para que no se unan y ofrezcan resistencias a la autoridad; e independientemente de la programación, los televidentes sufren un lento lavado de cerebro, llevándolos a un estado hipnótico donde resulta difícil pensar críticamente. Aunque los videojuegos no te vuelven tan zombi como ver la televisión pasivamente, para muchos niños y jóvenes, estos juegos se han convertido en su única experiencia de acción, y esa "acción virtual" no es, de ninguna manera, una amenaza real para la élite gobernante.

8. El fundamentalismo religioso y el fundamentalismo consumista. La cultura norteamericana ofrece a sus jóvenes 'alternativas' como el fundamentalismo religioso o el fundamentalismo consumista. Todas las variedades de fundamentalismo estrechan el punto de mira y eliminan el pensamiento crítico. Algunos progresistas que califican al fundamentalismo religioso como "el opio del pueblo", muy a menudo descuidan la naturaleza apaciguadora de otro fundamentalismo importante en Estados Unidos. El fundamentalismo consumista apacigua a la juventud estadounidenses a través de una gran variedad de mecanismos. Este consumismo radical destruye la autosuficiencia, crea personas que se sienten completamente dependientes de los demás, y que por lo tanto son más propensos a entregar su capacidad de decisión a las autoridades, y esta es la forma de pensar preferida por la élite gobernante. La cultura del fundamentalismo consumista legitima la publicidad, la propaganda, y todo tipo de manipulaciones, incluyendo las mentiras; y cuando una sociedad legitima las mentiras y las manipulaciones, acaba con la capacidad de las personas de confiar entre ellos y crear propuestas democráticas. El fundamentalismo consumista también fomenta el ensimismamiento, lo que dificulta el desarrollo de la solidaridad necesaria para los movimientos democráticos.

Estos no son los únicos aspectos de nuestra cultura que están sometiendo a la juventud estadounidense y acabando con su resistencia frente a la dominación. El complejo industrial alimentario ha contribuido a crear una epidemia de obesidad infantil, depresión y pasividad. El complejo industrial carcelario mantiene a los jóvenes antiautoritarios "a raya" (además, ahora con el miedo de acabar ante jueces como los dos de Pennsylvania, que recibieron 2,6 millones de dólares de la industria carcelaria privada para garantizar que los menores que juzgaban fueran encarcelados). Y es que, como señaló Ralph Waldo Emerson: "Todas las cosas son correctas o incorrectas al mismo tiempo. La ola del mal baña todas nuestras instituciones por igual".

* Bruce E. Levine es un psicólogo crítico que escribe habitualmente en AlterNet, Counterpunch, Z Magazine y The Huffington Post. Ejerce como profesional desde hace tres décadas y forma parte del consejo asesor de la International Society for Ethical Psychology and Psychiatry (ISEPP). Su obra más reciente es Get Up, Stand Up: Uniting Populists, Energizing the Defeated, and Battling the Corporate Elite (Chelsea Green Publishing, 2011).

Traducción para www.sinpermiso.info: David Torres Pascual

viernes, 4 de julio de 2014

Una doctrina Drago para el siglo XXI

Federico Vázquez - http://www.lmcordoba.com.ar/nota/171071_una-doctrina-drago-para-el-siglo-xxi 
 
No existe un marco jurídico internacional para la reestructuración de deudas soberanas. Hoy se ha puesto en jaque a la Argentina. Sin embargo cualquier país que deba enfrentar en el futuro una reestructuración de su deuda, podrá estar en la misma encrucijada”.
Así, con en un párrafo breve y conciso, Julio César Ayala, representante alterno de la Argentina ante la OEA, sintetizó este lunes lo que viene argumentando el gobierno nacional en distintos foros internacionales a partir de los fallos del juez norteamericano Thomas Griesa. Muy probablemente, este razonamiento termine convirtiéndose en una nueva doctrina internacional sobre las deudas de los Estados, con un alcance todavía imprevisible. Por la negativa, se pide la construcción de una instancia política, a nivel global, que termine con el reinado caótico del sistema financiero.
No se trata de un arranque de chauvinismo trasnochado: que nuestra país esté a la vanguardia de una nueva conceptualización sobre cómo tratar las deudas contraídas por países, se explica por el dudoso mérito de arrastrar políticas de endeudamiento soberano desde la misma constitución de la Argentina como estado independiente, hace casi doscientos años. El historiador Sergio Wischñevsky lo sintetizó con justeza en una recomendable columna de opinión en Página/12 (#), al señalar esa recurrencia como una “plaga bíblica” que mostraba, a su vez, la orientación dependiente nuestras clases dirigentes a lo largo del tiempo.
Tampoco se trata exactamente de una novedad. Hace poco más de un siglo, la Argentina, que ya por ese entonces había tenido sus buenos dolores de cabeza con su deuda pública, construyó una doctrina de alcance mundial, cuando mediante el ministro de relaciones exteriores de ese entonces, José María Drago, el gobierno de Julio Argentino Roca se opuso al bloqueo naval de Inglaterra, Italia y Alemania contra Venezuela, que por ese entonces acumulaba una gran deuda externa y un nuevo gobierno que no tenía los fondos para pagar a esos países europeos. Argentina fue el único del continente que se expidió formalmente contra la agresión a los puertos venezolanos, que incluyeron ataques de cañones contra ciudades y barcos del país caribeño.
La postura de Drago era que las dificultades para pagar una deuda soberana no podía acarrear el derecho a la invasión por parte de otro país. Se apoyaba, paradójicamente, en la Doctrina Monroe, que guardaba ese poder de intervención en el continente americano para Estados Unidos, alejando del hemisferio a las potencias europeas. Sin embargo, Estados Unidos no acompañó la postura de Drago y no protegió a Venezuela del bloqueo, argumentando que no apoyaría a “ningún estado contra la represión que pueda acarrearle su inconducta, con tal que esa represión no asuma la forma de adquisición de territorio”.
Sin embargo, el tiempo le dio la razón al canciller argentino. La doctrina Drago fue incluida en la Conferencia de Paz de la Haya de 1907, donde la comunidad internacional firmó un convenio sobre la “limitación del empleo de la fuerza para el cobro de deudas contractuales”. Durante todo el siglo XX vendrían guerras calientes y frías, con sus múltiples intervenciones militares por parte de países fuertes sobre países débiles. Sin embargo, también se iría consolidando, a tropezones, instituciones como el Tribunal de la Haya, la ONU o la OEA, que tomaron nota de la doctrina argentina sobre la deuda. Las nuevas invasiones tuvieron justificaciones en la “seguridad nacional” o el “terrorismo internacional”, pero no el cobro de una deuda pública.
Esta vez, la nueva doctrina argentina sobre la deuda no aparece por solidaridad continental, sino por el instinto más básico de la supervivencia nacional. A diferencia de los cañones alemanes o franceses de 1902, el avance capitalista inventó un nuevo mecanismo disciplinador, de la mano de la autonomización del capital financiero, que pretende actuar por encima de cualquier regla nacional o internacional de negociación. El empuje al precipicio del default es un cañonazo contra los activos del país en el exterior (amenazados de posibles embargos), pero también contra el valor de los activos locales (una caída en desgracia de la economía argentina podría empujar a una venta o concesión de remate de la nueva joya petrolera de Vaca Muerta, como se encargó de advertir el presidente uruguayo Pepe Mujica).
En ese sentido, la incipiente doctrina criolla advierte sobre un punto fundamental: la ausencia de un “marco jurídico internacional para la reestructuración de deudas soberanas” es el eslabón perdido por el cual los fondos buitres podrían lograr el delirante resultado de hacer volar por los aires un canje de deuda aceptado por el 92,4% de los acreedores de distintas partes del mundo.
El inmenso poder que aún tienen estos actores financieros es, paradójicamente, de carácter transnacional pero sólo puede existir bajo la cobertura de sistemas legales locales, como lo demuestra el juicio contra la Argentina con sede en la plaza financiera de Nueva York. Es una clave sobre el actual estado de cosas en el mundo globalizado: las instancias políticas y democráticas de los países centrales atraviesan una debilidad profunda, que deja a los intereses corporativos un margen enorme para controlar capilarmente las estructuras económicas, jurídicas, mediáticas, etc. El ciudadano norteamericano Paul Singer, militante republicano y dueño del fondo de inversión NML Elliot, tiene hoy más influencia sobre el futuro de la Argentina que el presidente Barack Obama. No se trata de una demostración de salud imperialista, sino de un momento de perplejidad donde el “orden internacional” aparece desdibujado, sin que aún aparezca un modelo de reemplazo.  
Esta coyuntura del mundo ayuda a entender que la solidaridad con la Argentina no haya explotado de manera general y espontánea urbe et orbi. Aún en la propia Región latinoamericana, los gobiernos se muestran cautelosos y recién con una diplomacia muy activa por parte de nuestro país, comienzan a multiplicarse los apoyos de manera más explícita.
Tal vez más preocupante que estos apoyos simbólicos, que de todas manera fueron apareciendo, es la ausencia de mecanismos e instituciones regionales que puedan servir de colchón real para países en apuros: el Banco del Sur sigue siendo sólo una idea, el fondo de inversiones de infraestructura para el continente, IIRSA, sólo atiende proyectos pequeños, pensados para países de bajo presupuesto. La etapa de institucionalización de la Unasur, después de la marcha a galope que le supo imprimir Néstor Kirchner, sigue sin realizarse y por ahora se limita a reuniones esporádicas de los presidentes.
Estas dificultades, que ponen negro sobre blanco los límites que hasta ahora tuvo el proceso de integración regional, ponen aún más de relieve la importancia de una nueva doctrina sobre la deuda externa para América latina y el mundo.
Si en los años ’80 la crisis de deuda mexicana terminó repercutiendo en casi todos los países y dio lugar a la llamada “década perdida” para América latina, en los últimos tiempos, el problema de la deuda se dispersó hacia otras regiones, como el caso de Rusia, o por estos días, la situación casi terminal de los países del sur de Europa, como Italia, España, Portugal y Grecia, que deben más que lo que producen en todo un año. La experiencia argentina (y la posición del Gobierno nacional, que busca negociar sin dejar de mostrar la situación de chantaje al que lo conduce la ausencia de reglas internacionales) probablemente termine construyendo una nueva doctrina sobre el tema. Y, con un poco de suerte, el mundo será algo más justo. (Télam)
 

martes, 1 de julio de 2014

BASES MEDIÁTICAS EN AMÉRICA LATINA: UN PROBLEMA DE SEGURIDAD REGIONAL

FERNANDO BUEN ABAD  -  http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones98/nota09.htm

¿Cómo hay que decirlo? Hoy se comportan como un ejército golpista cada día más coordinado, más veloz y más ubicuo. Son el ariete de las avanzadas invasoras y tienen impunidad absoluta para mentir, en toda escala, incluso con argumentos aberrantes que desafían a toda cordura y a toda justicia. Y una de sus "mercancías" más logradas consiste en hacernos creer que son invencibles y que debemos agradecerles que nos desestabilicen, nos exploten y nos engañen. Ya se ha repetido hasta el cansancio, ya se los ha denunciado en uno y mil foros, los daños están a la vista y los peligros de sus ataques son terriblemente costosos.

¿Qué esperamos para actuar? ¿Nos vence el miedo? ¿Nos derrotan sus mentiras? ¿Nos conviene más no tocarlos? ¿Qué hacer? Esto ya no es un problema sólo de "libertad de expresión, sólo de "diversidad de voces" o sólo de "democratización de las herramientas", es todo junto y, además, es un problema se seguridad nacional… un problema de seguridad regional. A los pueblos sólo los salvan los pueblos.

Sería suficiente contar con una cifra bien elaborada sobre el volumen de dinero que manejan en toda la región para que eso, por sí mismo, advirtiera la amenaza política que implica la red de "Bases Mediáticas" que ha proliferado sin control. Sería suficiente mostrar los nombres de las "familias" monopólicas y su conducta latifundista dentro del control de medios.

Sería suficiente entender cómo comercian con la tecnología para la transmisión de información, cómo convierten en mercancía el tiempo y el espacio de sus "concesiones", cómo influyen sobre la "opinión pública" y cómo se han imbricado, incluso con negocios incompatibles… para entender la envergadura de un problema inmenso que ha rebasado toda ley, toda cordura y todo gobierno. Sería suficiente ver cuántos casos y de desestabilización golpista han alentado desde sus "medios" para no demorar más una acción política continental de repudio, freno y redireccionamiento de los medios y los modos de la comunicación. Y sin embargo…

Ha sido un error dejarlos hacer metástasis ideológica y es un peligro ese desarrollo monopólico de las herramientas de "comunicación" que ha proliferado en nuestros países con toda impunidad e impudicia. Es un error obvio y un peligro creciente que deja al descubierto no sólo debilidades e ignorancias, también complicidades -conscientes o inconscientes- que cuestan muy caras a los pueblos porque ellos, los monopolios, tienden a radicalizarse y perfeccionarse en sus capacidades de defensa y en sus ataques.

Las Bases Mediáticas controlan economías enteras (bancos, empresas, turismo…farándula). Controlan escuelas universidades e institutos de todos los niveles y todos los perfiles. Controlan transferencia tecnológica, publicidad, distribución y mantenimiento en materia de comunicaciones. Controlan campañas y procesos electorales y sus rutinas informativas, hora por hora. Controlan la producción de papel, el tiempo libre y el gasto en bebidas embriagantes, locales de apuestas, deportes y espectáculos. Controlan modas y tendencias ideológicas, venta de libros, folletos y opinología de ocasión. Controlan los valores y los antivalores como la "belleza", lo "feo", lo "bueno", lo "malo", lo "exitoso" más la violencia física y sicológica televisadas sin freno. Controlan el estado del ánimo y cancelan la libertad de expresión. Controlan las leyes, los reglamentos, los códigos, las jurisprudencias y los jurisconsultos. Controlan la agenda temática de cada día y de todos. Controlan lo que debe ser visible y lo que debe ser invisibiizado. ¿Falta algo?

"La concentración de los medios de comunicación suele ser reconocida como un obstáculo a la pluralidad. En diversas regiones del mundo existen límites legales a la concentración de muchos medios en pocas manos pero en América Latina ese no suele ser un tema destacado en la discusión acerca de los medios" [1] TELEVISA incrementó un 30,7% anual sus ganancias en el segundo semestre del año. Los ingresos se situaron en 18.065 millones de pesos mexicanos (1.403 millones de dólares) [2]. La consultora McKinsey mostró estudios en los que Internet representa un 3,4% del PIB en 13 países (los del G8 -Francia, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Japón, Canadá y Rusia, más Brasil, China, India, Corea del Sur y Suecia) y contribuyó en un 21% de su crecimiento en los últimos cinco años. [3] El principal servicio informativo en torno al estado de Internet en el mundo, estima que la población de usuarios de la web en el planeta asciende a 1, 733, 993,741. La penetración mundial de Internet fue establecida en 25.6%. [4] Porcentaje de las frecuencias de televisión que controlan Televisa y TV Azteca en el país: 94%. [5]

Nosotros no podemos seguir equivocándonos. Hemos errado en materia de comunicación, una y otra vez. Seguimos expuestos al peligro de la "guerra mediática" asimétrica y no logramos, aun siendo mayoría, articular las fuerzas, que sí tenemos, con un programa emancipatório permanente. Nosotros no podemos cansarnos, ni podemos desistir, de todas las insistencias transformadoras que nos permitan avanzar y nos permitan completar nuestras autocríticas y tareas democratizadoras de la comunicación. Esto es un problema de seguridad de los pueblos, la agresión más brutal de las mafias mediáticas es contra la clase trabajadora y los estragos son incontables, aberrantes, monstruosos e injustos. ¿Nos quedaremos cruzados de brazos?

Notas:

[1] "Muchos Medios en pocas Manos" Raúl Trejo Delabrehttp://portcom.intercom.org.br/revistas/index.php/revistaintercom/article/viewArticle/146

[2] http://www.telesemana.com/blog/2013/07/10/televisa-incremento-un-307-sus-ganancias-en-la-primera-mitad-del-ano/#sthash.67uSFKYK.dpuf

[3] Internet y el G8 sin los usuarios http://www.rebelion.org/noticia.php?id=129208

[4] http://mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc/2010/05/04/el-transito-a-los-ambientes-comunicativos/

[5] http://www.nexos.com.mx/?p=19191